LA
LLEGADA DE LA ORDEN DE FRANCISCANOS DESCALZOS A CASTILLEJA DE LA CUESTA EN EL
SIGLO XVII.
El día 10 de enero de este año 2016
se cumplen 381 años de la llegada de la orden Tercera de Franciscanos Descalzos
de la Provincia de San Diego a Castilleja de la Cuesta.
Tras el abandono de la orden Dominica de las estancias conventuales en Castilleja de la Cuesta, estas fueron ocupadas el día 10 de
enero de 1635 por una nueva congregación religiosa, la orden de Nuestro Padre
San Francisco Descalzos [1].
Estandarte de la Orden de San Francisco.
Parroquia Matriz
de Santiago Apóstol de Castilleja. Siglo
XVIII.
Los momentos
previos a la instauración de dicha orden franciscana en la villa de Castilleja
de la Cuesta, son recogidos a través de dos fuentes documentales. En primer
lugar, en la obra publicada por Fray Francisco Jesús María, y editada en
Sevilla en el año de 1727, titulada, CRÓNICA DE LA PROVINCIA DE SAN DIEGO EN ANDALUCÍA DE RELIGIOSOS DESCALZOS
DE NUESTRO PADRE SAN FRANCISCO, en la que se recogen los siguientes hechos:
“Tenían los Conde Duques en
Castilleja de la Cuesta, lugar Antiguo, aunque corto, una legua de Sevilla, y
que era Población de su Patrimonio, un convento de Religiosas Recoletas de
Nuestro Amantísimo Padre Santo Domingo, que padecían no menos penuria que
nuestros Religiosos; y queriéndolas agregar a otro convento del mismo
Instituto, que su Excelencia tenían también en su Villa de Luches, hicieron la
traslación de las religiosas dejando el convento desamparado. Componía este de
un agregado de casas viejas, y sin aquel Arte, que pedía nuestro Estado; pero
no obstante, más proporcionado para vivienda nuestra que el préstamo de Olivares,
a quién favorecía mucho la cercanía de Sevilla, cuya piedad y grandeza, podría
dispensarle las limosnas, como hasta hoy ha hecho, ayudando a las cotidianas a
su manutención.
Estos motivos, con la imposibilidad,
que discurrían en mantenerse el Olivares, por el ningún calor que sentían en
mejorarse, obligó a la Provincia a hacer representación a los Condes Duques,
que se hallaban en Madrid, o de que sus Excelencias perfeccionasen la fábrica
de Olivares, o que tomasen en su patrocinio la traslación a Castilleja.
Vieron en lo segundo como mas
fácil, y no menos conveniente, y dieron su licencia, con todo el terreno del
Antiguo Convento de Religiosas, y con la del Maestrazgo de la Orden de
Santiago, a quien entonces tocaba aquella parte donde estaba el convento, en
últimos de mayo de mil seiscientos treinta y nueve, siendo Provincial Fray
Pedro de García, y Guardián Fray Alonso
de la Moraleja. Vivieron los religiosos a los principios con alguna
incomodidad, se fue el Convento perfeccionando a nuestro modo, a expensas de
muchos devotos que lo miran con devoción. Hoy es un convento muy lindo, y muy
conforme a nuestro Estado, con una Iglesia muy preciosa, que se acabó el año de
mil setecientos uno, y se colocó en ella el Santísimo el día once de junio del
año de mil setecientos dos, Domingo de la Santísima Trinidad, con gran gusto de
todo el pueblo; fundándose en él la Venerable Orden de Penitencia y el Vía-Crucis, que está de todos muy frecuentada”[2].
La segunda fuente documental, localizada en
el Archivo de Protocolos Notariales de Sevilla (Secc. Castilleja de la Cuesta),
es un escrito realizado por el escribano Roque de las Cuevas en el que se
recogía la llegada de la orden franciscana a esta localidad la noche del
miércoles día 10 de enero de 1635, para asentarse sin aviso previo a las
autoridades locales, en las dependencias que habían dejado abandonadas las
religiosas dominicas concepcionistas, tras su traslado a la ciudad de Loeches:
“En la Villa de Castilleja de la Cuesta, en
diez días del mes de enero de mil seiscientos treinta y cinco años, miércoles.
Como a las ocho o las nueve de la noche poco más o menos, hubo en esta Villa un
gran ruido y alboroto, diciendo que robaban en la casa que había sido convento
de monjas que es de su Excelencia el Conde de Olivares y Duque de Sanlúcar la
Mayor, administrador de esta dicha Villa, y habiendo acudido a dicho alboroto
Roque de las Cuevas, mayordomo de su excelencia, y otras muchas personas, y yo
el presente escribano, pareció que dicho alboroto había sido que unos frailes
de la Orden de San Diego habían descerrajado la cerradura de la puerta de la
calle de la dicha casa y se habían entrado en ella, y estándola por dentro los
cuales dichos frailes, son los del convento de Olivares, y que el dicho Roque
de las Cuevas había hecho abrir dichas puertas, y hallado dentro los dichos
frailes y habiéndoles preguntado si traían orden de su Excelencia para entrar
en la dicha casa dijeron que trían dicha orden, y habiéndoles requerido la
mostrasen, dijeron que a su tiempo la mostrarían, por lo cual el dicho Roque de
las Cuevas les requirió a los dichos
frailes una, dos y tres veces, y a fray Juan de Fuentedecantos, que así se dijo
llamar, y ser guardián, que se saliesen de las dichas casas y la dejasen libres
y desembarazadas, por cuanto eran de su Señor y no podían entrar en ellas sin
su orden, y que desde luego les protestaba que una vez entrado en dicha casa
fuese visto perjudicarle a su Excelencia cosa ninguna ni a su derecho, por
cuanto el haberse entrado y en tomar posesión de ella violentamente y con
trabajo, desde luego para en todo tiempo, protestaba, protesto la nulidad de
cualquier derecho que quisiesen admitir
por haber entrado en las dichas casas donde siempre y desde luego (roto)...”[3].
