viernes, 19 de julio de 2019


LA GRAN VELADA DE SANTIAGO CUMPLE SU 116 ANIVERSARIO.
SOBRE LOS INICIOS DE LA GRAN VELADA DE SANTIAGO APÓSTOL DE CASTILLEJA DE LA CUESTA. LA VELÁ.
Juan Prieto Gordillo
Archivero de la Hermandad

  


Para conocer el origen de la Velada celebrada en Castilleja de la Cuesta a mediados del mes de Julio de cada año, debemos remontarnos a los albores del siglo XX, cuando en el año de 1903, tras la autorización dada a la Hermandad Sacramental de Santiago, por el Cabildo Municipal de la Villa comiencen a celebrarse en el recinto de la Plaza de Santiago la denominada popularmente como la Velá de Santiago, viéndose inundada cada año por las fechas señaladas de una gran luminosidad y alegría durante los festejos.[1]

Este mes de julio, se volverá a celebrar en la Plaza más hermosa de Castilleja de la  Cuesta, el acontecimiento festivo, que después la Semana Santa, se constituye como uno de los más importantes de cuantos se celebran en la localidad, las Fiestas Patronales de Santiago Apóstol. Una festividad que este año 2019 celebrará su 116 aniversario; acontecimiento que, durante más de cinco siglos, la corporación santiaguista celebraba en el interior de la parroquia matriz de Santiago Apóstol. Será a partir del año mencionado de 1903, cuando se adopte la modalidad de prolongar los actos religiosos, hacia el exterior del templo, de manera festiva, incluyéndose la procesión de Santiago por los alrededores del templo. Curiosas son también las datas o pagos relativos a los lanzamientos de cohetes desde el siglo XVII por dicha corporación [2].

Remontándonos en el tiempo, poco a poco los vecinos de Castilleja de la Cuesta, a lo largo de los siglos medievales, irían participando en los cultos religiosos que la orden santiaguista rendía a su patrono, venerando sus imágenes, encomendándose a su protección y, casi sin proponérselo, asimilando para sí y para Castilleja de la Cuesta el patronazgo del Apóstol. De hecho, cada vez que la orden visitaba sus propiedades en la Villa, el nombre de Santiago, era citado en cada uno de los informes realizados. Mencionar tan solo, en esta ocasión las siguientes:

Año de 1494: …el altar mayor que se dice de la devoción a Santiago, que es de bulto de madera, con un roquete de lana vestido…
Año de 1514: Hay en la Iglesia dos altares, el mayor, de la advocación ya dicha de la advocación de Santiago…
Año de 1574: …la iglesia de la advocación de Santiago… a la mano derecha la Imagen de Nuestra Señora vestida, a su izquierda ora imagen del Señor Santiago, de bulto entero…

Este hecho se vería ratificado igualmente cuando el conde duque de Olivares, don Pedro de Guzmán adquiera en propiedad a la Corona el término de Castilleja de la Cuesta que durante más de dos siglos hubo pertenecido a la orden militar. Por aquel entonces, la jurisdicción eclesiástica había pasado a depender de la Abadía de Olivares, volviéndose a ratificar una y otra vez el patronazgo aludido, tanto por el poder civil como por el eclesiástico:

Mandato del Señor Abad de Olivares, el Ilustrísimo don Francisco Sánchez Duro de Velasco, para el Templo Parroquial Matriz de Santiago de esta Villa en el que se ratifica su patronazgo. Año de 1715.
Que el día de Santiago, se haga procesión con su Santa Imagen como Patrono de Nuestra España y de Esta Villa, por la Plaza en las andas que un devoto está haciendo, respecto de quedar limosna señalada en el Libro de la Cofradía para este efecto”.[3]

La Corporación Municipal, participando de dicho patronazgo contribuiría en muchas ocasiones con los gastos que la hermandad de Santiago realizaba en las vísperas de su festividad cada 25 de julio. Muestra de ello es el acuerdo tomado entre ambas corporaciones en el año de 1636: En Domingo 16 días del mes de febrero de 1636 años estando juntos en Cabildo del Municipio y de la Hermandad de Santiago y san Sebastián: Todos de común acuerdo acordaron que se haga la dicha fiesta en el día de su día que es el 25 de julio con solemnidad y como es costumbre en semejante día con sus vísperas, misas solemnes, procesión, sermón y danzas y ministriles y todo lo demás y que el mayordomo de la hermandad de Santiago y San Sebastián lo haga todo con buena disposición y tenga cuenta y razón de lo que gastare para que se paguen cuenta  en la que diere de su cargo....

También, la fecha elegida desde la construcción del Pósito a mediados del siglo XVI,  para la recolección del trigo por el Cabildo municipal fue la del 25 de julio de cada año, “en honor y como símbolo al patrón de la localidad, Santiago el Mayor”.[4]

Debemos reseñar que al inicio del siglo XX, al disponer la localidad de luz eléctrica, hecho extensible igualmente al Ayuntamiento de la Villa, su  fachada principal era iluminada tan solo en ocasiones especiales, tal y como sucedía cada año durante las fiestas dedicadas al Patrón de la villa, Santiago Apóstol. Templo, retablos, imágenes y fiestas constituyen pues, en gran manera, las centenarias y perdurables huellas de las relaciones que tuvieron, y que aún hoy día se conservan, entre la orden de Santiago y Castilleja de la Cuesta.

