jueves, 14 de noviembre de 2024

 

SOBRE LA TALLA DEL “CUQUILÁ” DE LAS JORNADITAS DE CASTILLEJA DE LA CUESTA, FESTIVIDAD DECANA DE ANDALUCÍA.

Juan Prieto Gordillo

 

Se puede hablar de varias etapas sobre el origen de la celebración de las denominadas JORNADITAS, celebradas por la hermandad Sacramental de Santiago de Castilleja de la Cuesta: una inicial de finales del siglo XV, tras la fundación de la hermandad de la Santa Vera-Cruz en el hospital del Corpus Cristi y su posterior traslado, un siglo después al templo santiaguista de la localidad; cuyo hecho quedaría recogido ya en uno de los capítulos correspondientes a sus reglas fundacionales: "Y también es de obligación de dicha cofradía decir una misa cantada el día de la Navidad con sus correspondientes actos...".

 

Una segunda etapa, iniciada durante el primer tercio del siglo XVII, tras la llegada a Castilleja de la Cuesta, de los padres franciscanos de la orden de San Diego, procedentes de la villa de Olivares en 1634, quienes levantaron un nuevo recinto religioso, el convento de Nuestra Señora de O, que se convertiría en uno de los centros de preparación (seminario) para evangelizar a las colonias americanas.

 

Sería a partir de entonces, a raíz del regreso de dichos frailes misioneros a Castilleja, cuando se comiencen a representar inicialmente, en las dependencias conventuales las denominadas Posadas, citadas poco tiempo después por Jornaditas. Para ello tomaron como referencia las celebraciones navideñas, las Posadas, que se realizaban en México, Honduras, Guatemala, El Salvador…, que se realizaban durante los nueve días previos a la Navidad, del 16 al 24 de diciembre, en las que se recuerda el peregrinaje de María y José desde su salida de Nazaret hasta Belén, donde buscan un lugar para alojarse y esperar el nacimiento del Niño Jesús, con motivo del edicto del Emperador Romano Cesar Augusto, por el que obligaba a cada familia a empadronarse en su ciudad de origen.

 

Será a partir del siglo XVIII, cuando este acontecimiento comience a efectuarse en la parroquia matriz de Santiago de Castilleja de la Cuesta, incrementándose sus actos y cultos con la intervención de algunos miembros de esta orden religiosa, encargados de montarlas en el interior del templo, al pertenecer éste a la collación en la que se afincaron y construyeron su edificio religioso titulado de Nuestra Señora de la O (parte de la parcela sobre el que levanta el actual Ayuntamiento). De hecho, las imágenes con las que se representaban por aquellos años las Posadas-Jornaditas, fueron propiedad de la Comunidad franciscana, talladas muy posiblemente en diversas ciudades mejicanas.

 

Entre las mencionadas imágenes, existe una bastante peculiar, bastante misteriosa para varias generaciones de la localidad de Castilleja; es la conocida popularmente como “el Cuquilá”, cuya hipótesis, a cerca de su origen, ahora presentamos. El nombre de esta pequeña talla, traída posiblemente desde la ciudad de México titulada “Santa María de Cuquilá”, podría proceder del otorgado a los habitantes de dicha localidad conocidos por “los Cuquilá o Cuquileños”, cuyos rasgos faciales son bastante coincidentes a los de la mayoría de los habitantes mejicanos, viéndose ataviado por la típica vestimenta étnica de los siglos XVII y XVIII.

 

La comunidad de Santa María Cuquila, Tlaxiaco, Oaxaca. Está ubicada al suroeste de la Capital del estado, a una altitud de 1225 metros; enclavada en la región Mixteca, con una población aproximada de 13.500 habitantes. En la comunidad existe un santuario que venera a la Virgen de Juquila cuya fiesta es el 8 de diciembre: de gran interés son las ruinas en la Mixteca Oaxaqueña.

 

Cronológicamente, tras la expulsión de la orden franciscana de Castilleja de la Cuesta durante la Desamortización de Mendizábal (1836-1837), sería la hermandad de la Soledad y Santo Entierro, fusionada con la de la Santa Vera Cruz desde 1795,  la que se haría cargo, desde entonces y hasta nuestros días, de las escenificaciones religiosas llevadas a cabo durante la época navideña; comenzándose a utilizar la imagen titular de Nuestra Señora de la Soledad y la de San José, procedente de la desamortizada capilla sevillana de la Carretería, así como la citada la figura de “El Cuquilá”.

 

Iniciado ya el siglo XX, en el año 1910, se produciría una total renovación respecto al aspecto teatral de las Jornaditas, gracias a los bienes otorgados por la señora doña Dolores Cabrera López: “Para la misma Virgen con el título de Pastora, le hizo Dolores un vestido de moaré blanco de seda bordado en seda y oro, costó la tela y los avíos 348 reales y una pelliza de astracán de seda blanca con ribetes de raso grana, la regaló Dolores para la Jornada un Quinta de corcho y porte, 24 reales, un buey y una cunita, 28 reales, avíos para el pocito, 13 reales. Carrillo, cubeta, un niño, 18 reales.

 

He aquí, la hipótesis más que certera, del nombre de esa pequeña figura, “El Cuquilá”,  que durante siglos, y procedente de la ciudad Mejicana de Santa María de Cuquilá, ha formado parte de las diversas escenificaciones que componen las Jornaditas de Castilleja de la Cuesta, decanas de Andalucía respecto a la referida temática