viernes, 26 de mayo de 2017

LA CASA- PALACIO “HERNÁN CORTÉS”. Origen y desarrollo.

Juan Prieto Gordillo
Profesor Universidad de Huelva
Historiador de Castilleja de la Cuesta


CASTILLEJA DE LA CUESTA DURANTE LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XVI.

Durante la etapa final de los Reyes Católicos, los maestrazgos de la Órdenes Militares españolas quedarían incorporados a la Corona finalmente en el año de 1494. El monarca Carlos I, apoyado por los pontífices Clemente VII y Paulo III, en su afán de buscar recursos con que poder sufragar los gastos ocasionados por las continuas guerras contra países europeos, conseguiría desmembrar bienes de aquellos maestrazgos y sus encomiendas a dichas Órdenes, para ser utilizados según sus oportunas conveniencias, tal y como le sucedió a la de Santiago, entre las que se encontraban parte del actual territorio de Castilleja de la Cuesta. En contrapartida, las citadas Órdenes debían recibir en compensación unas rentas equivalentes a las que perdían, cuestión que casi siempre se producirían a la baja. Tras continuos enfrentamientos entre miembros de la Orden de Santiago por pretender su maestrazgo, el último de ellos fue nombrado por el monarca Fernando el Católico, recayendo este título en la persona de don Alonso de Cárdenas quién ocupó este cargo durante el período de 1474 a 1493, pasando definitivamente la Encomienda a los Reyes Católicos en 1494.

Poco tiempo permanecería Castilleja de la Cuesta como lugar realengo, pues a comienzos de 1538, tan solo nueve años antes de que falleciese en su término Hernán Cortés, la Casa de Olivares iniciaba las gestiones con la Corona para su adquisición. Efectuada su compra por el conde Pedro de Guzmán y Zúñiga, sería entonces cuando dejaría de ser citada como “lugar”; es a partir de esos instantes cuando la localidad sea nombrada documentalmente por vez primera “Villa”. Comenzaba pues, en el año 1538, el recorrido de Castilleja de la Cuesta bajo el dominio de un señorío nobiliario. A partir de estos instantes, todo lo concerniente al ámbito civil pasaba a los condes de Olivares, mientras que en lo eclesiástico la Villa seguiría manteniendo su categoría de vicaría santiaguista, con competencias independiente del arzobispado de Sevilla, a la vez que los priores de San Marcos de León continuarían nombrando a los vicarios y cobrando los diezmos eclesiásticos, tal y como puede apreciarse en los diversos informes redactados en los “Libros de Visitas” que efectuarían miembros de la Orden Santiaguista desde su posesión hasta bien entrado el siglo XVII.
Tras Pedro de Guzmán, primer conde de Olivares, la posesión de la Encomienda fue heredada por su hijo mayor Enrique de Guzmán de Ribera, segundo conde de Olivares.
LA CASTILLEJA DE LA CUESTA QUE CONOCIÓ DON HERNANDO CORTÉS.
Los problemas de población en Castilleja de la Cuesta desde la concesión de la Primera Carta Puebla fechada en 1371, continuaron o volvieron a surgir a comienzos del siglo XVI, de hecho, en 1513 hay noticias de nuevos pobladores, que reciben a censo tierras de la Orden en condiciones, al parecer, muy favorables.
La mañana del 5 de abril de 1504, la escasa población residente en la Villa, sentiría bajo sus plantas uno de los grandes terremotos que asolaron España a lo largo de la mencionada centuria, el llamado “Terremoto de Carmona” (llamado así por la localización de su epicentro). Dicho movimiento sísmico afectó gravemente a una extensa área de la provincia de Sevilla, causando leves daños materiales en Castilleja de la Cuesta, extendiéndose, aunque con menor intensidad, a otras provincias de Andalucía y Castilla. A este acontecimiento, y también durante estos primeros años, hubo que sumar un importante número de plagas de langostas y la alternancia extremas sequías y terribles inundaciones a las que se vieron sometidos los campos y ciudades del sur peninsular, provocando un número importante de defunciones.
Tras estos sucesos, la demografía de la zona alcanzaría sus cotas más bajas durante las tres décadas del siglo, volviéndose a recuperar a mediados de la centuria. De hecho, de los 120 vecinos contabilizados en Castilleja el año 1498, se pasaría en 1514 a tan solo 60, volviendo a disminuir a 49 en 1534; Castilleja se convertía pues, en una de las poblaciones de menor número de habitantes del Aljarafe. De hecho, en la declaración vecinal que se da para la localidad incluye a los “sevillanos” cuando afirma: ...los vecinos de Castilleja con los que tienen allí hacienda de Sevilla que pechan por ella...son 49.
Esta cuestión llevaría a pensar que las cifras anteriores incluyeron también a estos vecinos de Sevilla, entre los que se encontraría el señor Alonso Rodríguez de Medina, Jurado de la capital hispalense, y propietario de la heredad donde Cortés pasaría sus últimos días de vida, que por una u otra razón pechaban a la Orden. De cualquier forma, la presencia de gentes bajo jurisdicción hispalense debía ser importante.
Mientras tanto, continuaban produciéndose las periódicas “Visitas” llevadas a cabo por destacados miembros de la Orden Militar.
Respecto a los edificios más relevantes que se ubicaban en Castilleja de la Cuesta en esta primera mitad del siglo XVI, además de los edificios religiosos de la localidad, la ermita de Nuestra Señora de Guía, la parroquia de Santiago el Mayor, la capilla de la Vera Cruz, futura parroquia de la Inmaculada y la capilla de la Santísima Trinidad, ubicada también en la Plaza de Santiago, se hallaban los cuatro arcos que flanqueaban la Plaza de Santiago, de los que tan solo quedan tres, y un hospital, titulado desde su creación a finales del siglo XIV, “Cuerpo de Cristo”.

Respecto a los mencionados arcos, se tiene constancia documental de su erección en el año 1538, una vez que el territorio de Castilleja de la Cuesta fue adquirido por el primer conde de olivares don Pedro de Guzmán, como señal de posesión, “como acostumbran señalar sus territorios las Órdenes Militares...”.
He citado con anterioridad la desaparición del cuarto arco que exornaba la plaza de Santiago, este hecho se produjo en el año 1875, bajo la excusa siguiente:

AÑO DE 1875:  Desaparición del arco que desde la calle Daoiz que daba acceso a la Plaza, con la argumentación de que no servía para el ornato público, y que los materiales del derribo serían empleados en la construcción de un nuevo edificio municipal”.
        
        Ubicado también en el Señorío Antiguo de la Villa, en la actual calle Enmedio, se levantaba un hospital, que, aunque muy modesto, servía para acoger a gentes o mendigos transeúntes, desvalidos o enfermos, y cuyos bienes eran muy reducidos. En la visita efectuada por miembros de la orden militar santiaguista durante el año 1515 la descripción del hospital fue la siguiente:
        “Hay en dicho lugar una casa que dio María Garay para Hospital, es una casa baja que tiene una ¿qindia?(sic) a la entrada y a la mano derecha una camarilla, y a la izquierda, tras la puerta, una cocina, y dentro de ella (roto), y de dicha sala se sale a un corralejo pequeño. El maderamiento de la dicha casa y piezas es de madera de castaño y de tributo tiene siete reales y media que paga Hernando Hayán, vecino de Castilleja de censo sobre un pedazo de bodega y corral pagado al dicho hospital que se lo dio a censo y así mismo tiene otros tres de censo y pecho, que paga Inés Rodríguez, sobre una aranzada de viña que es de Castilleja, al sitio de la Herreyuela...; la cual administra la Hermandad del Santísimo Sacramento del dicho lugar, mandado por los hermanos de la dicha cofradía, para que tengan cuidado del reparo de la dicha casa, por manera de asistir y atender para los pobres que concurrieren”.

      Llegados a este punto, debemos añadir que casi todos los hospitales abiertos en el señorío santiaguista del Reino de Sevilla estaban administrados por una cofradía, cuyo nombre coincidía con la advocación del hospital, tal y como sucedió en el alixeño.

         Hemos dejado para el final las heredades o haciendas, las auténticas protagonistas del trazado urbano de Castilleja de la Cuesta desde los inicios del siglo XVI. De hecho, se tiene constancia documental de al menos doce Haciendas erigidas en el término de Castilleja de la Cuesta durante el mencionado periodo entre las que se encontraba la del señor Alonso Rodríguez de Medina:
La Sagrada Familia, Santa Bárbara, Nuestra Señora del Rosario, San Ignacio, Real de San Pablo, de Guémez, San Rafael, Marquesa de Loreto, San Francisco de Paula, Las Segovias, La Pintada, de la Condesa de Lebrija, y la del señor Alonso Rodríguez de Medina antecedente del lugar donde hoy nos hallamos, futura Hernán Cortes, Montpensier y Madres Irlandesas.
En definitiva, a lo largo del XVI, la Villa continuaría forjando su trazado urbano constituyéndose en un núcleo poblado definido y pasando a convertirse en un próspero enclave señorial. Durante el Quinientos, el protagonismo principal recaerá en determinadas familias nobles y eclesiásticas, cuya actividad compradora es relevante. Junto a ellos, y en la formación de las grandes propiedades, destacará la oligarquía de la capital hispalense convirtiendo sus haciendas de viñas y olivares en auténticos centros económicos y sociales de poder.

