LA
DEVOCIĆN A NUESTRA SEĆORA DE LA SOLEDAD DE CASTILLEJA DE
LA CUESTA A TRAVĆS
DE LOS SIGLOS.
Juan
Prieto Gordillo
Profesor de las Universidades de Huelva y UPO de
Sevilla.
Historiador y Archivero de la Hermandad
Sacramental de Santiago.
. NUEVAS
VISITAS DE LA ORDEN MILITAR DE SANTIAGO A LA VILLA.
. PROPIEDADES
Y RENTAS TERRITORIALES DE LA ENCOMIENDA DE CASTILLEJA DE LA CUESTA A TRAVĆS DE
LOS LIBROS DE VISITAS.
. LA INTERVENCIĆN DE LA CORONA Y LA SEPARACIĆN
TERRITORIAL.
. LA ADQUISICIĆN DE LA VILLA DE CASTILLEJA DE LA CUESTA POR EL CONDE DE
OLIVARES DON PEDRO DE GUZMĆN Y ZĆĆIGA A LA CORONA.
. OTROS ACONTECIMIENTOS SOCIALES. LA APARICIĆN DE NUESTRA SEĆORA DE GUĆA Y
LA FUNDACIĆN DE LA HERMANDAD DEL SANTO ENTIERRO DE CRISTO Y NUESTRA SEĆORA DE
LA SOLEDAD.
IntroducciĆ³n.
Poco tiempo permanecerĆa Castilleja de la Cuesta como
lugar realengo, pues a comienzos de 1538 la Casa de Olivares iniciaba las
gestiones con la Corona para su adquisiciĆ³n. Efectuada su compra por el conde
Pedro de GuzmĆ”n y ZĆŗƱiga, ademĆ”s del dominio tambiĆ©n dejarĆa de ser citada como
“lugar”; es a partir de esos
instantes cuando nuestra localidad es nombrada documentalmente por vez primera “Villa”.
El seƱor poseerĆa su administraciĆ³n de justicia y la sumisiĆ³n y obediencia de
los vecinos de la Villa, que habĆan pasado a convertirse en sus vasallos
directos. Comenzaba pues, en el aƱo 1538, el recorrido de Castilleja de la
Cuesta bajo el dominio de un seƱorĆo nobiliario. A partir de estos instantes,
todo lo concerniente al Ɣmbito civil pasaba a los condes de Olivares, mientras
que en lo eclesiĆ”stico la Villa seguirĆa manteniendo su categorĆa de
vicarĆa santiaguista, con competencias independiente del arzobispado de
Sevilla, a la vez que los priores de San Marcos de LeĆ³n continuarĆan nombrando
a los vicarios y cobrando los diezmos eclesiƔsticos, tal y como puede
apreciarse en los diversos informes redactados en los “Libros de Visitas”
que efectuarĆan miembros de la Orden Santiaguista desde su posesiĆ³n hasta bien
entrado el siglo XVII.
Tras Pedro de GuzmƔn, primer conde de Olivares,
nacido en Sevilla en 1503, y casado con Francisca de Ribera NiƱo, la posesiĆ³n
de la Encomienda fue heredada por su hijo mayor Enrique de GuzmƔn de Ribera,
segundo conde de Olivares. Nacido en Madrid el 1 de marzo de 1540, viajĆ³ desde
muy joven con su padre a Italia, Alemania y Flandes; en 1579 se casĆ³ MarĆa
Pimentel de Fonseca. Felipe II le encargĆ³ la embajada de Roma, cargo que
desempeĆ±Ć³ hasta 1591; de vuelta a EspaƱa, y tras el fallecimiento de su esposa,
fue nombrado por el citado monarca Consejero de Estado y ejerciĆ³ el cargo de
Contador Mayor de Cuentas del Reino. Enrique muriĆ³ en Madrid el lunes 26 de
marzo de 1607, siendo depositado su cadĆ”ver en el noviciado de la CompaƱĆa de
JesĆŗs.