Talla dieciochesca
del desaparecido convento de
San Francisco.
Parroquia matriz de Santiago Apóstol.
Establecida y afianzada la orden franciscana
en el mencionado lugar de Castilleja de la Cuesta (actual calle Convento de la
localidad, entre el actual Ayuntamiento y la casa de la familia Flores),
la mayor parte de sus esfuerzos iniciales fueron derivados hacia la
construcción de un nuevo edificio religioso en el terreno ocupado, en el que
indudablemente se incluiría una nueva iglesia o capilla, en la que poder
realizar las funciones litúrgicas, a la vez que sirviese como enterramiento de
sus miembros más destacados.
Para llevar a término la edificación contaron
con la colaboración económica de numerosos vecinos a través de limosnas donadas
en sus cartas de testamentos, tal y como queda recogido en el efectuado por el
vecino Juan Martín Pachón en el año 1679: “Y mando por una vez 500 reales de vellón para
la obra de la iglesia del convento de Nuestra Señora de la O que se está
haciendo”[4]; también
contaron con la colaboración de algunos personajes eclesiásticos, en especial
con la del abad mayor de Olivares el señor Juan Bautista Navarro.
Señor D. Juan
Bautista Navarro. Cuarto abad de Olivares.
Capellán Mayor de
los Alcázares. (1651-1679)
En 1836,
tras ser exclaustrado y abandonado el recinto religioso por la mencionada orden
Tercera debido a las medidas dictadas por Mendizábal, a partir del siguiente año y
hasta el año de 1840 en que fue derribado el recinto, el interior de la iglesia
conventual fue utilizada como Casas Capitulares, además de ejercer como sitio
de reunión para la
Junta Electoral del Señorío Antiguo [5]. En
años sucesivos, dicha Junta iría alternando lugares donde celebrar sus respectivas
sesiones, tales como en la hacienda de San Diego[6]y en la
iglesia parroquial de Santiago[7]. Pero ese ya es otro episodio del que daré
buena cuenta en próximas publicaciones.
Como
adelanto, a continuación ofrezco varios de los acuerdos tomados en el pleno de
9 de marzo de 1836 por el mencionado Cabildo Municipal, germen de la total
desaparición del histórico convento de San Francisco de Castilleja de la
Cuesta.
ACUERDO:
En la Villa de
Castilleja de la Cuesta a nueve de Marzo de mil ochocientos treinta y seis.
Hallándose reunidos en Junto los Señores todos de su Ayuntamiento, a saber…
3ª. Que
careciendo este pueblo de Casas Capitulares, de Cárcel sana y segura, y de
local donde establecer la
Escuela de Primeras letras, y sin propios ni arbitrios de ninguna
clase con que poder proporcionar estos establecimientos, sería útil y sobre
manera provecho a la Villa
y al público que del Edificio de dicho convento se señalasen los locales
necesarios para construir los referidos tres establecimientos que podía tener
lugar tomando la Bodega,
Despensa Capilla de la
Orden Tercera, y alguna corta parte del Patio, dejando el
resto de este y la pieza que servía de refectorio para uso de la Guardia Nacional,
a fin de que tuviese donde custodiar sus pertenencias y sitio en que
instruirse.
4ª. Que lo restante del Edificio, opina este Cuerpo Capitular debe
procederse a su derribo para que no quede vestigio ni señal alguna de lo que
fue, y con el producto de los materiales y demás enseres labrar casas en el
sitio que quede y en el terreno de la
Huerta a fin de aumentar la población hacerla más vistosa,
reparar las calles y dar brazos productivos a la Nación.
[1] Texto basado en mi publicación: LA VILLA DE CASTILLEJA DE LA CUESTA. PUERTA
DEL ALJARAFE. HISTORIA SOCIAL, Castilleja de la Cuesta, 2011, pp. 173-175.
[2] Biblioteca
Colombina de Sevilla, Fondo Antiguo, “Crónica
de la Provincia de San Diego en Andalucía de Religiosos Descalzos de Nuestro
Padre San Francisco”.
[3] A.H.P.S., Sección de
Protocolos de Castilleja, leg. 3.507 P-b, (1632-1635), s/f.
[4] A.H.P.S., Sección de
Protocolos de Castilleja, leg.3.340 P-b, (1671-1679), s/f.
[5] A.M.C.C., leg.405, Elecciones.
Expedientes varios.1837: En la Villa de Castilleja de la Cuesta, a 24 de
septiembre de 1837, reunida la Junta Electoral del distrito de esta pueblo, en
el local de la Iglesia del suprimido convento de San Francisco de esta Villa.
[6] Ídem.1840: En la Villa de
Castilleja de la Cuesta, a 19 de enero de 1840, reunida la Junta Electoral de
su distrito en una sala de la Hacienda nombrada de San Diego...
[7] Ídem.1844: En la Villa de
Castilleja de la Cuesta, a 3 de septiembre de 1844, reunida la Junta Electoral
de su distrito en el edificio de la Iglesia Parroquial de Santiago...
Magnífico artículo y exquisitamente documentado. Gracias por acercarnos de nuevo a la historia de nuestro pueblo tan desconocida para muchas personas, entre las que me incluyo. MANOLI
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