Pero sin lugar a dudas, y ciñéndonos al ámbito social, el hecho histórico más relevante relacionado con la villa Castilleja de la Cuesta durante la primera mitad del siglo XVI sería el fallecimiento del señor Hernando Cortés Pizarro “Hernán Cortés”, conquistador de Méjico, el día 2 de diciembre de 1547 en la hacienda del señor Alonso Rodríguez de Medina, Jurado de la capital hispalense que estuvo ubicada en parte del espacio que actualmente ocupa el Convento de Madres Irlandesas, en el llamado por aquel entonces  “Camino Real”.
En una cita extraída de la obra “VIDA DE LOS NAVEGANTES Y CONQUISTADORES ESPAÑOLES DEL SIGLO XVI”, escrita por el historiador Ricardo Majó Framis, quedaría descrito este suceso, en el que aparecen ligadas la iglesia de Santiago junto al Ilustre Hernán Cortés, del siguiente modo:
“Los aldeanos y pobre gente del lugar apenas se dan cuenta de la magnitud histórica del hombre que está muerto entre los muros de la Villa humilde. La esquila de la iglesia, que llaman de Santiago, tañe, tañe, dolorosa. El acólito que mueve la cuerda, no da paz a la mano. Lo mismo hubiera hecho por el último y pobre labriego del lugar”.

Cortés llegaría a Castilleja, según algunos historiadores, una tarde del mes de junio de 1547 procedente de Nueva España (virreinato español de Indias, correspondiente al actual México, parte de Estados Unidos y de América Central), tras desembarcar en Sevilla con la intención de ser recibido por el rey ante el incumplimiento que un día le hiciese respecto a cargos administrativos y clausulas territoriales; otros historiadores remontan su llegada a Castilleja de la Cuesta, incluso con anterioridad. Sin embargo, ambas teorías son erróneas, pues durante la redacción de su testamento, el día 12 de octubre del mismo año, residía en Sevilla en la collación de San Marcos. Por consiguiente, podemos fechar la estancia del conquistador en las dependencias de Castilleja de la Cuesta en el periodo comprendido entre el día 13 de octubre y el día 2 de diciembre de 1547 en que se produce fallecimiento.  

Mientras Hernando esperaba esa llamada para ser recibido en la corte, contaba por aquel entonces el conquistador con 62 años de edad y con una salud algo quebradiza, fue invitado por su amigo Alonso Rodríguez para que se alojase en su casa-hacienda de Castilleja de la Cuesta. La invitación se prolongaría más de lo previsto motivado ello por la prolongada tardanza de la entrevista solicitada -curiosamente nunca se produjo, y por la mermada salud del conquistador quién tras una corta enfermedad fallecería en sus aposentos el citado 2 de diciembre de 1547. Curiosamente, y como uno de los últimos datos aportados en esta ponencia, es un codicilo que realizaría horas antes de su fallecimiento, derogando algunas cláusulas del testamento anterior. En este documento se constata lo delicados momentos con la afirmación final en la que se expresa: “Que no sabía (podía) firmar por la gravedad de su enfermedad

En el momento de su fallecimiento estuvieron presentes su hijo Martín Cortés y el Prior del Monasterio de San Isidoro del Campo, fray Pedro Zaldívar, además de otros nobles y amigos. Al día siguiente su cuerpo fue trasladado desde Castilleja al monasterio de San Isidoro del campo de Santiponce, depositándose en el sepulcro de los duques de Medina Sidonia. Algún tiempo después fue trasladado a Méjico, respetándose una de sus últimas voluntades recogidas en su testamento, redactado el citado 12 de octubre.

El hecho de alojarse durante dicho periodo en Castilleja de la Cuesta no era de extrañar, pues la mencionada Villa, ya había sido escogida como lugar de residencia y de explotación agrícola por algunos caballeros hidalgos, comerciantes y centros de religiosos.

Seguidamente, tras las postales mostradas sobre distintos aspectos de la sociedad alixeña, nos centraremos en el desarrollo arquitectónico que tuvo la primitiva hacienda-palacio en la que falleció Cortés, propiedad por aquellos años del citado Rodríguez de Medina, hasta el aspecto que presenta hoy día. Para ello, nos hemos basado en descripciones arquitectónicas ofrecidas en diversas fuentes documentales: contratos de compra-venta; relación de tributos, adquisición de nuevos terrenos agrícolas y algunas cláusulas testamentarias.

DESCRIPCIÓN DEL EDIFICIO DURANTE LOS SIGLOS XVI Y XVII

El edificio en que se alojó don Hernando Cortés, correspondía a las típicas casas-palacios que formaban parte de las heredades o haciendas agrícolas heredadas de las alquerías musulmanas.

Una vez creadas, las haciendas formarían un conjunto arquitectónico en el que se integraban actividades tan diversas como la residencia señorial, la industria de transformación de la aceituna y la uva, la elaboración de aguardiente y arrope y otras funciones agrícolas y ganaderas; un conjunto en el que a cada actividad corresponde su propio espacio que se articula armónicamente, presentando diferentes soluciones formales. Las partes por las que han estado constituidos estos espacios durante sus siglos de existencia fueron las siguientes: patios, señorío, vivienda, capilla, molino-almazara, atarazana-bodega y lagar.

Durante la segunda mitad del siglo XVI la heredad continuaría en posesión del Jurado don Alonso Rodríguez de Medina y sus descendientes, para pasar a poder de Francisco de Vargas a comienzos del siglo siguiente. Según contaban algunos testigos contemporáneos “vieron muchas veces venir a Jesuitas y otros personajes, y preguntando por la habitación donde murió Cortés, rezaban en ella los eclesiásticos sus responsos, y se llevaban tierra de las paredes para memoria de este héroe, habiendo llegado el caso de no entender el idioma de algunos americanos y otros extranjeros que expresamente venían al pueblo en busca de la citada casa

Una nueva descripción nos la ofrece formada por: “...comprenden unas casas en Castilleja de la Cuesta con su palacio, soberados, las vigas e teja toda, corrales y cortinal y un portal con su huerta, corral y pozo, lindantes con otras casas y viñas, libres y realengas sin ningún tributo, bodega y vasijas, además de dos mulas, una prieta y otra blanca, un carretón con cuatro ruedas, una pipa y un barril, dos calderas grandes de cobre para hacer aguardiente, y dos cubos de lo mismo, así como un tonel grande donde están estos, dos tiestos y dos cucharas de palo, y una horqueta de hierro”.

Y a finales del siglo XVII, de la siguiente forma: “Las casas de Castilleja se venden con su palacio y cocina, e soberados e bodega y lagar y tinajas e cestos, e con 31 tinajas grandes y pequeñas y con un cortinal de viñas... de una aranzada poco más o menos, con su cañaveral y ciertos árboles de albaricoques e higueras y ciruelos, lindantes con viñas de otros propietarios y, por delante con la Calle Real.

Ya a comienzos del siglo XVIII, la hacienda se hallaría en manos del Almirante y Caballero de la Orden de Santiago el señor Pedro Adrián Colarte, quién la estuvo poseyendo hasta su fallecimiento en el mes de agosto de 1735. Todos sus bienes pasaron a poder de sus herederos, sus hijos Juan, marqués de Aguilar, y Micaela Colarte y su esposo Ignacio de Rozas, Maestrante de Sevilla.

A continuación, os presento algunos extractos del citado testamento realizado por el señor Pedro Adrián Colarte en los que podremos apreciar el potencial económico y la categoría arquitectónica y de bienes muebles, que seguía poseyendo la hacienda hasta el momento de su fallecimiento:

AÑO DE 1735. Testamento de Pedro Adrián Colarte.
“También se pone por inventario una Hacienda de Campo que está en dicha villa de Castilleja que se compone de Casas, oratorio, atarazana de dos naves con ciento treinta y nueve toneles, tina de medir vino, envasador y fonil y medidas de cobre, bodega de cuatro naves, dos lagares y dos vigas, cuatro pilones y tres tinteros, setenta y cuatro tinajas de Lucena y de Coria, veinte y una botas y pipas, dieciocho tinas de carreta, cuatro peroles de cobre, mas pertrechos necesarios; y asimismo fábrica de aguardiente con dos calderas de cobre con todo lo necesario, y una atarazana para el aguardiente; cuatro toneles y siete pipas y dos tinajas; y asimismo caldera para cocer arrope con lo necesario con su horno, corral, caballerizas…; y asimismo un molino de aceite con su piedra y trojas, caldera y otra piedra de moler con su montero, diez tinajas de aclaradero y un almacén de aceite con treinta y cinco tinajas; y una huerta, y asimismo cinco suertes de olivares en diferentes sitios y diversos pedazos de viña.
- Doscientas veinte y cuatro arrobas de aceite.
- Dos mil ciento y cincuenta y seis arrobas de vino, las quinientas y cuarenta y ocho de color, mil trescientas y cincuenta y seis blanco y las doscientas y cincuenta y dos restantes blanco bajo, de los cuales dichos bienes y demás cosas aquí declaradas dichos bienes.

