LA
SEÑORA DOÑA MARÍA ANA PEREZ DE GARAYO OCHOA DE LECENA
LADRÓN DE GUEVARA, HERMANA DE LA CONDESA DE LEBRIJA, DOÑA RAFAELA PÉREZ DE GARAYO, FUNDADORA DE LA DEVOCIÓN AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS EN LA
PARROQUIA DE SANTIAGO DE CASTILLEJA DE LA CUESTA EN EL AÑO 1761.
Juan
Prieto Gordillo
Profesor
de la Universidad de Huelva.
Archivero
e Historiador de la Hermandad Sacramental de Santiago.
Discurría
el año 1761, más concretamente, el día 2 de septiembre, cuando la señora doña
María Ana Pérez de Garayo Ochoa de Lecea Ladrón de Guevara, viuda de don Ignacio Chacón Medina y Zalazar, caballero de la orden de Calatrava, y hermana de la condesa de Lebrija, doña Rafaela Perez de Garayo, realizaba su testamento ante el notario público de la collación de
San Miguel de Sevilla, don Nicolás Muñoz Naranjo.
En
la escritura, además de describirse minuciosamente sus bienes muebles e
inmuebles, y la confirmación de entrega de éstos a sus respectivos herederos,
tanto de sus propiedades en la ciudad de Sevilla, como en las localidades de Castilleja
de la Cuesta y Lebrija, fueron recogidas una serie de últimas voluntades de muy diversa índole, económicas, religiosas y
familiares, de las que daremos buena cuenta.
Nos
centramos fundamentalmente en dos cuestiones, la primera, concerniente a los
bienes que poseyó la señora Pérez de Garayo, en las haciendas de su propiedad en la
villa de Castilleja de la Cuesta a mediados del siglo XVIII, la principal, en
la que solía residir durante sus estancias en la villa, ubicada en la calle de
la Granada y una segunda, de menor
tamaño (media propiedad), en la calle de En medio, debemos reseñar que durante
todo el siglo XVIII, y en escrituras correspondientes a dicha heredad, la
principal aparece citada como, hacienda
de los condes de Lebrija.
La otra cuestión, es en la que se hacía
mención por vez primera en la localidad, y más concretamente en la parroquia
matriz de Señor Santiago, al origen de la devoción establecida por la misma
señora, al Sagrado Misterio del Corazón de Jesús. Seguidamente se ofrece una
descripción de la misma realizada a mediados el siglo XVIII, recogida en una de
las escrituras del AGAS (Archivo General del Arzobispado de Sevilla):
Declaro que tengo en la villa de
Castilleja de la Cuesta una heredad de olivar de cincuenta y tres aranzadas y
media más o menos, con sus casas principales, bodegas, atarazanas, viga, lagar
y vasijas de tinajas, toneles de madera, calderas de arrope y aguardiente de
cobre con su culebra; almacén de aceite dentro de dichas casas de principal,
una huerta con dos norias y arboleda, cuya posesión heredé por legado de doña Rafaela
Margarita de Robles, mi abuela paterna, como consta del poder que para testar
se pasó en el oficio de Miguel Santander, escribano público de esta ciudad,
otorgado en 25 de mayo de 1705 y del testamento que en virtud otorgó ante el
mismo escribano la señora doña Elena Ochoa de Lecena, mi madre, en fecha 15 de
diciembre de 1738. Hacienda que paga 11´5 reales de vellón de tributó perpetuo
a la fábrica de Santiago y 346 reales de vellón al excelentísimo señor duque de
Olivares.
Para
hacer mención a los bienes muebles con los que estuvo ornamentada la propiedad,
en esta nueva ocasión nos remitimos a una nueva fuente documental, localizada
en el AHPS (Archivo Histórico Provincial de Sevilla), en la que cabe destacarse
la colección pictórica que engalanaba sus muros, siendo relevantes aquellos que
determinaban su personalidad humanista y su profundo sentir religioso:
Seis cuadros como de dos varas de distintas
devociones, con molduras de medias cañas doradas y negras. Otros dos como de
dos varas de largo con pinturas el uno de Adán y Eva, y el otro de Abel y Caín,
ambos con sus molduras de medias cañas doradas y encarnadas. Otro como de una
vara de Nuestra Señora con el Niño en los brazos y su marco celeste y dorado.
Un lienzo como de tres cuartas pintado con la Verónica, con su marco negro.
Otro de cobre de tercia de alto, pintura de un Santo Cristo con marco negro.
