EL
AYUNTAMIENTO DE CASTILLEJA DE LA CUESTA CELEBRA SU 125 ANIVERSARIO COMO “Protector
y Patrono de la Ermita de Nuestra Señora de Guía”.
Juan Prieto
Gordillo
Doctor en Historia
del Arte
De enorme interés para Castilleja
de la Cuesta es la fuente documental en la que se recoge la proclamación del
Ayuntamiento en el año de 1891 como “Protector y Patrono de la Ermita de Nuestra
Señora de Guía”, por cuanto supondría para el devenir histórico dela
localidad, y en especial para su Consistorio, estableciéndose oficialmente por
vez primera, la festividad anual del día 2 de julio “Fiesta de la Visitación”. Dicho evento quedaría recogido cuatro
días después en las correspondientes actas capitulares:
“En la Villa de Castilleja de la Cuesta a seis de julio de 1891. Por el
concejal don José Ustriz y Pascual se presentó la proposición que copiada a la
letra dice así: El que suscribe tiene el honor de proponer a la consideración
de esta digna Corporación, que en vista del estado de ruina y abandono en que
se encuentra el Santuario de Nuestra Señora de Guía (que de seguir así por más
tiempo concluiría por desaparecer del todo), se declare este Ayuntamiento
Protector de dicho Santuario y proceda a la mayor brevedad a su inmediata
restauración, adoptándose las medidas que crea más convenientes para allegar
fondos a este fin, y cuidar en lo sucesivo de su conservación y culto. Después
de ligera discusión se acordó por mayoría:
Primero, participar la aceptación de
esta proposición del señor Ustriz al señor Cura propio de Santiago, don Antonio
Fernández Villanueva, pidiéndole su permiso y cooperación.
Segundo, que una comisión de este
Ayuntamiento, en unión de dicho señor Cura pase a visitar al Excelentísimo
Señor Arzobispo, para recibir sus instrucciones y mandatos.
Tercero, se haga una suscripción con
el objeto de correr fondos que haga más llevaderos los gastos del municipio y
más fácil el deseo de este Ayuntamiento.
Cuarto, declare Patrono de este
templo el Ayuntamiento, si bien lo tiene el Excelentísimo e Ilustrísimo señor
Arzobispo de Sevilla, para poder tener cultos y celebrar anualmente la fiesta
de Nuestra Señora en el día de la Visitación.
Quinto, sacar copia de esta acta para
presentarla a dicho señor arzobispo y encabece la suscripción con la limosna
que su generoso y caritativo corazón le diga.
Y no habiendo otro asunto de que se trata se levanta la sesión y la
firmaron los señores presentes de que certifico: José Marín Castaño, Lorenzo de
Silva, José Gallego, José García Gastón, Fernando Migues, José Ustriz, Andrés
Jiménez, Manuel Cansino”[1].
Dos años después de dicha
proclamación, en la primavera de 1893 se volvieron a realizar labores de
restauración en la mencionada ermita de Guía, agilizándose los trabajos con el
fin de poder en ese mismo año colocar las imágenes en sus respectivos retablos
y poder celebrar los oficios religiosos. Bastante ágiles debieron ser las
labores de restauración de la mencionada ermita, pues el día 2 de julio de
1893, y coincidiendo con la festividad de Nuestra Señora de Guía quedaba
bendecida tras una comunicación enviada desde la secretaría del arzobispado de
Sevilla al Ayuntamiento de la Villa. Para mayor solemnidad de los actos se
decidió, tanto por el párroco de Santiago como por el Gobierno Municipal, la
celebración de una función principal y el traslado procesional de las sagradas
imágenes desde el templo del Apóstol Santiago donde habían permanecido durante
las obras efectuadas: “...Y teniendo en cuenta que el protectorado
que ejerce esa Ilustre Corporación Municipal sobre la Ermita, en nada perjudica
al derecho de Párroco como representante de esta jurisdicción...”[2].
Imagen de Nuestra Señora de Guía. Primera mitad siglo XVI.
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