- Ítem. Veinte y ocho esteras de esparto de la casa de la Hacienda y nueve compuertas de las ventanas. Una caja de cedro de cerca de dos varas de largo con su llave. Otra arca de cedro como de vara de largo con su llave. Seis taburetes. Un bufete de caoba con su herraje. Otro bufete de cedro chico. Una tarima de tres cuerpos.
. Dos chocolateros de cobre, uno grande y otro chico. Un almirez con su mano. Dos velones. Dos peroles, uno mediano y otro pequeño. Dos tinajas con sus tapaderas. Dos garrafas de vidrio, una grande y otra chica. Un pesito de pesar doblones. Dos cortinas de lienzo crudo.. Siete tablas de manteles. Once sábanas de lienzo buenas. Un bufete de cedro redondo. Un taburetillo de baqueta de tijera. Nueve canceles de celosías y otro de tabla. Un bufete grande de caoba con su herraje. Otro bufete de cedro con su herraje. Un escaparatón de ébano. Un espejo con su marco negro. Cinco mapas. Un cuadro chico con su marco negro. Un cuadro de San Francisco de Paula. Dos espejos grandes y molduras doradas con sus pies. Un bufete grande de cedro con su herraje. Dos escritorios de China con sus coronas y pies dorados. Veinte y siete esteras de esparto chicas y grandes y seis compuestas. Tres coches, uno carro muy nuevo sin cortinas, otro de media vida y el otro viejo. Una colgadura de cama de saya blanca con sus flecos de seda encarnados y blancos. Otra colgadura de cama de raso de labinia con ramos estampados. Una colcha de cama de moaré celeste bordada de seda. Una colcha de cama de tafetán doble verde con una bordadura de seda. Otra colcha de cama de saya color de fuego forrada en pajizo, bordada y tiene diferentes ramos. Tres cucharas y tres tenedores de plata. Una venerita de concha de perla. Otra venerita de porcelana. Un rosario de Jerusalén engarzado en plata. Un par de hebillas de plata. Una cajita de plata.
                      
Se pone por inventario (he reseñado algunos bienes que presentaban mayor interés) lo de más interés) el Oratorio que hay en la Hacienda que recoge lo siguiente:
-  Primeramente un lienzo del Santísimo Cristo de Burgos con su marco dorado. Un cuadro de Nuestra Señora de los Dolores. Dos láminas de la Pasión de Nuestro Señor, pintura en cobre con sus marcos de ébano. Cuatro casullas de diferentes colores con su estola y manípulos. Dos misales, uno viejo y otro nuevo.
En la ciudad de Sevilla 26 días del mes de agosto de 1735”.

Nuestra heredad, futura casa palacio de Cortés, formaba, junto con las haciendas de San Francisco de Paula, Nuestra Señora del Rosario, Condesa de Lebrija y la Sagrada Familia un auténtico potencial económico dentro de la Villa. Alcanzando su cota más alta de productividad, al igual que otras heredades de la población, durante los siglos XVII y la primera mitad del XVIII.

Muestra de ello es el aforo realizado el día 5 de enero de 1734, en la hacienda palacio de Cortés, cuyo propietario era por aquel entonces el señor Pedro Adrián Colarte; en aquella ocasión, asistieron al acto su capataz Pedro Márquez, el aforador Juan Gregorio Ortiz, el Teniente Gobernador de la Villa Cristóbal de Vallecillos, el alguacil mayor y el escribano de la misma, recogiéndose las siguientes cantidades:

 “Pasando a la atarazana primera, en la primera andana 33 toneles con 466 arrobas de vino, quedando un tonel con un resto de aguardiente; y de esta se pasó a la segunda.
   . En la segunda andana o hilera, dicho aforador, metiendo nuevamente la vara, aforó 426 arrobas de vino, declarando que quedaba un tonel vacío, pasando a continuación a la tercera.
   . Y en la tercera andana tasó 36 toneles con 406 arrobas de vino, quedando en esta 2 de vino nuevo.
   . Y en la cuarta andana, dicho aforador en 26 toneles tasó 314 arrobas de vino, quedando en esta andana 8 de vino nuevo, quedando 2 toneles con vinagre.
   . Y en los 10 toneles declarados que están en esta atarazana, el aforador tasó 350 arrobas de vino nuevo.
  . Y estando en la bodega de la viga, en 15 vasijas de madera se tasaron 117 arrobas de vino; también se aforaron 7 pipas de vino nuevo, y en ellas 140 arrobas. En dicha bodega hay también 13 pipas y en ellas están las lías y asientos. Y estando en la cochera, el aforador tasó10 pipas de vino añejo con un total de 100 arrobas, existiendo también 3 toneles de vino bajo con un total de 39 arrobas. Y asimismo un tonel de vino nuevo en el que se aforó un total de 36 arrobas.
 . Y en el colgadizo del molino, el dicho aforador, en 9 toneles 117 arrobas de vino añejo.
 . Y en la atarazana del aguardiente, en 4 toneles se tasaron 60 arrobas de vino añejo, y en 5 pipas 50 arrobas de vino que sumaban 110 arrobas.
  . También se aforaron 3 pipas, y en ellas 24 arrobas de vino nuevo; y en los 2 toneles de vinagre dos restos de 14 arrobas.
   De manera que el vino añejo y nuevo aforados sumaron 2.606 arrobas, y en vino bajo 39 arrobas y los 2 restos de vinagre 14”.

Durante los mencionados siglos, tal fue el auge y la fama de los productos elaborados en las diversas haciendas de Castilleja de la Cuesta, que su abundante productividad propiciaría la instalación en la localidad de una compañía de caldereros franceses, para cubrir las necesidades de las mismas, entre las que se encontraba la elaboración y reparación de diferentes calderas para la elaboración de arropes y aguardientes, así como la realización de diversos utensilios de cocina.

COMIENZO DEL DECLIVE

Siguiendo con la historia de la hacienda palacio de Cortés, varias fueron las circunstancias que propiciaron el declive de la heredad iniciada a mediados del siglo XVIII, siendo sus propietarios por aquel entonces el marqués de Aguilar e Ignacio de Rozas; de hecho se tiene constancia del declive en que había entrado la finca desde hacía algunos años, hasta tal punto que algunas de sus habitaciones eran arrendadas a particulares como viviendas; prueba de ello es la información recogida en el año 1760 en la que se citaba lo siguiente:

AÑO DE 1760.
“El marqués de Aguilar y don Ignacio de Rozas, sus herederos, poseen por indivisos, una Hacienda y Casa de Campo en esta Villa, en la Calle Real de ella, que linda con casas de los herederos de Cristóbal de Vallecillos, y con las de Cristóbal García, que se componen de diferentes cuartos, bajos y altos, y dentro de ellas un Almacén para aceite, con doce vasijas de barro, de cabida de cerca de mil arrobas, y una bodega con su lagar y viga. Su atarazana, sin tonel alguno, que el todo de dicha Hacienda ocupa noventa y dos varas de fondo y cuarenta y cinco de frente, cuya Hacienda, por no tener tráfico ni uso, sus oficinas están todo ello arrendado por sus dueños como casas de vivienda, en trescientos cincuenta reales de vellón cada año.

Otra de las cuestiones por las que la hacienda palacio de Cortés se vería afectada es el que hace referencia al tema tributario civil y eclesiástico con la que estuvo gravada. Así, en 1760, y en el legajo correspondiente a la “Única Contribución” perteneciente al Archivo Municipal de Castilleja de la Cuesta quedaron anotados los siguientes:

“Pago sobre estos bienes, veinte y cinco reales de tributo perpetuo cada año al Veinticuatro D. Alonso Melgarejo, el que se haya comprobado. Asimismo, expresando los dueños de esta Hacienda que, sobre ella, y los olivares y tierras que tienen en término de la villa de Camas, pagan a la Capellanía que en la Parroquial de San Nicolás de Sevilla fundó Antonio Fernández Cabanillas, un tributo redimible de setecientos y cincuenta reales de renta cada año, por el correspondiente principal. Y a la Capellanía que en la villa del Pedroso fundó Diego Pérez Cabezas, pagan otro tributo sobre las propias fincas, de seiscientos setenta y cinco reales de renta cada año…”.  

Pero el hecho que supuso la total ruina, el golpe de gracia, no solo de la futura Casa-Palacio de Cortés, sino de una buena parte de las haciendas ubicadas en Castilleja de la Cuesta desde finales del siglo XV, fue la Invasión francesa. En un nuevo documento,  también en esta ocasión referente a la hacienda de Cortés se mencionaba lo siguiente:

“Las circunstancias que han ocurrido en el Reino, por no haber dinastía, revoluciones que han sobrevenido, entrada de las tropas francesas en esta provincia, haberse interceptado toda la correspondencia con Cádiz, e inutilizándose la que tenía con las Américas, hizo venir a esta casa un estado de decadencia como ha sucedido a casi todas, sin poder continuar su giro en ningún ramo del comercio, sin tener arbitrio para recaudar los caudales que han estado en giro, sin poder pagar varias letras que estaban aceptadas, y sin tener proporción para mantener dichas Haciendas, que en el día nada producen porque sus rendimientos no alcanzan el pago de las contribuciones extraordinarias que están impuestas para mantener los ejércitos imperiales, viniendo a ser consecuencia, perjudicial la conservación de dichas Haciendas…, refiriendo que no había comprador que diese el valor de ellas...”.

LA VENIDA DE LOS MONTPENSIER.
Tras casi un siglo de abandono, sus estructuras arquitectónicas darán un vuelco con la intervención directa de los señores duques de Montpensier, bajo la dirección del maestro arquitecto don Balbino Marrón y Ranero. La transformación de la primitiva, vetusta y arruinada hacienda del señor Alonso Rodríguez de Medina se convertirá en la Casa Palacio, conocida, ahora sí, con el sobrenombre de Hernán Cortés.

El día 10 de octubre de 1846 contraían matrimonio la hija del rey Fernando VII y María Cristina de Borbón y hermana de Isabel II, la Infanta doña Luisa Fernanda de Borbón con el duque de Montpensier don Antonio María Felipe Luis de Orleáns. Al igual que todos los grandes acontecimientos reales, en esta nueva ocasión también fueron celebrados los fastos en Castilleja de la Cuesta, durante los días 25, 26 y 27 de octubre; así, en la mañana del primero de estos se celebró una misa solemne en la parroquia matriz de Santiago, en la que se cantó un Tedeum, y en los siguientes hubo iluminación general de la Villa y repique de campanas.