Cuatro lienzos fruteros sin molduras. Doce cuadros como de una vara de alto a
cortas diferencias de distintas devociones, y aunque son de papel tienen sus
marcos dorados y encarnados. Otros tres fruteros también sin marcos, como de
una vara de ancho y vara y media de alto. Otros dos cuadros de San Ignacio, San
Javier como de vara y media de alto con sus marcos negros y dorados. Otro
cuadro de Nuestra Santa Teresa, con moldura de media caña. Otro dicho del mismo
tamaño con pintura del Misterio de la Concepción de Nuestra Señora con moldura
en blanco. Otros dos cuadros, el uno de Nuestra Señora Santa Ana, y el otro con
un Nuestro Jesús pintados en lienzos sin molduras, como de vara de largo a
corta diferencia. Otros cuatro cuadros sin molduras de más de vara, uno de
Nuestra Señora, otro de San Francisco de Paula, otro de San Juan Bautista, otro
la Cabeza de este Santo en marcos de Crodias(sic). Una estampa de Nuestra
Señora de La Anunciata con moldura encarnada. Un lienzo de la Purísima
Concepción de Nuestra Señora, de más de vara de alto embutido en la pared de la
escalera de dicha Hacienda, con seis cornucopias maqueadas de encarnado. Otro
del mismo Misterio y tamaño con molduras azules y doradas. Un lienzo florero
como de vara y media de largo sin molduras. Cuatro mapas muy viejos con
junquillos de madera encarnados. Seis cuadros de la Vida de la Virgen de dos varas
de largo poco más o menos y una y media de alto con sus marcos de madera. Otros
cinco lienzos que representan los cinco sentidos, iguales en molduras y tamaños
que los antecedentes. Otros tres lienzos de La Vida de la Virgen del mismo
tamaño y son como Países. Otros doce lienzos como de dos varas de alto de
distintas devociones con sus medias cañas doradas. Otros dos iguales como los
antecedentes. Otro dicho, al parecer de la Magdalena, como de vara y media de
alto con moldura negra y dorada. Otro de más de dos varas de alto que es la
Virgen y Santo Domingo y Otros, con moldura negra y dorada. Dos Países iguales
como de tres cuartas con molduras negras y doradas. Otro de la Virgen con el
Niño y San Juan, en lienzo con moldura de color. Otro lienzo de Nuestra Señora
de Belén como de dos varas de alto sin moldura. Otro de Nuestra Señora del
Rosario con moldura encarnada. Otros cuatro sin molduras y con retratos de
Emperadores Antiguos. Otros dos fruteros en lienzo sin molduras de vara y media
de largo. Cuatro lienzos casi iguales como de dos varas de largo sin molduras y
son todos Países Antiguos. Un retablito de madera con dos puertas, y en el
medio pintada Nuestra Señora con el Niño. Un biombo en once pedazos con su
lienzo y bastidores. Un cuadrito en estampa de san Francisco de Paula de media
vara con diferencia de alto y marco de cedro. Dos cuadritos de estampas de San
Ignacio y San Javier con molduras negras en el oratorio bajo. Otros cinco
cuadritos en estampas con molduras negras como de dos tercias de alto en el
citado oratorio. Cuatro cuadros o láminas con embutidos de nácar los dos como
de media vara y los otros más pequeños. Otros seis cuadros de más de cuarta de
largo de distintos Santos, todos en pintura en cobre y molduras negras a
excepción de una que tiene embutidos de nácar. Cuatro molduritas, las tres de
estampas con vidrios por delante y marcos negros y dorados, y la otra de
moldura encarnada y dorada. Veinte y cinco sillones de baqueta los más de ellos
maltratados.
Continuando con la descripción de los bienes muebles
de su principal hacienda en Castilleja de la Cuesta, se mencionan seguidamente aquellos
que se ubicaban en el oratorio de la misma, espacio común en la mayoría de las
heredades existentes en la localidad desde finales del siglo XV.
. Un oratorio bajo con su media naranja de
yeso y retablito de lo mismo, dos colaterales o retablos de madera con sus
columnitas jaspeadas y varias pinturas embutidas en ellos; y en el medio un
lienzo como de dos varas del Santísimo Cristo de Burgos con moldura encarnada y
dorada, y una cortina de Indianilla que le cubre. Y delante del altar dos
cajones de madera con sus pies y dos cortinas que la adorna. Un frontal de
damasco blanco y encarnado y palia con sus flecos. Un cajón de madera para el vestuario,
y dentro del dos candeleros pintados de azul y dorados, una sacra con media
caña dorada, una Cruz de Jerusalén con su peana y dos vinajeras de vidrio
pintadas con tapas de peltre, dos leones de piedra pequeñitos, y dos pajaritas
de lo mismo.
