SOBRE LA
TALLA DEL “CUQUILÁ” DE LAS JORNADITAS DE CASTILLEJA DE LA CUESTA, FESTIVIDAD
DECANA DE ANDALUCÍA.
Juan Prieto Gordillo
Se puede hablar de varias
etapas sobre el origen de la celebración de las denominadas JORNADITAS,
celebradas por la
hermandad Sacramental de Santiago de Castilleja de la Cuesta: una inicial de
finales del siglo XV, tras la fundación de la hermandad de la Santa Vera-Cruz
en el hospital del Corpus Cristi y su posterior traslado, un siglo después al
templo santiaguista de la localidad; cuyo hecho quedaría recogido ya en uno de
los capítulos correspondientes a sus reglas fundacionales: "Y también es de obligación de dicha cofradía decir una misa
cantada el día de la Navidad con sus correspondientes actos...".
Una segunda etapa,
iniciada durante el primer tercio del siglo XVII, tras la llegada a Castilleja
de la Cuesta, de los padres franciscanos de la orden de San Diego, procedentes
de la villa de Olivares en 1634, quienes levantaron un nuevo recinto religioso,
el convento de Nuestra Señora de O, que se convertiría en uno de los centros de
preparación (seminario) para evangelizar a las colonias americanas.
Sería a partir de entonces, a raíz del regreso de
dichos frailes misioneros a Castilleja, cuando se comiencen a representar inicialmente,
en las dependencias conventuales las denominadas Posadas, citadas poco tiempo
después por Jornaditas. Para ello tomaron como referencia las celebraciones
navideñas, las Posadas, que se realizaban en México, Honduras, Guatemala, El
Salvador…, que se realizaban durante los nueve días previos a la Navidad, del
16 al 24 de diciembre, en las que se recuerda el peregrinaje de María y José
desde su salida de Nazaret hasta Belén, donde buscan un lugar para alojarse y
esperar el nacimiento del Niño Jesús, con
motivo del edicto del Emperador Romano Cesar Augusto, por el que obligaba a
cada familia a empadronarse en su ciudad de origen.
Será a partir del siglo XVIII, cuando este
acontecimiento comience a efectuarse en la parroquia matriz de Santiago de
Castilleja de la Cuesta, incrementándose sus
actos y cultos con la intervención de algunos miembros de esta orden
religiosa, encargados de montarlas en el interior del templo, al pertenecer
éste a la collación en la que se afincaron y construyeron su edificio religioso
titulado de Nuestra Señora de la O (parte de la parcela sobre el que levanta el
actual Ayuntamiento). De hecho, las imágenes con las que se representaban por
aquellos años las Posadas-Jornaditas, fueron propiedad de la Comunidad
franciscana, talladas muy posiblemente en diversas ciudades mejicanas.
Entre las mencionadas
imágenes, existe una bastante peculiar, bastante misteriosa para varias
generaciones de la localidad de Castilleja; es la conocida popularmente como “el
Cuquilá”, cuya hipótesis, a cerca de su origen, ahora presentamos. El nombre de
esta pequeña talla, traída posiblemente desde la ciudad de México titulada
“Santa María de Cuquilá”, podría proceder del otorgado a los habitantes de
dicha localidad conocidos por “los Cuquilá o Cuquileños”, cuyos rasgos faciales
son bastante coincidentes a los de la mayoría de los habitantes mejicanos, viéndose
ataviado por la típica vestimenta étnica de los siglos XVII y XVIII.
La comunidad de Santa María Cuquila, Tlaxiaco, Oaxaca. Está ubicada al suroeste de la Capital del estado, a una altitud de 1225 metros; enclavada en la región Mixteca, con una población aproximada de 13.500 habitantes. En la comunidad existe un santuario que venera a la Virgen de Juquila cuya fiesta es el 8 de diciembre: de gran interés son las ruinas en la Mixteca Oaxaqueña.
Cronológicamente, tras la expulsión de la orden
franciscana de Castilleja de la Cuesta durante la Desamortización de Mendizábal
(1836-1837), sería la hermandad de la Soledad y Santo Entierro, fusionada con
la de la Santa Vera Cruz desde 1795, la
que se haría cargo, desde entonces y hasta nuestros días, de las escenificaciones
religiosas llevadas a cabo durante la época navideña; comenzándose a utilizar
la imagen titular de Nuestra Señora de la Soledad y la de San José, procedente
de la desamortizada capilla sevillana de la Carretería, así como la citada la
figura de “El Cuquilá”.
Iniciado ya el siglo XX, en el año 1910, se produciría una
total renovación respecto al aspecto teatral de las Jornaditas, gracias a los
bienes otorgados por la señora doña Dolores Cabrera López: “Para la misma Virgen con el título de Pastora, le hizo Dolores un
vestido de moaré blanco de seda bordado en seda y oro, costó la tela y los
avíos 348 reales y una pelliza de astracán de seda blanca con ribetes de raso
grana, la regaló Dolores para la Jornada un Quinta de corcho y porte, 24 reales,
un buey y una cunita, 28 reales, avíos para el pocito, 13 reales. Carrillo,
cubeta, un niño, 18 reales.
He aquí, la hipótesis más que certera, del nombre de esa pequeña figura, “El Cuquilá”, que durante siglos, y procedente de la ciudad Mejicana de Santa María de Cuquilá, ha formado parte de las diversas escenificaciones que componen las Jornaditas de Castilleja de la Cuesta, decanas de Andalucía respecto a la referida temática
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