Tras su asentamiento en el Palacio de San Telmo de Sevilla, durante el año de 1854, fueron adquiridas por los duques las siguientes propiedades en Castilleja de la Cuesta: en primer lugar, la casa hacienda en la que falleció el conquistador Hernán Cortés, en la Calle Real de la Villa, renovando su arquitectura casi en su integridad, alzando en su fachada un monumento recordatorio a la memoria de éste personaje, y colocando delante del edificio una verja que avanzaba unos cinco o seis pies sobre dicha calle, y también, la casa inmediata a la anterior, con la idea de ampliar la primera y alinear la fachada, hasta esos instantes, bastante irregular. Para ello fueron presentados los planos pertinentes, realizados por el arquitecto Balbino Marrón y Ranero, siendo aprobados sin problemas por las autoridades pertinentes, la excelentísima Diputación y el Señor Gobernador de la Provincia, con arreglo a lo dispuesto a la ley en vigor en aquellos años.
Las mencionadas obras fueron realizadas durante dos fases:
1ª). 1854-61 conservación de partes de la casa renacentista que se conservaban en mal estado. Construcción del jardín.
2). 1861-65 Intervención en las casas de la servidumbre y caballerizas. Anexar la casa contigua para construir el callejón nuevo o calle de la infanta.

Las primeras actuaciones, desarrolladas entre 1854 y 1861, se centraron en la conservación de la arquitectura preexistente y en el espacio cultivado. El especial interés histórico de la casa de labor en la que habitó Hernán Cortés orientó la intervención hacia la protección sensible de los restos.

El proyecto comenzó inmediatamente después de la adquisición, si bien en este caso con una actuación destinada sólo a la conservación de la parte señorial de la heredad de estilo renacentista. Esta primera fase permitió habilitar una parte de la casa con uso expositivo dentro de un recorrido general de carácter museístico, a modo de memorial evocador de la figura de Hernán Cortés. La crujía rehabilitada de la fachada contenía el vestíbulo que contenía tanto el acceso a la sala de la colección privada que formó Antonio de Orleans en honor del “conquistador”, como el acceso directo al patio, y de éste, al jardín. Al lado del vestíbulo, una de las estancias principales se destinó a la escalera que facilitaba, en esa primera fase, acceder a la terraza situada sobre las salas del museo, denominado en el plano del arquitecto Marrón, “Sala de Hernán Cortés”.

En verano de 1854 se ejecutaría en enverjado de la casa por valor de 18.000 reales.
Durante los meses posteriores a la inauguración de la casa la actividad en la parcela se redujo a obras de mantenimiento y conservación de la huerta y el jardín. Se contrató con Julio Parizot, propietario de la fundición sevillana de San Bartolomé, que ya había construido dos norias para la propiedad de los duques en Sanlúcar de Barrameda, la fabricación de una noria “con 73 cangilones” para su colocación en Castilleja, en la huerta de la casa de Hernán Cortés, con el fin de construir el nuevo jardín. El encargado de diseñar y dirigir las obras del jardín sería el jardinero francés Lecolant, responsable de la decoración de los jardines del palacio de San Telmo de Sevilla.

El día 9 de abril de 1855 quedaron finalizadas en parte, las obras del nuevo palacio bajo la dirección del mencionado maestro Marrón, tal y como quedó recogido en el prólogo del libro de firmas, conservado en las dependencias del actual edificio, que sería habilitado por los duques para los futuros visitantes:
Sabedores S.S.A.A.R.R. los Serenísimos Señores Infantes Duques de Montpensier de que existía esta casa donde murió el célebre Hernán Cortés, dispusieron su compra, y después de conseguida esta la han obrado a sus expensas. El interés principal de S.S.A.A. al hacer estos dispendios, no ha sido otro, que el de conservar este monumento de Gloriosa Memoria para España y la de perpetuar por este medio, en este pueblo tan próximo a la Capital de Andalucía, el recuerdo de que habitó y falleció en él, el Ilustre Conquistador de Méjico. Además de la compra y reparación de este edificio tal cual hoy se encuentra, han costeado S.S.A.A.R.R. todos los muebles y efectos que lo adornan con el objeto de ponerlos en estado de que los viajeros y demás personas que quieran visitar este monumento de Gloria Nacional, atraídos por el recuerdo que está unido a él, lo encuentren tal como por su importancia lo merece. Castilleja de la Cuesta a nueve de abril de mil ochocientos cincuenta y cinco. Firman entre otros: María Luisa Fernanda; Louis de Orleáns, y Antonie de Orleáns”.

En el mencionado libro quedarían registradas las correspondientes firmas de algunas de las personalidades que visitaron el edificio durante la segunda mitad del siglo XIX fueron: Demetrio de los Ríos; el Marqués de Loreto; Fernando, Rey de Portugal; Albert Eduardo, Príncipe de Gales; José María la Fragua, Ministro de Méjico; la Marquesa de Campo Ameno; el Conde de Peñaflor; el poeta Gaspar Bono Serrano y la escritora Cecilia Böhl de Faber y Larrea conocida con el pseudónimo de Fernán Caballero. A los que hay que sumar los reyes de España don Alfonso XII y doña María Cristina de Habsburgo. En el mes de mayo de 1914, estando ya en propiedad de las Madres Irlandesas, se producía la visita regia de la Reina Victoria,...nos ha vuelto a visitar como lo hace siempre que viene a Sevilla”.  Reseñar finalmente, el registro de firmas tan ilustres como la de la señora condesa de Barcelona doña María de Borbón en 1988, y la de don Luis Echeverría Álvarez, expresidente de Méjico el día 24 de mayo del citado.

Una vez efectuadas las obras palaciegas de mayor envergadura, las siguientes actuaciones se llevaron a cabo en el entorno del edificio. Así, el miércoles cinco de noviembre de 1856 se otorgaba a los señores duques el beneplácito para poder rectificar la línea de la fachada exterior del palacio, tras ser revisado el proyecto por el señor Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos de la ciudad de Sevilla, siendo aprobado finalmente por el Ayuntamiento de la localidad. Para poder completar con éxito dicha alineación, los duques adquirieron tres casas colindantes al palacio cuyas fachadas daban también a la calle Real.

Tras la inauguración del palacio, años más tarde, en 1861, una vez colocado el busto de bronce sobre la entrada principal del edificio realizado en Italia por el artista Michel Louis Víctor Mercier (24 de mayo 1810 París- 1894), se continuaron realizando una serie de reformas exteriores como fue la plantación de árboles en la parte trasera del edificio, en lo que hasta entonces eran unos reducidos jardines. Para ello, en 1863 fueron presentadas en el Cabildo de la localidad una serie de peticiones que lo corroboran; así, el 11 de febrero del mencionado año, el representante de los Montpensier en Castilleja de la Cuesta, que por aquellos años era el ex alcalde don José Marín Oliver solicitaba lo siguiente:

“…la plantación de algunos árboles, arbustos de sombra y recreo, en el Sitio del Camino Nuevo, extramuros de esta población, confinante con la Huerta y Jardines del Palacio Monumento alzado por S.S.A.A., a la memoria de Hernán Cortés; y considerando que el referido plantío en nada perjudica al Camino, y si por al contrario es beneficioso a los transeúntes y aspecto público de aquel sitio; por unanimidad acuerdan:

Se concede a S.S.A.A., autorización para que a sus expensas y sin afectar en ningún concepto los intereses del común, puedan efectuar el pretendido plantío, siempre que sea en la parte extrema y lateral del camino de que se trata, dejando los huecos y dimensiones necesarias entre los árboles, de manera que no estorben el libre tránsito de carruajes y acémilas y no impidan tampoco la entrada y salida de las portadas y portillos de los edificios colindantes al mismo Camino, ni a las propiedades rurales situadas frente de aquellos, y se declara que aunque la propiedad de estos árboles es de S.S.A.A, para gozar de su sombra, a la vez han de poder disfrutarla los habitantes de la población y los transeúntes”.  

Según un nuevo documento perteneciente al Archivo Fundación Infantes Duques de Montpensier, el día 1 de junio se llevaron a Castilleja 40 pies de abeto y cedros variados, 12 pies de palmeras datileras, 40 pies de arbustos variados de ciprés y 5 pies de plataneros comunes. El 1 de noviembre se llevan 100 pies de arbustos de tipo cipreses, cedros y otros, que debían estar destinados al cerramiento del seto del jardín, y se compran también semillas y plantas para macetas con destino a San Telmo y Castilleja. Se pagan palmeras para Castilleja el 12 de abril de 1862. El 28 de marzo de 1863 se envían otros 319 pies de arbustos y árboles por un total de 2.048 reales. Finalmente, el 31 de diciembre de 1865 Manuel Groso presentaba la factura por el merendero y por alambrar la cúpula, por la veleta y por la verja para la alberca.

Para dar una descripción un tanto romántica del jardín, os ofrezco la descripción que del mismo, realizaría años más tarde la escritora Cecilia Böhll de Faber y Larrea (Fernán Caballero) en la revista nacional “LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA”, dedicada a Monumentos Históricos de España, quién tras una visita efectuada al palacete de Castilleja, ofrecía una completísima descripción tanto del edificio, que describiremos seguidamente, como de los bienes que lo adornaban:
El jardín que han agregado SS.AA.RR., a la posesión es muy grande, o, mejor dicho, es un pequeño parque cercado de tapia. Como por encanto se ha formado allí un bosque de variados árboles, bajo cuya sombra se extienden y serpentean sendas, a cuyas orillas ofrecen los rosales flores de diversos matices. Enormes y antiguas higueras han sido allí conservadas con tanto cuidado, como si existiese tradición de que hubiesen prestado su sombra al ilustre anciano”.