Respecto
a las cláusulas del testamento, mencionar
la otra propiedad ubicada en la misma localidad, en la calle citada como
Enmedio, así como algunas voluntades relacionadas con el párroco de San Miguel de Sevilla, el presbítero don Alonso Sánchez Calvo:
Ítem. Poseo mitad de otra hacienda en
la calle que llaman de Enmedio, con casas principales, con su cochera
inmediata, bodega, viña y lagar y nueve aranzadas que fueron de viña, y hoy es
tierra calma al sitio de la Cantora.
Ítem. Mando un cuadro de la Virgen de
los Dolores que hoy está en mi dormitorio a don Alonso Sánchez Calvo.
Centrándonos en el misterio devocional al
Sagrado Corazón de Jesús establecido en la parroquia de Santiago de Castilleja
de la Cuesta, debemos afirmar que, son pocos los orígenes religioso-festivos
que hasta la fecha han podido ser documentados en las diversas localidades que
forman la provincia hispalense a través
de los siglos.
En
esta ocasión, en unas escrituras públicas localizadas en el Archivo Histórico Provincial de Sevilla y en el General del
Arzobispado, se ha podido constatar el origen de la festividad religiosa
dedicada al Sagrado Corazón de Jesús de la localidad Aljarafeña de Castilleja
de la Cuesta. Fue la citada señora doña María Ana Pérez de
Garayo Ochoa de Lecena Ladrón de Guevara, residente a mediados del siglo XVIII en sus haciendas de la villa
alixeña, quien, en una de las cláusulas de su mencionado testamento, redactado
el día 2 de septiembre de 1761, establecía una Memoria por su Alma, en la que se debía decir una Misa Cantada todos
los Viernes después de la Octava del Corpus. Memoria que deberían continuar
sus herederos según la cláusula redactada en su testamento. Este hecho, a partir de
ese instante se convertiría en el arranque o el punto de partida de dicho
evento religioso en la Villa y
así quedaba recogido el origen de dicha festividad en honor del Sagrado Corazón
de Jesús en Castilleja de la Cuesta. He aquí la cláusula testamentaria que lo
acredita:
Ítem.
Es mi voluntad que durante la vida de don Alonso Sánchez Calvo,
presbítero, se le den en cada un año 24 arrobas de aceite y que los dichos mis
sobrinos (don Luis de Zúñiga y Garayo, doña Catalina Ortiz de Zúñiga y Garayo,
doña Nicolasa de Zúñiga y Garayo y Francisca Chacón Torres de Navarra) tengan
la obligación de mandar decir una misa cantada el viernes después de la octava
del Corpus en la iglesia parroquial de Señor Santiago de la villa de Castilleja
de la Cuesta al Sagrado Corazón de Jesús por mi alma y por mi intención, mando
de estipendio para dicha misa 12 reales de vellón.
Desde
entonces, y hasta la fundación de la Asociación del Sagrado Corazón en la
parroquia de Santiago de Castilleja de la Cuesta en 1849, se tiene constancia
documental de la celebración establecida en la citada Memoria por doña María
Ana en 1761, gracias a los Libros de
Capellanías de la parroquial, especialmente en dos de ellos en cuya
cubierta aparece escrito: “Protocolo de
Memorias fundadas en la Parroquia de Santiago (Castilleja de la Cuesta) 1886”;
y en el otro el mismo texto con la fecha “1700-1800”.
A
partir de ese año, 1849, la Asociación se haría cargo de todo lo relacionado
con los cultos dedicados al Sagrado Corazón de Jesús. A continuación, son
ofrecidas algunas de sus reseñas históricas.
Asociación del SAGRADO CORAZÓN
DE JESÚS.
Los primeros datos acerca de
la Asociación del Sagrado Corazón de Jesús establecida en la iglesia parroquial
de Santiago de Castilleja nuestra villa, datan del día 19 de agosto de 1849,
fecha en que se aprobaron unas indulgencias a cuantas personas que en lo
sucesivo ingresasen en dicha comunidad. El contenido de dicho documento es como
sigue:
"Hace poco nos ha sido expuesto que, en
años pasados, la Piadosa Asociación o Confraternidad con el título de
APOSTOLADO DE LA ORACIÓN, compuesta por fieles de Cristo, de ambos sexos, había
sido instituida canónicamente en la Diócesis, cuyos componentes, entre las
muchas obras de piedad y caridad, que acostumbran e intentan hacer, tienen como
principal el suplicar a Dios con oraciones diarias por toda la Iglesia y muy
especialmente por el Romano Pontífice.
