jueves, 8 de agosto de 2019

Los colores de la Giralda de Sevilla.




Sobre los colores de la Giralda de Sevilla

Juan Prieto Gordillo
Profesor Universidades UHU y UPO.



A colación del artículo publicado en el Diario ABC, el día 4 de enero del presente año, en el que se hacía mención a la desaparecida policromía que engalanó a la torre de la Giralda durante siglos,”...que tenía un color almagre en toda la fachada…; no sólo tenía esa variedad cromática rojiza, sino que estaba repleta de pinturas murales y policromías que ya han desaparecido por completo…”.[1]Aportamos en esta nueva ocasión,  algunos datos que lo corroboran.

Manteniendo un discurso cronológico, ya en el siglo XVI se decidió acometer una reforma para añadirle el campanario que incluiría un programa iconográfico que respetaría el color almagre que tenía la torre almohade aprovechándose el momento para «cristianizar» la torre. Los trabajos arquitectónicos se le encargan a Hernán Ruiz, mientras que para los frescos se contrata a Luis de Vargas, que las hace entre 1553 y 1558. Estos murales, de gran variedad de colores, se fueron perdiendo con el paso del tiempo hasta que, en 1884, Fernández Casanova decide eliminarlas del todo por su deterioro, junto con el color rojizo que tenía la Giralda.[2]

                                          Recreación de la Giralda «roja»- Edartec Consultores S.L.

Cuenta el historiador Manuel Jesús Roldán que en el cuadro de las Santas Justa y Rufina de Miguel de Esquivel (1621) se aprecian los murales que había en la cara norte de la Giralda: «En un tondo debajo del primer balcón está la Anunciación. A izquierda y derecha, dos machones que todavía se notan donde estaban San Isidoro y San Leandro -a un lado- y Santas Justa y Rufina al otro. Encima de ese balcón, en un arco polilobulado con decoración musulmana, un Calvario completo (Cristo, la Virgen y San Juan). En esa misma fachada, no está identificado pero había pinturas en los balcones que eran los Evangelistas. En el resto de las caras lo que se sabe es que representaban a los Doctores de la Iglesia, los apóstoles y a santos sevillanos».

Recientes investigaciones llevadas a cabo en el archivo Arzobispal hispalense, dan fe de lo mencionado con anterioridad; aunque con una diferencia de doscientos años de diferencia (1748), que ofrecen datos concretos al respecto. Recuerda Manuel Jesús Roldán que, antes del terremoto de Lisboa, existe un acta del 2 de septiembre de 1748 en la que se encarga a Domingo Martínez -el pintor del momento (San Luis de los Franceses, San Telmo...)- la restauración de los frescos. Un nuevo lo dato corrobora todo. En esta ocasión, en la carta de pago entregada al citado pintor Martínez, en la que se recoge la siguiente información:

Pinturas en la torre de la Catedral: En 19 de noviembre de 1748, 81.600 maravedíes a D. Domingo Martínez, los mismos en que se ajustó el pintado con el suso dicho de la efigies del santísimo Cristo, Nuestra Señora y los Santos Patrones, Señor San Ysidoro y San Leandro; y de las Santas Vírgenes con la inscripción de la lápida todo en una de las fachadas de la torre de esta Santa Yglesia; lo que se ha executado en virtud del Auto Capitular de 2 de septiembre de este año según despacho de los Señores de Fábrica en que fue hecha”.[3]

                           Los machones que aún se conservan en la cara norte de la Giralda - J. M. SERRANO

                              Detalle del cuadro de Miguel de Esquivel donde se aprecian los frescos – ABC

Respecto a la policromía que revestía a la escultura que remata el conjunto, conocida por el Giraldillo, y siguiendo la información en el Diario ABC que nos ocupa, el delegado de Patrimonio de la Archidiócesis, Antonio Rodríguez Babío, que hizo su tesis de licenciatura en Roma precisamente sobre la decoración de la Giralda, afirmaba que para rematar la nueva iconografía de la torre de la Catedral, se subió en 1568 el coloso en bronce policromado que representaba la virtud de la fe victoriosa (aunque estudios más recientes apuntan a que simboliza la virtud de la fortaleza): el Giraldillo. Aquello ocurrió el 13 de agosto de 1568, hace ahora 450 años.

Dos siglos después, en 1770, le fueron realizadas a dicha escultura broncínea algunas reformas, recogidas gracias a las cartas de pago localizadas en el mencionado archivo sevillano. Reseñas, los pagos efectuados al maestro fundidor Juan Barales, por la fundición de la bandera de metal[4]; realización de un nuevo perno[5]; nuevo pago por el resto de la palma, y del dorado de la estatua[6].

Una nueva descripción de Rodríguez Babío nos la muestra de la siguiente forma: «estaba policromado de la siguiente manera: en color carne las partes de la piel; la túnica de color azul y partes rojas; el casco, la coraza, el lábaro y la palma de oro, en color dorado».






[1] Diario ABC de Sevilla, 4/01/2019
[2] Idem
[3] AGAS. Catedral. Libramientos (1746-50). Año, 1748, fol.423.
[4] AGAS. Catedral. Libramientos Año, 1770, fol.67.
[5] AGAS. Catedral. Libramientos Año, 1770, fol.304-05.
[6] AGAS. Catedral. Libramientos Año, 1770, fol.309-311..