2). 1861-65 Ampliación de nuevas estancias. Intervención en las casas de la servidumbre y caballerizas. Anexar la casa contigua para construir el callejón nuevo o calle de la infanta.
Una vez consolidadas las tareas de conservación y acondicionamiento de las partes históricas, las obras de ampliación del palacio propiamente dicho se ejecutan entre 1863 y 1865 en dos partes contractualmente distintas pero continuas en el tiempo. Estas obras, asignadas al constructor José de la Concha, se caracterizan por el añadido del cuerpo de la torre grande y por otorgar la imagen final al palacio de Castilleja de la Cuesta.
Esta primera parte de ampliación permitió añadir y ejecutar la citada torre grande de nueva planta, hasta la altura del asiento de las maderas del piso principal, sin solería, portajes ni herrajes, y solo con cuarterones del entresuelo con arreglo a los planos. En los huecos exteriores dibujados en los planos no se terminó de rematar la decoración, aunque si se colocaron los pilares o columnas de los parteluces y el contorno de los alfices. La planta baja de la torre se destinaba a cocina, que contaba con horno, hornillas y asador, y se comunicaba directamente con el comedor situado junto a la escalera por medio de un corredor al que asomaban las estancias de servicio: despensa, almacén de loza, comedor de la servidumbre, 1ª mesa, comedor para la servidumbre, 2ª mesa, fregadero de loza y fregadero. Un escusado se situaba se situaba junto al cuerpo de la escalera. También se refleja con detalle la posición de la verja de la fachada, con los escalones que permitían adaptar las cotas interiores de desnivel de la calle Real. En la planta principal se ubicaban las alcobas de los duques, también con un escusado y baño junto a la torre de la escalera. En esta planta, todas las estancias contaban con chimenea.

A continuación, entre 1866 y 1867, seguiría ampliándose la superficie del palacio. Los trabajos se centraron en la ampliación de la casa de Hernán Cortés con la casa N.º 65 antigua, entonces N.º 61, siguiendo los planos de Balbino Marrón.

Para ello fue presentada al Ayuntamiento una nueva solicitud, en esta ocasión por el intendente de los duques el señor Isidro de Cajigas, argumentando que tras la compra de la casa número sesenta y uno de la calle Real, era necesario rectificar la línea de la fachada del palacio corriendo el enverjado hasta el ángulo o esquina que había de formar una calle que intentaban dejar en beneficio perpetuo del público, para que pusiese en comunicación el centro de la población con el Camino Nuevo, por lo que Sus Altezas cederían de la mencionada casa tres varas de ancho y de centro, y con la misma anchura todo lo necesario hasta la salida al referido Camino, tal y como quedaba demostrado en el plano que acompañaba la instancia. Dicho permiso fue concedido. La nueva calle fue rotulada con el nombre de Camino de la Infanta.

Además, los mencionados señores correrían con los gastos del arreglo de la cuneta que presidía al edificio, así como con los que se originasen con las mencionadas obras. Las obras finalizaron cuando Groso coloca la verja que prolonga la existente hasta la esquina del edificio con el callejón Nuevo.

Finalmente, fueron construidos varios edificios de un piso, comprendiendo establos, cocheras, patios y vivienda de criados, situado en el ángulo del jardín; alineados junto al muro que delimitaba la propiedad con el callejón de Tomares, actual calle Virgen de Loreto; ocupando en conjunto una superficie de 1.497,75 metros cuadrados.

Fue ahora, durante el mes de marzo de 1867, cuando la familia Orleans Borbón se instale definitivamente en las nuevas casas del palacio: “Era el día 3 de marzo de 1867, desde muy temprano, la actividad en el palacio de los duques de Montpensier de Castilleja de la Cuesta era incesante, ¡dicen que se instalan los señores duques ¡en el interior, voces por aquí, voces por allá;
La infantita doña Mercedes podrá ocupar el primer cuarto en el cual todo el mobiliario está completo… en el dormitorio contiguo se podrán acomodar las dos infantitas, doña Amalia y Doña Cristina, el tercer cuarto podrá quedar para saloncito de estudio; los muebles de este estudio pasarían al cuarto del infantito don Fernando y la que hay en el mismo pasaría a la torre, en cuya habitación se podría poner el infantito don Antonio. Otras camas se disponen para el ama, doncellas. En el piso bajo, junto a la cuadra de caballos pueden estar dos criados y otro en un cuartito pequeño que está a la entrada del guadarnés. Para los criados que se instalen en la casa baja de pozo hay que mandar catres de tijeras; la noria ha sido reconocida, las cuadras de las mulas están bien, necesitan empedrarlas más no creo que puedan hacerse ahora queda Salgado reparando los muebles que vinieron últimamente de Inglaterra…mientras están poniendo los mozos las alfombras del entresuelo. ¿Se pone la alfombra en el salón de Hernán Cortés?”

De nuevo, una vez finalizadas la totalidad de las obras proyectadas por los duques, retomamos para su descripción, el citado artículo publicado por Cecilia Böhll de Faber, en la revista “LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA”:

AÑO DE 1877.
“Pasemos el camino que desde Sevilla conduce a Castilleja; subamos la pendiente que le proporciona su distintivo de la Cuesta; entremos en la calle principal que la atraviesa, y a poco hallaremos en ella un pequeño castillo edificado con suma exactitud y buen gusto el estilo moruno, sobre la casa arruinada casa en que murió Hernán Cortés. Con el peculiar tino y singular buen gusto que distinguen a S. A. R. el Excmo. Sr. Infante Duque de Montpensier, eligió para restaurarla el género de arquitectura indicado, pues sobre estar muy en armonía con el que también concuerda con los recuerdos de un país que conserva tan preciosos restos, era por su incomunicación con lo exterior el único que podía evitar el que esta morada, si llegaba a convertirse en regia, no tuviese ventanas a una vía pública muy transitada, cuyo grosero tráfico y constante polvo habría sido intolerable en ella, puesto que de esta vía no separa el edificio sino un corto espacio, cercada por una preciosa reja. Un solo hueco que en piso bajo tiene a la calle es la puerta, que continúa siendo la misma de épocas anteriores, y está formada de consistente caoba tachonada con grandes clavos de metal de cabeza dorada, salientes y labrados, según la usanza de los tiempos en que se hizo, por lo que se conserva fuerte y entera, sin más detrimento que faltarle algunos de esos clavos, vendidos por sus anteriores dueños o arrendatarios a ricos viajeros ó curiosos anticuarios. Sobre esta puerta se ostenta un busto de hierro del hombre que en aquel lugar halló el solo enemigo que lo rindió: la muerte.

El piso principal de este castillo, que no tiene tampoco ventanas sino al campo y al jardín, está destinado a los hijos de SS.AA. y a parte de la servidumbre. El segundo piso lo ocupan SS.AA.RR., y está sencilla pero preciosamente alhajado, con muebles de raíz. Cercano a las alcobas hay un precioso gabinete-tocador, donde a la sazón, y por ser el mes de María, se alzaba un altar a la Virgen, profusamente adornado de flores, al pié del cual está religiosa hija de nuestros Reyes reúne a sus hijos y doncellas para brindar con ellos el conocido culto del mes de las flores a la Virgen.

El ángulo contiguo a estas habitaciones lo forma una torre en que hay una sala, o más bien un belveder, con balcones grandes, morunos en sus tres costados, que ofrecen unas vistas magníficas, en particular aquel que da frente a la Vega y a Sevilla. por cima de esta ciudad encuentra la vista a Carmona en su altura, yendo a descansar sobre las cúspides de las montañas de Ronda. El día en que de esta vista disfruté, estaba, como he dicho, nublado, por lo que no deslumbraba el brillo esplendente del sol; cada objeto, aunque lejano, se divisaba minuciosamente, sin que ningún pormenor del paisaje se ocultase; solo el río, al que presta el sol un brillo que no tiene, ocultaba como avergonzado sus turbias aguas entre los árboles y sus altas orillas. La catedral, en cambio, surgía sobre Sevilla, como se eleva la religión sobre todo lo que es humano. Los otros dos balcones tienen alegres vistas, el uno a los jardines, el otro al pueblo, y en lontananza a olivares y arboledas, y más allá el uno al pueblecito de Tomares, y el otro al de Castilleja de Guzmán.

A la izquierda del emparrado tiene la nueva construcción un ángulo saliente que forma el comedor, linda pieza que por casi todas partes mira al jardín por respectivas vidrieras. Después del emparrado está el pavimento del patio de la antigua casa; ahora han reemplazado floridas macetas los escombros que lo cubrían. Vese allí un saltador a flor de tierra, con su recipiente formado de azulejos bien conservados, y un estanquito en el que, según tradición, se divertía el grande hombre en sus últimos días en ver nadar pececillos encarnados. Los cimientos y pequeños trozos-muros de la que fue la habitación de Hernán Cortés se han conservado religiosamente entre un bosque de azucenas, como joyas entre algodones”.

Integrados en la sociedad alixeña durante sus largas estancias primaverales en la Villa, los duques de Montpensier colaborarían con sus dos templos parroquiales y con sus respectivas y centenarias hermandades, la de Santiago y la Concepción.   Un bonito y simpático hecho fue la colocación del primer reloj que se instaló en la torre de Santiago de la población, para el que se abrió una suscripción popular, siendo invitados por el Cabildo Municipal los citados duques, quienes colaboraron con una gran aportación.