Nos,
por nuestra carta similar dada en Roma Gaeta el día 19 de agosto de 1849,
concedimos alguna indulgencia de hasta 7 años a los miembros de esta
Asociación. Pasando ya el tiempo de esta concesión, más fueron dirigidas de
nuevo peticiones humildes para que nos dignáramos conceder por benignidad
apostólica, parte de los tesoros de los dones celestiales, cuyos dispensadores
quiso el Altísimo que fuéramos.
Nos,
para mayor incremento en lo sucesivo de esta piadosa Asociación, por las
peticiones a Nos dirigidas, pensamos que se concedía la Indulgencia Plenaria
como a continuación se explica:
Por la
omnipotente misericordia de Dios, y confiados en la autoridad de los Santos
Pedro y Pablo, concedemos Indulgencia Plenaria a todos los fieles de Cristo de
uno y otro sexo que ingresen en lo sucesivo en la citada Asociación en el
primer día de su ingreso, si arrepentidos y confesados, recibieran el
Sacramento de la Eucaristía; y también a los inscritos y a los que con el
tiempo se inscriban en dicha asociación, arrepentidos, confesados y
fortalecidos con la Sagrada Comunión, y que visiten cualquier iglesia pública
en la festividad de la Concepción de la Bienaventurada Virgen María y en
Viernes siguiente a la octava de la Solemnidad del Santísimo Cuerpo de Cristo,
desde las primeras vísperas.
Y también
el primer viernes de mes y cualquier otro día del mes que cada miembro elija a
su arbitrio, desde el amanecer hasta el atardecer, cada año, si visitan
devotamente una iglesia y ruega a Dios por la concordia de los príncipes
cristianos, extirpación de las herejías y exaltación de la Santa Madre Iglesia:
el día que hicieren, les concedemos misericordiosamente en el Señor Indulgencia
Plenaria de todos sus pecados.
Además,
a los miembros que, arrepentidos realizaran las obras piadosas que sean
prescritas al comienzo del mes por el Presidente de dicha Sociedad cien días de
indulgencia por cualquier obra piadosa y les dispensamos de cualquier forma de
penitencia acostumbrada en la Iglesia.
Y todas
estas y cada una de las Indulgencias, remisión de pecados concedemos que pueden
aplicarse a las almas de los fieles de Cristo que hayan muerto en caridad de
Dios.
No
habiendo nada en contrario, sirven para todo tiempo presente y futuro. Y
queremos que a las copias de esta carta o incluso a las copias impresas,
firmadas por mano de algún notario y garantizadas con el sello de alguna
persona constituida en dignidad eclesiástica, se les preste la misma fe que a este
si son expuestas y mostradas.
Dado en
Roma, junto a S. Pedro y bajo el anillo del Pescador, el día 26 de febrero de
1866, año décimo de nuestro Pontificado. CARDENAL ANTONELLI.
Treinta años después le serían
aprobados los Estatutos según el Decreto que reproducimos literalmente:
DECRETO. S.S. León XIII, en audiencia
habida con el infrascrito señor Secretario de la Sagrada Congregación de
Obispos y Regulares en el día 24 de mayo de 1879, oída la relación sobre cada
artículo, aprobó los Estatutos presentes, como se contienen en este ejemplar
cuyo autógrafo se conserva en el archivo de la misma Sagrada Congregación; y de
acuerdo con el contenido del presente Decreto, los aprueba y confirma, salvada
la jurisdicción de los R. Ordinarios, de acuerdo con las disposiciones de los
S.S. Cánones y las constituciones Apostólicas, mandando además que en lo
sucesivo no tendrán ninguna fuerza los decretos manados de esta Sagrada
Congregación de Obispos y Regulares en el día 27 de julio y en el día 24 de mayo
de 1897.
Dado en
Roma por esta Secretaría de la Sagrada Congregación de Obispos y Regulares, en
este día de 28 de mayo de 1879.
J.
Cardenal FERRIERI. Prefecto. A. arzobispo de
MYRA. Secretario.
Además,
con la fuerza del Rescripto Pontificio en el día 7 de junio de 1879 y en el
mismo día del suscrito privilegio, todos los fieles agregados en aquel tiempo
al Apostolado de la R. Oración, se declara que pertenecen a la Archicofradía
del Sacratísimo Corazón de Jesús, por parte del Ilustrísimo y Reverendísimo D.
