SANTIAGO
APÓSTOL, SEISCIENTOS CUARENTA Y SEIS AÑOS DE PATRONAZGO EN CASTILLEJA DE LA
CUESTA. (1370-2016)
El
primer nombre de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana relacionado con
nuestra villa de Castilleja de la Cuesta fue y ha sido el de Santiago Apóstol,
Patrón de España y de nuestra localidad desde el año 1370.
Muchos
son los acontecimientos históricos, que refrendados con sus correspondientes
fuentes documentales, ratifican cada año el patronazgo de Santiago el Mayor,
seiscientos cuarenta y seis años ya, en la villa de Castilleja de la Cuesta.
Lógicamente, su origen se encuentra en el hecho de que la Orden Militar que
poseía la encomienda de Castilleja fuese la que se hallaba congregada bajo el
nombre de Santiago, lo tuviese como su guía espiritual y le rindiese culto.
Los
orígenes de este hecho histórico datan como hemos reseñado del año 1370. Es
tras el fallecimiento de Pedro I llevada a cabo por su hermano Enrique en el
castillo de Montiel en 1369, cuando se lleve a cabo el proyecto más fiable para
repoblar definitivamente Castilleja de la Cuesta. Este proyecto avalado por la
redacción en 1370 de la Primera Carta Puebla que se conoce hasta la fecha, fue
concedido a los pobladores que se afincasen en los territorios pertenecientes a
la Orden Militar en Castilleja de la Cuesta; esta Carta fue renovada en dos ocasiones.
La primera de estas
reformas fue realizada en 1405 y la segunda en 1475, siendo firmadas en ambas
ocasiones por maestre don Alonso de Cárdenas. A continuación, y por ser
uno de los documentos más significativos e ilustrativos para Historia de
Castilleja de la Cuesta en general, y para Nuestra Hermandad de Santiago, Santa Vera Cuz, Soledad y Santo Entierro de Nuestro Señor Jesucristo, se expone literalmente el
artículo número 20 en el que se hace mención a ello tal y como aparece
registrado en la mencionada Carta Puebla de 1370: “Don Gonzalo Mexía, maestre de
la Orden de Santiago, otorga carta puebla a los pobladores de la aldea de
Castilleja de la Cuesta. 1370, JUNIO 6, SEVILLA.
20). Otrosí, les mandamos mas es condición que la
Iglesia que se ha hecho en el dicho lugar donde está la torre y todas estas
cosas que en el dicho privilegio se contiene prometemos por nos e por nuestros
sucesores que después de nos serán en la dicha Orden hacer por firme y por
estable y por valedero y de los guardar y mandar guardar… e mandar guardar para
siempre. E pedimos por merced a nuestro señor el rey nuestro señor e rogamos a
los alcaldes e alguaciles e veinte y cuatros caballeros e hombres buenos del
concejo de la muy noble ciudad de Sevilla e a cada uno de ellos que lo guarden
y manden guardar en todo,… E si alguno o algunos contra ello fueren o pasaren e
quisieren ir o pasar cualquier manera, haya la ira de Dios y del Apóstol Santiago
y de nuestro señor el rey e nuestro.
Poco a poco los vecinos de Castilleja de la Cuesta, a lo largo de los
siglos medievales, irían participando en los cultos religiosos que la Orden
rendía a su patrono, venerando sus imágenes, encomendándose a su protección y,
casi sin proponérselo, asimilando para sí y, por lo mismo, para Castilleja de
la Cuesta el patronazgo del Apóstol. De hecho, cada vez que la Orden visitaba
sus propiedades en la Villa, el nombre de Santiago, continuaría siendo citado en cada uno de los
informes realizados. Citar tan solo, por lo reducido de la publicación las
siguientes:
Año de 1514: Hay en la Iglesia dos altares, el mayor, de la advocación ya
dicha de la advocación de Santiago…
Año de 1574: …la iglesia de la advocación de Santiago… a la mano derecha
la Imagen de Nuestra Señora vestida, a su izquierda ora imagen del Señor
Santiago, de bulto entero…
Este hecho se vería ratificado igualmente cuando el conde duque de
Olivares, don Pedro de Guzmán adquiera en propiedad a la Corona el término de
Castilleja de la Cuesta que durante más de dos siglos hubo pertenecido a la
Orden Militar. Por aquel entonces, la jurisdicción eclesiástica había pasado a
depender de la Abadía de Olivares, volviéndose a ratificar una y otra vez el
patronazgo aludido, tanto por el poder civil como por el eclesiástico:
“Mandato del Señor Abad de Olivares para el Templo
Parroquial Matriz de Santiago de esta Villa en el que se ratifica su
patronazgo. Año de 1715.