Conocedores los duques del encanto mostrado por su hija María de las Mercedes por el palacio de Castilleja “era el sueño de su infancia”, ya que, según una leyenda, recogida en la obra publicada por Ana de Sagrera titulada “La Reina Mercedes”, fue junto a una de las tapias de la propiedad donde una gitana le reveló “que veía su cabeza con una corona de Reina”, siendo allí también donde recibiera la primera ovación de su reinado, el recinto, junto a la colección en torno a Hernán Cortés que cobijaba, le fue entregado como dote matrimonial el día 21 de julio de 1877: “Mercedes, tu madre y yo hemos decidido que la finca que tanto te gusta entre en tu Corbeille de mariage”.

Fallecimiento de María de las Mercedes           
La boda con el rey Alfonso XII se celebró el 23 de enero de 1878 en la basílica de Atocha. Castilleja de la Cuesta, que siempre estuvo muy identificada con la Familia Real española durante la segunda mitad del siglo XIX, sufrió un duro golpe al conocer el fallecimiento de la Reina Doña María de las Mercedes en el mes de junio del mismo año, ya que rara vez dejaba de pasar unos días en su Palacio de Hernán Cortés cada vez que visitaba la capital hispalense; curiosamente en ese mismo año en el que se produjo su muerte, estuvo residiendo en el palacio de la Villa durante la Semana Santa acompañada por la Corte. Ambas cuestiones, quedarían recogidas en las actas capitulares municipales, de las que a continuación os narro algunos extractos. En el primero, se hacía mención a las visitas efectuadas a la localidad por los reyes de España durante este periodo:

“Por tener hoy la honra especialísima de tener en ella a S.S.M.M., los Reyes de España, su Real Palacio de Recreo, donde el Municipio ha tenido el placer y la altísima honra, por dos veces, de ofrecer sus respetos y acentuada adhesión, a los Augustos Monarcas, en las dos ocasiones que S.S.M.M., se han dignado a recibir al Ayuntamiento, cuando han estado en la Villa...”.

Complemento de la anterior es la que corresponde a la sesión extraordinaria celebrada por el Ayuntamiento el 27 de junio del citado año: “Por la gran desgracia que ha ocurrido por la muerte inesperada de Nuestra Augusta adorada Reina Doña María de las Mercedes, se acordó por unanimidad, hacer constar aquí el profundo sentimiento y amarguísima pena de que está poseída en este momento este Ayuntamiento, por tan irreparable pérdida, y con mucha razón, cuando en este pueblo era tan conocida la Augusta Señora, y se ha tenido mucho tiempo la alta honra de tenerla dentro de sus muros con sus Augustos Padres, en su Casa-Palacio, donde ha sido visitada por las autoridades, y apreciado en repetidísimas ocasiones sus grandísimas virtudes”.

A continuación, os presento una fuente documental, nuevamente procedente del Archivo Municipal del Ayuntamiento de Castilleja de la Cuesta, con la que quedan descartadas definitivamente las afirmaciones hechas por algunos historiadores quienes argumentan que El Rey Alfonso XII, tras el fallecimiento de María de las Mercedes en 1878, nunca más visitó el edificio. En esta recoge una nueva visita Real que se produjo en el año 1882, algunos días antes de la Semana Santa:

VISITA DE SUS MAJESTADES DON ALFONSO XII Y DOÑA MARÍA CRISTINA DE HABSBURGO-LORENA A LA VILLA DE CASTILLEJA DE LA CUESTA EN EL AÑO DE 1882:

Poco antes de la Semana Santa del año de 1882, S. M., la reina doña María Cristina de Habsburgo-Lorena, Archiduquesa de Austria, se presentó en la Villa de Castilleja de la Cuesta, para ver “su Palacio de Hernán Cortés”; llamados por S. M., el señor Alcalde don Antonio Quintanilla Domínguez, y el párroco de Santiago, don Miguel Puya Granados, ya que el de la Concepción, el señor don González Robles  estaba en el uso de sus “prerrogativas”, tomaría la palabra el señor Puya, exponiéndole a la reina la espantosa miseria por la que atravesaba “el pueblo de su Real Sitio”, “...y quedando impresionada del lenguaje humilde con que se suplicaba una limosna, la pidió por escrito, y leída por segunda vez por el señor Intendente de Palacio durante el acto de la comida, mandó se guardase hasta su vuelta a Madrid. Tras un breve período de descanso tras el almuerzo, optó por presentársela al Regio Consorte el señor don Alfonso XII de Borbón.  Dando como resultado, que días después de marcharse el cortejo real, el lunes Santo, se recibía en Sevilla un telegrama para que se le entregase al cura de Santiago la cantidad de mil pesetas para los pobres, debiéndose hacer el reparto por los dos padrones parroquiales, cuestión esta última que abriría un nuevo debate entre ambos párrocos de la Villa.

Respecto a la propiedad del edificio, y por la brevedad del matrimonio entre Alfonso XII y María dela Mercedes, no se realizó testamento alguno. Atendiendo a las disposiciones legales, los herederos legítimos eran sus padres Antonio de Orleans y Luisa Fernanda de Borbón. Sin embargo, los duques de Montpensier rogaron al rey que conservara el palacio de Castilleja de la Cuesta, junto a los bienes recibidos, en memoria de su hija. El rey devolvió todos los bienes que producían renta a los duques de Montpensier y aceptó la donación del palacio.

Su primogénita, la princesa de Asturias María de las Mercedes, nacida de su segundo matrimonio con María Cristina de Habsburgo-Lorena, heredó el palacio, quedando, ahora sí, abandonado.

LA LLEGADA DE LAS MADRES IRLANDESAS PROCEDENTES DEL PUERTO DE SANTA MARÍA.

Procedentes de la ciudad gaditana, las citadas religiosas se ubicaron por vez primera en el Palacio Real de Hernán Cortés el día 29 de septiembre de 1889, festividad del Arcángel San Miguel, permaneciendo en situación de alquiler hasta el año 1903, siendo ayudadas económicamente por los marqueses de Méritos. Con ello quedaba constituido históricamente, el tercer convento que ha conocido la Villa, denominado en esta ocasión de Nuestra Señora de Loreto, en recuerdo de la Abadía irlandesa, en el Condado de Dublín, de donde procedían las primeras religiosas que llegaron a Castilleja de la Cuesta: M. Stanislao Murphy, superiora, M. Paneralius Mac Carthy, profesora, M. Josefa Mac Evoy, secretaria, M. Bernardette Millan, profesora, M. Malthero Millau, religiosa, M Scolastica O´Donell, M. Xavier Kelly, religiosa, M. Lasseriau Purcell, religiosa, M. Martín Byrne, religiosa, M. Martina O´Brieu, religiosa, M. Fidelis Fity Patrioh, religiosa,M. Juliana Carroll, religiosa, M. Conceptión Tritter, religiosa, M. Presentation Walshe, religiosa, entre otras”.

Al igual que ocurriría durante las obras efectuadas por los duques de Montpensier en la cala palacio de Cortés, en las obras efectuadas por las madres irlandesas, también se pueden diferenciar dos fases:

1ª) 1889-1915. la ampliación de los pisos superiores de la fachada principal del edificio, construcción de la nueva iglesia, patio que le precede y naves altas laterales que comunican el palacio con la iglesia.

2ª) 1915-1968 Aumento de naves laterales con fachada principal a calle real, porche interior frontero a los jardines y ampliación de clases con entrada a la calle virgen de Loreto.

Pocos meses después de la llegada de las madres religiosas a la casa palacio de Cortés, era remitida una carta por la Madre Superiora de la Congregación, M. Stanislaus Murphy, a la reina regente María Cristina, solicitando poder ampliar algunas dependencias del edificio a comienzos de 1890.

El Intendente General de la Real Casa y Patrimonio
B  L  M
Al Excelentísimo Señor D. Antonio de Vivar, y tiene el sentimiento de manifestarle, que la pretensión de las Madres Inglesas, instaladas en la casa de Hernán Cortés, será probablemente denegada, no solo porque la finca pertenece a una menor de edad, S. Alteza Real la Princesa de Asturias, sino porque a instancias de las referidas madres, se están haciendo en ella gastos que no bajarán del importe de un par de años de arrendamiento. Don Luis Moreno y Gil de Borja aprovecha la ocasión para reiterarle… Palacio 10 de febrero de 1890.
En ese mismo año, en el mes de agosto, se enviaba una nueva misiva por parte de la madre superiora a la Casa Real solicitando en esta ocasión poder reparar la noria existente en un lateral del jardín.
1890
Excelentísimo Señor Intendente General de la Real Casa y Patrimonio.
La superiora del convento del religiosas del Loreto, establecidas en el Palacio y Parque  de Hernán Cortés, situado en esta Villa… Expone: que la noria de dicho parque se encuentra completamente oxidada, y sus cangilones agujereados, estando completamente inútil para el riego, lo que hará que en un plazo no lejano quede el expresado parque seco por falta de agua; y como según informes adquiridos por la que suscribe, la compostura de la referida noria importará próximamente unas quinientas pesetas, cantidad relativamente pequeña si se tiene en cuanta el perjuicio  que ha de sufrir el Real Palacio si se deja en el estado en que se encuentra.  Suplica que V. E., tenga la bondad de dar las oportunas órdenes para que dicha compostura se verifique en el plazo más brevemente posible… Castilleja de la Cuesta agosto de 1890.
La respuesta no tardaría en llegar, así, un mes más tarde, el día 17 de septiembre la madre Superiora recibía la siguiente comunicación:
1890  
Intendencia General de la Real Casa y Patrimonio
Ilustrísima Señora, enterado del escrito de 31 de agosto pasado, en que como Superiora del Convento Colegio establecido en  la Casa Palacio de Hernán Cortés en esa localidad, solicita que se mande ejecutar la recomposición de la noria del parque anejo al mencionado palacio, y teniendo en cuenta el estado del mencionado aparato, es como se dice en dicho escrito, pero que atendido a lo avanzado de la estación no urge su compostura, porque puede usarse en las pocas veces que se necesite durante la próxima temporada de invierno con la precaución y celo tenidos en estos últimos años; esta Intendencia general ha dispuesto de acuerdo con lo informado por el Alcaide de los Reales Alcázares de Sevilla, que la referida obra de compostura de la noria del parque de que se trata se ejecute en el mes de mayo o junio del próximo año de conformidad con lo mandado en la Real Orden de  1878. De la de S.M lo digo a V.S., como resolución a su citado escrito, para su inteligencia y fines consiguientes…Palacio 17 de septiembre de 1890. El Intendente general Luis Moreno.