Machi, primer Moderador de la Piadosa Unión de Sacerdotes de S. Pablo, a la que
fue unida en Roma la Archicofradía del Sagrado Corazón de Jesús en la Iglesia
de la Paz. Y son directores todos de los centros del Apostolado de la Oración
que entonces existen y los sucesores suyos, tiene facultades para inscribir
fieles en la Archicofradía. Y esta facultad podrá concederse a los directores
de los centros que en los sucesivos tiempos se establezcan y a sus sucesores.
Inmediatamente se notificará al Moderador supremo de la Archicofradía por medio
del Director General del Apostolado de la Oración de la constitución de dichos
centros.
La
Parroquia de Santiago de Castilleja de la Cuesta, fue agregada al Apostolado de
la R. Oración en el día 2 de diciembre del año de 1886.
Con el
nombre de Moderador General. Manuel Torice.
Lo
hemos visto y reconocemos que es auténtico.
Floriano, Cardenal Desprez. Arzobispo de
Tolosa.
ESTATUTOS: Los Estatutos o reglas de la Asociación del
Sagrado Corazón y como hemos comentado con anterioridad, fueron aprobadas en
Roma el día 28 de mayo de 1879:
ARTICULO I.
El
Apostolado de la Oración es una piadosa Obra en la que los fieles promueven en sí
mismos o en otros el deseo de la oración, según el ejemplo del Sacratísimo
Corazón de Jesús siempre vivo y que intercede por nosotros.
ARTICULO II.
Para
cumplir esta piadosa obra ayudarán mucho no solo las oraciones mentales y
vocales, sino también cualquier otra buena obra de piedad y misericordia, así
con la frecuencia de los sacramentos, la exacta observancia de los mandamientos
de Dios y de la Iglesia y finalmente todo lo que mira a la piedad cristiana, a
la gloria divina y a procurar eficazmente a la salvación de las almas.
ARTICULO III.
Todos
los fieles de uno y otro sexo, que observen lo que se manda en las
constituciones o decretos emanados de la Sede Apostólica, pueden dar su nombre
a esta Obra Piadosa y gozar de las gracias espirituales e indulgencias
concedidas por esta Sede Apostólica.
ARTICULO IV.
Para
que los miembros del Apostolado de la Oración ganen las indulgencias, se
requiere que, a la oración de la mañana, que no deben omitir, añadan el Primer
ofrecimiento de las oraciones, obras y dolores de ese día a las intenciones por
las que Cristo el Señor se ofrece a sí mismo en sacrificio del altar. Además,
se les manda que ofrezcan diariamente una decena del Rosario por la
conservación del sumo Pontífice y por las necesidades de la Iglesia que se les
haya indicado al comienzo de cada mes.
ARTICULO V.
Los
fieles inscritos en esta piadosa Obra que están dedicados de modo especial y
encendidos en el celo de las almas (y por eso se llaman Celadores y Celadoras)
por todos los medios que ellos puedan, traten de que cada día crezca más la
gloria divina y la salvación del prójimo y el culto al Santísimo Corazón de
Jesús, y las devociones aprobadas por la Iglesia con tal de que obtengan de los
respectivos superiores las debidas licencias.
ARTICULO VI.
Se rige
la Piadosa Obra del Apostolado de la Oración por un Presidente General, que es designado
por el Prepósito de la Compañía de Jesús, previa aprobación de la Santa Sede, y
se nombra cada vez, con dependencia del Ordinario del lugar en donde resida el
que tiene que ser designado moderador o Presidente.
ARTICULO VII.
El
Presidente General puede poner directores en varias regiones y diócesis, con el
consentimiento del obispo respectivo, cuya jurisdicción está sobre los centros
que se han de formar o sobre los formados, y también sobre los fieles inscritos
y por inscribir; deben someterse a la norma de los sagrados cánones y de las
constituciones apostólicas.
ARTICULO VIII.
Los
directores centrales deben dar cada año al Presidente General los nombres de
los inscritos, para que sean añadidos en el catálogo adjunto.
Dos han sido las imágenes
titulares del Sagrado Corazón de Jesús que ha poseído la Congregación desde sus
orígenes; una primera desaparecida, y la actual, que fue entregada por las
Madres Irlandesas de la localidad a la Asociación a finales de la centuria
decimonónica. Esta talla fue realizada a finales del citado siglo en la
población catalana de Olot. De tamaño algo menor que el natural, representa la
figura de Jesús en actitud de bendecir con su mano derecha, mirada al frente, y
apoyado sobre una pequeña nube en la que giran pequeños querubines; cabe
destacarse su hermosa policromía y la diadema dorada cincelada por el orfebre
Fernando Marmolejo.