Que el día de
Santiago, se haga procesión con su Santa Imagen como Patrono de Nuestra España
y de Esta Villa, por la Plaza en las andas que un devoto está haciendo,
respecto de quedar limosna señalada en el Libro de la Cofradía para este efecto”.
Consecuentemente,
también de tiempo inmemorial proceden las fiestas patronales en honor de
Santiago, festividad religiosa y acontecimiento social casi único, excepcional
para el vecindario de Castilleja de la Cuesta durante siglos, con las que ha
permanecido en el recuerdo la pasada preeminencia de su vicaría santiaguista en
el acceso de sus tradiciones y en cuyas fiestas confluían las expectativas, los
deseos y las ilusiones acumuladas por los vecinos durante todo el año.
La Corporación
Municipal, participando de dicho patronazgo contribuiría en muchas ocasiones en
los gastos que la Hermandad de Santiago realizaba en las vísperas de su
festividad el 25 de julio. Muestra de ello es el acuerdo tomado entre ambas
corporaciones en el año de 1636: “En Domingo 16 días del mes de febrero de 1636 años
estando juntos en Cabildo del Municipio y de la Hermandad de Santiago y san
Sebastián:
Todos de común acuerdo acordaron que se haga la
dicha fiesta en el día de su día que es el 25 de julio con solemnidad y como es
costumbre en semejante día con sus vísperas, misas solemnes, procesión, sermón
y danzas y ministriles y todo lo demás y que el mayordomo de la hermandad de
Santiago y San Sebastián lo haga todo con buena disposición y tenga cuenta y
razón de lo que gastare para que se paguen cuenta en la que diere de su cargo....”
También, la fecha
elegida desde la construcción del Pósito para la recolección del trigo por el
Cabildo municipal fue la del 25 de julio de cada año, en honor y como símbolo
al patrón de la localidad, Santiago el Mayor.
Debemos reseñar que con anterioridad a las fechas mencionadas, ya
existían en la localidad vecinos destacados económicamente que de manera
particular disponían en sus viviendas de luz eléctrica, hecho extensible
igualmente al Ayuntamiento de la Villa cuya fachada principal era iluminada tan
solo en ocasiones especiales, tal y como sucedía cada año durante las fiestas
dedicadas al Patrón de la villa, Santiago Apóstol.
Templo, retablos, imágenes
y fiestas constituyen pues, en gran manera, las centenarias y perdurables
huellas de las relaciones que tuvieron, y que aún hoy día tienen establecidas
entre la Orden de Santiago y Castilleja de la Cuesta.
Como cada año, durante el
mes de julio vuelven a disfrutarse de las Fiestas Patronales celebradas en
honor a Santiago Apóstol, Patrón de España y de Castilleja de la Cuesta desde
el ya mencionado año de 1370. Así, en el templo parroquial matriz de Santiago
Apóstol, se celebra un triduo en honor del Patrón, contando con ilustres
predicadores durante las homilías, estando el altar de cultos exornado con
vistosas flores del tiempo.
Imagen de Santiago el Mayor. Patrón de Castilleja de la Cuesta desde 1370
Obra realizada por el escultor Juan de Astorga (1821-22)
Imagen de Santiago el Mayor. Patrón de Castilleja de la Cuesta desde 1370
Obra realizada por el escultor Juan de Astorga (1821-22)
Y que mejor escenario para
acoger estos días festivos que la plaza del pueblo, custodiada por sus históricos
y majestuosos arcos. La decoración de la Plaza, extendida también a las calles
adyacentes, las que forman el Señorío Antiguo de la Villa, están adornadas como
siempre con sus típicos farolillos rojiblancos, así como con sus artísticos
gallardetes, haciendo del entorno un marco único y perfecto para una
celebración ya centenaria.
Cada madrugada de 25 de
julio, desde las 4 hasta las 6´30, pasea por las calles de la localidad el
tradicional Rosario de la Aurora, que cuenta con una gran participación de
hermanas y de simpatizantes que ataviadas con sus trajes de flamenca, portan un
farol que alumbra al Simpecado de Nuestra Señora de la Soledad, acompañado del
tradicional Coro de campanilleros y el Coro de las cantoras de la hermandad,
así como de numerosas devotas y devotos que entonan sus voces para anunciar
cada una de las estaciones, con sus respectivas coplas. Es sorprendente como el
silencio de la madrugada tan solo se rompe por la oración de multitud de
personas movidos tan solo por su fe y su
devoción.