El día 19 de agosto de 1891, su Majestad la Reina Doña María Cristina arrendaría el edificio de Castilleja de la Cuesta a la Orden religiosa de las Madres Irlandesas por un plazo de diez años, siendo aceptadas además algunas obras proyectadas por la comunidad:

“S. M. la Reina se ha dignado aceptar la prórroga del arriendo por diez años, autorizando a Uds. Para que ejecuten las obras, con las siguientes condiciones: PRIMERA, las obras ajustadas en un todo al plano y presupuesto que Uds. Presentarán, y S. M. aprobará si lo encuentra aceptable, han de ejecutarse bajo la inspección del Arquitecto que el Real Patrimonio designe. SEGUNDA, de las 4.000 pesetas de renta que Uds. han de satisfacer, podrán retirar anualmente 3.000 para irse reintegrando de los desembolsos que hagan, y entregarán los 1.000 restantes a la Administración Patrimonial, a fin de que con ellas atienda al pago de contribuciones y reparos de las tapias y cubiertas del edificio. TERCERA, las obras quedarán a beneficio del inmueble sin que en ningún caso puedan Uds. Exigir cantidad alguna a título de mejoras o de aumento de gastos.

De este modo, como todavía resta un año de arriendo, y se conceden diez de prórroga, podrían Uds. Reintegrarse cómodamente de la cantidad al que asciendan las obras, y la Administración Patrimonial, ya que nada perciba durante tan largo plazo, atenderá al menos a algunos gastos. La cuestión queda así resuelta a gusto de Uds., por más que en ello no ganen mucho los intereses de S. A. R., para quién desde un principio el arriendo viene teniendo poco de halagüeño. Uds., dirán si aceptan o no las cláusulas indicadas, a reserva de tratar después con el Señor Solís otras de menor importancia...”.

LA CAPILLA.
“En julio de 1892, M. Stanislaus Murphy y M. J. Anne Mc. Evoy, fueron a Madrid para conseguir audiencia con la Reina Regente María Cristina. Querían obtener el permiso (pues estaban en régimen de alquiler), para edificar habitaciones y una capilla para el Colegio. No hay que olvidar que la propietaria del edificio era su hija la Princesa de Asturias, María de las Mercedes, nacida de su matrimonio con Alfonso XII que, al ser menor de edad, no podía vender a las monjas la casa palacio. “Lo primero es la Capilla”, les contestó la Reina y les dio autorización. Esta primera Iglesia fue construida en lo que son actualmente las llamadas “dependencias de Hernán Cortés”. Era pequeña y provisional, hasta que se pudiera hacer otra de mayores dimensiones.

Tras un largo periodo sin tener respuesta por la Casa Real, para la ampliación del edificio, tras una nueva entrevista de algunas hermanas con la reina María Cristina, y gracias a la medición de la condesa de Sástago, las obras para el aumento de sus dependencias y la creación de un colegio fueron autorizadas el día 25 de abril de 1892. El arquitecto que las ejecutaría sería Don José Gómez Otero:
AÑO 1892.
Señora Superiora del Convento del Instituto de la Bienaventurada Virgen María en Castilleja de la Cuesta.
El excelentísimo señor intendente General de la Real Casa y Patrimonio con fecha 22 de corriente, me dice de Real Orden lo siguiente:
Visto los planos y presupuesto del edifico anexo, del Palacio de Hernán Cortés de Castilleja de la Cuesta, que proyecta construir la Comunidad arrendataria, remitidos V.S, con oficio N.º 15 de 11 de marzo pasado, y de conformidad con el dictamen del Arquitecto Mayor interino de palacio y Sitios reales; S. M. la Reina Regente, en nombre de su Augusto Hijo (q.D.g.), se ha servido aprobar el referido proyecto, con supresión de las cuatro columnas de fundición que no están justificadas en una nave de seis metros, y para que habrá que aumentar el alma de las vigas desistiendo de las de catorce centímetros, y disponer que las obras se ejecuten desde luego en la forma estipulada bajo la inspección de esa Alcaidía. Lo que traslado a V.S., para vuestro debido conocimiento. Dios guarde a Usted muchos años. Sevilla, 25 de Abril de 1892.
AÑO 1893.
El excelentísimo señor intendente General de la Real Casa y Patrimonio con fecha 2 de corriente, me dice lo que sigue:
Su Majestad, la reina Regente (q.D.g.), en nombre de su Augusta Hija, la Serenísima Señora Princesa de Asturias, se ha servido acceder a la pretensión de la Señora Superiora del Colegio establecido en la Casa Palacio de Castilleja de la Cuesta para construir a su costa un segundo piso sobre el salón bajo, cubierto por una terraza que actualmente sirve de sala de recibo, siempre que antes de comenzarse las obras, sean sometidas al Arquitecto de esos Reales Alcázares, los planos y presupuestos que se formulen, para que se cerciore de que la forma que se realicen es la más conveniente al edificio, tanto por su construcción como por su decorado; y que la Congregación se obligue en la forma de derecho que se juzgue más a adecuada a no reclamar nunca a la propiedad indemnización alguna, por el importe de tales obras, las cuales quedarán a favor del citado edificio, cuando por cualquier causa pudiera terminar el arriendo del mismo. Lo que traslado a Usted para su debido conocimiento. Dios guarde a Vuestra Merced muchos años. Sevilla, 4 de agosto de 1893.

1894  
Reales Alcázares de Sevilla.
El Excelentísimo Señor Intendente General de la Real Casa y Patrimonio en Real Orden de 13 del actual, me participa la aprobación del plano y presupuesto de la obra de reconstrucción de las habitaciones ruinosas adosadas a esa casa Palacio recomendando que precisamente recoja de V. un documento en idéntica forma que lo hizo para la anterior obra de 20 de agosto del año pasado, acreditando en el su conformidad, de que al efectuar a su costa las del piso alto que en dicho presupuesto se determina, sea sin derecho a reclamar en ningún tiempo indemnización alguna por el importe de tales obras que quedarán a favor del edificio cuando  por cualquier concepto terminase el arrendado del mismo. Dios guarde muchos años a V, Sevilla 18 de junio de 1894. P.A. Manuel de Lara.
Destacar de las mencionadas cuentas, las cifras que alcanzaron la construcción de la actual escalera de fábrica de ladrillos, alicatada de azulejos por su frente y solada de losetas con pasamano sencillo en la primera ida y dos pasamanos de pared en la segunda ida.

Tras las obras efectuadas durante este periodo, el edificio continuaba estando definido por dos grandes estructuras, las antiguas dependencias de la hacienda del siglo XVI propiedad del señor Alonso Rodríguez, donde fallece Hernán Cortés y las nuevas obras efectuadas por los señores duques de Montpensier durante buena parte de la segunda mitad del siglo XIX:

AÑO DE 1903.
“Finca: una Casa-Palacio nombrado de Hernán Cortés, situado en la villa de Castilleja de la Cuesta y su Calle Real, designado con el número cincuenta y nueve de gobierno con sus jardines y verjas en su fachada principal, la casa del conserje y caballerizas con el cuarenta y tres y cuarenta y cinco y las cuadras que se hallan en la Calle de Tomares con el dos, cuatro y seis accesorios. Linda por la derecha de su entrada con Callejón Nuevo, por la izquierda con la Calle de Tomares y por el centro o fondo con el Camino Nuevo que dirige a la Villa de Tomares.

El Palacio que está defendido por una verja en su frente, comprende en la parte inmediata a la Calle de la Infanta, los restos de la casa que perteneció a Hernán Cortés, compuestos hoy de un vestíbulo con puerta a una sala y de una galería que proporciona ingreso a varias habitaciones bajas...da acceso a un patio en que existe una alberca y vestigios de haber sido habitaciones de la antigua casa. En el centro de la fachada de estilo mudéjar está la puerta principal del Palacio, que da ingreso a un vestíbulo desde el cual, por un corredor, se pasa a tres habitaciones y un salón con vistas al jardín y a otras con luces a la fachada del piso entresuelo y principal. En el jardín hay dos pozos, uno con noria y alberca y está cerrado de tapia por los lados, que linda con las calles de la Infanta y de Tomares, y con un vallado en la parte que linda con el callejón de servidumbre”. 

Años antes de ser adquirido definitivamente el edificio a la Casa Real, la congregación adquiría en propiedad unos terrenos limítrofes a los del palacio de Cortés, realizando obras de ampliación, fueron las llamadas Escuelas de Niñas Pobres, durante los años 1899-1901.