Como cada año, durante el mes de julio vuelven a disfrutarse de las Fiestas Patronales celebradas en honor a Santiago Apóstol, Patrón de España y de Castilleja de la Cuesta. Así, en el templo parroquial matriz de Santiago Apóstol, se celebra un triduo en honor del Patrón, contando con ilustres predicadores durante las homilías, estando el altar de cultos exornado con vistoso exorno floral. ¡Y qué mejor escenario para acoger estos días festivos que la plaza del pueblo¡ custodiada por sus históricos y majestuosos arcos. La decoración de la Plaza, extendida también a las calles adyacentes, adornadas con sus típicos farolillos rojiblancos, así como con sus artísticos gallardetes, hacen del Señorío Antiguo de la Villa un marco único y perfecto para una celebración ya centenaria.

Por consiguiente, podemos afirmar cómo, desde tiempo inmemorial eran celebradas las fiestas patronales en honor de Santiago, religiosa en sus inicios y acontecimiento social casi único, excepcional, para el vecindario de Castilleja de la Cuesta.






[1] AMCC. Actas Capitulares del año 1903.
[2] APS. Libro de Datas. Hermandad Santiago y San Sebastián. s/f.
[3] Archivo Parroquial de Olivares, Sección de Castilleja de la Cuesta. Legajo 136. Folio 143-144.
[4] AMCC. Actas Capitulares. Año, 1636, s/f.

martes, 9 de julio de 2019

LA DEVOCIÓN HACIA NUESTRA SEÑORA DEL ROCÍO A COMIENZOS DEL SIGLO XVIII


NUEVAS PINCELADAS HISTÓRICAS ACREDITAN EL AUGE DE LA DEVOCIÓN HACIA NUESTRA SEÑORA DEL ROCÍO A COMIENZOS DEL SIGLO XVIII.
Juan Prieto Gordillo
Historiador


Recientes investigaciones realizadas en el Archivo Arzobispal de Sevilla, han puesto de manifiesto la creciente devoción hacia la imagen de Nuestra Señora del Rocío a lo largo de los siglos, recogida en sendos párrafos de los escritos redactados  durante las Visitas efectuadas a la villa de Almonte por Dignidades Arzobispales hispalenses; en los que sobresalen expresiones como: Gran devoción e Imagen Universal en los contornos.

Dentro del vastísimo número de legajos correspondientes a diversas materias eclesiásticas, en esta ocasión haré referencia a la sección titulada Visitas Pastorales; a través de estas se puede hacer un seguimiento sobre las periódicas visitas efectuadas por las dignidades arzobispales, o por algunos de sus secretarios, a las parroquias, ermitas y conventos de las distintas poblaciones que formaron parte de  su arzobispado desde el siglo XVI y hasta la actualidad.

La presente documentación hace referencia a dos Visitas; la primera, efectuada por el arzobispo el Ilustrísimo Señor Don Manuel Arias y Porres a la villa de Almonte (Huelva) los días 18 y 24 de enero de 1707. Tras el reconocimiento de la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, la descripción ofrecida al resto de edificios religiosos existentes en su término fue la siguiente[1]:

Hay dos ermitas fuera de la Villa, una es Nuestra Señora del Rocío, a distancia de tres leguas de esta villa a la que se va a decir misa todos los días de fiesta, por una capellanía allí fundada (por Baltasar Tercero en 1587); hay cofradía en esta ermita cuya renta es cortísima; se hace por el hermano mayor de dicha cofradía una fiesta a Nuestra Señora en dicha ermita el día de Pascua del Espíritu Santo, a la que concurre toda aquella comarca de lugares por la gran devoción a esta Imagen y Universal en los contornos, y siempre tienen que suplir de sus casas los hermanos mayores porque hacen gran gasto. En el mismo documento se hace mención también a la finalización de unas obras en la ermita, que se está terminando de engalanar.

Respecto a la segunda Visita, efectuada años más tarde en 1727, fue llevada a cabo en esta ocasión, por el señor arzobispo Don Luis de Salcedo y Azcona, la documentación recogida fue la siguiente[2]:

Cuentas. Cofradía de Nuestra Señora del RocíoEstá sita en su ermita extramuros de esta villa; es su renta un tributo de 9 reales y 31 maravedíes, por el arrendamiento de dos casas y 450 reales que se juntan con la Basinilla (sic), regulado por quinquenio y componen al año 542 reales y 14 maravedíes que se distribuyen en la fiesta que hace dicha cofradía por Pascua del Espíritu Santo, con ministriles, fuegos, sermón, cera, aceite para la lámpara y otros gastos; se hallaron tomadas cuentas por los hermanos Mayores de la dicha hermandad a don García Tello de Eslava, su hermano mayor, hasta el año 1724, quien alcanzó a dicha cofradía en 160 reales y 26 maravedíes, y de ella perdonó los cientos que quedaron, 60 y 26 maravedíes; se aprobaron en visita en 20 de marzo de 1725 años.






[1] AGAS, Sección II, Visitas Pastorales, Legajo 05171 (1705-1708), s/f.
[2] Ídem, Legajo 05197 (1724-1727), fol.121.