En 1903 el antiguo palacio de los Montpensier fue adquirido en propiedad por la Orden religiosa, imposible hasta entonces por la minoría de edad la Princesa de Asturias, la señorita María de las Mercedes de Borbón y Habsburgo a quién correspondía la propiedad del edificio, al haber sido heredado tras el fallecimiento de su padre el Rey Alfonso XII. La escritura de compra e hipoteca, fechada en 16 de mayo del año citado, fue realizada entre la religiosa Juana Murphy y Gould, natural de Cork, Irlanda, y el Excelentísimo señor Fernando de la Serna y Zuleta, marqués de Irán, en nombre y en representación de S.A.R, el Infante don Carlos de Borbón y Borbón, viudo de doña Mercedes de Borbón, fallecida el día 17 de octubre de 1904. El precio estipulado por la corona fue el de ciento diez mil pesetas, diez mil fueron entregadas por la orden irlandesa en el acto del otorgamiento de la escritura, y los cien mil restantes en diez anualidades de diez mil pesetas cada una. Finalmente, el día 22 de abril de 1912 fueron realizadas nuevas escrituras públicas, tras la cancelación de la hipoteca del edificio, siendo firmadas nuevamente por la citada señora Murphy y el mencionado marqués de Irún, pasando definitivamente su propiedad a las religiosas. 

1908-1910 LA NUEVA IGLESIA.
               
Será durante este periodo cuando se lleven a cabo las obras de construcción de la nueva iglesia, sufragada en parte por el señor Francisco de Medina y Esquivel y su esposa la señora Dolores Garvey y Capdepon; sepultados ambos delante del presbiterio del edificio.  

Respecto a la autoría de los planos de la nueva iglesia, estos fueron levantados en estilo neogótico por el afamado arquitecto don José Espiau y Muñoz, autor entre otras obras del Hotel Alfonso XIII y del Edificio La Adriática, ambos para la ciudad de Sevilla.

La tarde del día 26 de mayo de 1908, durante los actos de celebración, con motivo de las Bodas de Oro en Religión de M. Stanislaus Murphy, se produjo uno de los acontecimientos arquitectónicos más relevantes para el futuro de la Congregación, cual fue la colocación de la primera piedra de la nueva iglesia del Colegio.  Junto a la piedra se colocó una caja de zinc encerrando monedas, algunas medallas, un número del periódico católico de Sevilla “Correo de Andalucía” de esa fecha y un documento describiendo el acto. En él se daba el nombre del arzobispo, Superiora de la Comunidad, Arquitecto, etc.; firmado por todos ellos y por otras personas amigas. Por cierto, edificándose sobre los restos de la vieja casa en las que murió Hernán Cortés, al punto que no quedaron de aquellos restos algunos; señalándose por tradición un aposento bajo del actual edificio, como el lugar en el que el heroico caballero entregó su espíritu a Dios; al igual que un lienzo de muro que formaron parte de un patio, pertenecieron a la morada del citado Alonso Rodríguez.

El día 3 de diciembre de 1910, el arzobispo de Sevilla, el señor don Enrique Almaraz y Santos, inauguró y bendijo la nueva capilla.

Descripción de la capilla recogida en los “Anales” del edificio realizado por las hermanas religiosas en el año de 1915:
“En la Iglesia se han llevado a cabo notables mejoras. Los muros que rodean al altar se ven cubiertos de rico peluche granate oscuro sobre el que lucen bonitas molduras doradas, cuyo dibujo en armonía con el estilo de la capilla parece un encaje que se destaca sobre el fondo donde se apoya. Más arriba, a uno y otro lado, pero algo más bajos del camarín central de la Santísima Virgen, hay dos nichos en los muros, de forma gótica y grandes dimensiones. En sus huecos que van forrados de peluche granate también, pueden admirarse las hermosas imágenes del Sagrado Corazón de Jesús a la derecha y San José a la izquierda. A ambos lados de cada nicho hay dos brazos dorados que sostienen bujías eléctricas; y allí donde antes estaban los pedestales de las imágenes ya dichas, se elevan dos enormes candelabros verdaderas obras de arte y modelo de buen gusto cuyas velas forman una piña. Es maravilloso el efecto que causa el conjunto de tantas luces cuando en las grandes fiestas se ilumina la Iglesia; pero lo que más atrae las miradas de aquellos que la visitan es la Imagen Bendita de la Santísima Virgen arriba en su camarín, rodeada de la corona de doce estrellas, tan hermosa y pura que bien se comprende sea usual oír de los labios de las personas que después de contemplarla quieren expresar algo de lo que sienten: ¡si esto parece un pedacito de cielo!”.

Ya por aquel entonces, el único recuerdo antiguo que el edificio ha conservado, tras pasar por las obras efectuadas por los duques y las madres irlandesas, y que a la presente existe, es el de las hojas de la puerta principal del palacio, pues por el estado de deterioro de las maderas, y por las formas de sus bisagras, clavazón y llamadores de hierro forjado, puede afirmarse que datan del siglo XVI.

Casi tres años después de la inauguración del nuevo templo, el 13 de junio de 1913 eran iniciadas las gestiones por la Real Academia de la Historia, a instancias de la Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos de Sevilla, para que histórico Palacio de Hernán Cortés, tras ser catalogado, fuese nombrado Monumento Artístico Nacional. En el primer informe remitido para ello se recogería la siguiente información:
“Noticia de esta Real Academia de la Historia, de la casa en que murió, en Castilleja de la Cuesta, de esta Provincia, el célebre conquistador español, Hernán Cortés, y que modernamente fue Palacio de los Duques de Montpensier. Se halla en grave estado de desaparecer, ha acordado la Academia, interesar de esa Comisión de Monumentos, se sirva enviarle su autorizado informe en que se da cuenta de lo que haya y pueda haber en el asunto, expresamente también los medios que, a su juicio puedan conducir al loable fin de salvar de la desaparición el expresado edificio, que tan importante papel desempeña en la Historia de España. En nombre y por acuerdo de la Academia, y para los efectos oportunos lo pongo en conocimiento de V. E., cuya vida... Madrid 31 de marzo de 1913. El Secretario”.

Tras la finalización de las obras de la nueva capilla, se iniciaría una nueva etapa constructiva entre (1912-1915); en esta ocasión, ampliando y prolongando el espacio siguiente a partir de la gran torre, con fachada a la misma calle real, con una longitud de 67,10 metros, formado en parte por dos pisos y en el resto por una nave alta de un solo piso.

Seguidamente, en 1915 se finaliza la construcción del patio delantero de la capilla con fuente en el centro de 253, 75 m2 de superficie y se construyen las dos galerías con piso alto cubierto sobre columnas de fundición con una superficie de 90,72 metros cuadrados que conectaban las dependencias señoriales con las partes altas de las naves de la nueva capilla.

Respecto a la colección de los objetos que albergó el Museo del Palacio de Cortés, que los duques de Montpensier fueron reuniendo en torno a la figura de Cortés, entre los que se encontraba el mencionado libro de firmas, y a numerosos recuerdos mejicanos, en el año de 1889, y coincidiendo con la llegada de las madres irlandesas, los bienes fueron depositados en los Reales Alcázares de Sevilla siendo reclamados por la Casa Real el día 27 de noviembre de 1928, para ser depositados nuevamente en su lugar de origen, siendo custodiado, en esta ocasión, por las madres irlandesas. Por último, tras proclamarse la II República en 1931, y ante el temor del saqueo de dicho convento, la colección fue depositada en el Archivo de Indias de Sevilla, para finalmente, ser enviada al Museo de América de Madrid de donde nunca volvería.

Las últimas obras realizadas en la propiedad de las madres irlandesas, fueron un pabellón nuevo de clases realizadas durante el verano de 1965, según memoria realizada por el Arquitecto D. Joaquín Barquín y Barón.

“Pese a estas ampliaciones ya practicadas, el Instituto, consciente de que se posible extender más aún la enseñanza, dado las necesidades que por falta de centro todavía existen no solo en Castilleja de la Cuesta, sino en las poblaciones y barriadas inmediatas, y dada la amplitud espléndida de la finca, ha pensado en realizar una nueva e importante ampliación, tema del presente proyecto.

De esta forma, aquel primitivo Palacio de Hernán Cortés, vio surgir nuevas edificaciones para aulas, que desarrolladas en la finca de forma conveniente y óptimas para el respeto y conservación de la fisonomía y ambiente de la histórica construcción, lo dotará al mismo tiempo de un sector de clases, que respondiese plenamente a las necesidades actuales de la enseñanza y concepto a que deben responder en el momento presente los edificios destinados a tal fin.

Programa desarrollado. Se proyecta la construcción en edificación exenta situada en el lugar contiguo al actual pabellón principal de clases y fácil de enlazar con él mediante paso cubierto. Este nuevo edificio consta de tres plantas, disponiendo de una zona de Dirección, con despachos para Dirección, Secretario, oficina de Secretaría y Servicios, Biblioteca y zona de aulas con diez clases, dos laboratorios, locales para material escolar y servicios de alumnas. Parte de la planta baja se deja abierta, destinándose a gimnasio y recreo cubierto, tan conveniente este para los días de lluvia o muy calurosos.

Resumen económico.  El presupuesto total de la obra asciende a la cantidad de 5.472.880 pesetas; resultando por tanto su costo por metro cuadrado de 3.500 pesetas”.


(Fragmentos de mi ponencia presentada en el Colegio de las Irlandesas de Castilleja de la Cuesta el pasado 24 de mayo, organizada por el AMPA, con motivo del 470 aniversario del fallecimiento de Hernán Cortés)