En definitiva, a lo largo del XVI, sin olvidar el
fallecimiento del conquistador Hernando CortƩs Pizarro (HernƔn CortƩs), el 2 de
diciembre de 1547 en Castilleja de la Cuesta, la Villa continuarĆa forjando su
trazado urbano constituyĆ©ndose en un nĆŗcleo poblado definido y pasando a
convertirse en un prĆ³spero enclave seƱorial. En esta centuria el protagonismo
principal recae en determinadas familias nobles y eclesiƔsticas, cuya actividad
compradora es relevante. Junto a ellos, y en la formaciĆ³n de las grandes
propiedades, destacarĆ” la oligarquĆa de la capital hispalense convirtiendo sus
haciendas de viƱas y olivares en autĆ©nticos centros econĆ³micos y sociales de
poder.
Nuevas visitas de la Orden de
Santiago a la Villa. Propiedades y rentas territoriales.
Los problemas de poblaciĆ³n en Castilleja continuaron
o volvieron a surgir a comienzos del siglo XVI, porque en 1513 hay noticias de
nuevos pobladores, que reciben a censo tierras de la Orden en condiciones, al
parecer, muy favorables, “Septiembre 5 de
1513. Fernando V da poder a Ochoa de IzƔsaga, caballero de la Orden de
Santiago, para que de cargos a “censos” a los nuevos pobladores que habĆan
acudido a Castilleja”[1].
La maƱana del 5 de abril de 1504, se produce uno de
los grandes terremotos que asolaron EspaƱa, el llamado “Terremoto de Carmona” (llamado asĆ por la localizaciĆ³n de su
epicentro). Dicho movimiento sĆsmico afectĆ³ gravemente a una extensa Ć”rea de la
provincia de Sevilla, causando leves daƱos materiales en Castilleja de la
Cuesta, y se extendiĆ³, aunque con menor intensidad, a otras provincias de
AndalucĆa y Castilla. A este acontecimiento, y tambiĆ©n durante estos primeros
aƱos, hubo que sumar un importante nĆŗmero de plagas de langostas y la
alternancia extremas sequĆas y terribles inundaciones a las que se vieron
sometidos los campos y ciudades del sur peninsular, provocando un nĆŗmero importante
de defunciones. Tras estos sucesos, la demografĆa de la zona alcanzarĆa sus
cotas mƔs bajas durante las tres dƩcadas del siglo, volviƩndose a recuperar a
mediados de la centuria. De hecho, de los 120 vecinos contabilizados en
Castilleja el aƱo 1498[2],
se pasarĆa en 1514 a tan solo 60, volviendo a disminuir a 49 en 1534;
Castilleja se convertĆa pues, en una de las poblaciones de menor nĆŗmero de
habitantes del Aljarafe. En el extremo opuesto, y manteniendo su liderazgo en
la comarca, se hallaban SanlĆŗcar la Mayor, con un total de 2.700 habitantes.
De hecho, en la declaraciĆ³n vecinal que se da para la
localidad incluye a los “sevillanos” cuando afirma: “...los
vecinos de Castilleja con los que tienen allĆ haciendan de Sevilla que pechan
por ella...son 49”[3].
Esta cuestiĆ³n llevarĆa a pensar que las cifras anteriores incluyeron tambiĆ©n a
estos vecinos de Sevilla que por una u otra razĆ³n pechaban a la Orden. De
cualquier forma, la presencia de gentes bajo jurisdicciĆ³n hispalense debĆa ser
importante. SegĆŗn una relaciĆ³n de censos por tierras, casas y solares en
Castilleja de la Cuesta, realizada en 1514, de un total de 74 cartas de censos
emitidas, sĆ³lo 23 lo fueron para vecinos de Castilleja; 41 para vecinos de
Sevilla y sus arrabales, y el resto a gentes de lugares prĆ³ximos.
Mientras tanto, continuaban produciƩndose las
periĆ³dicas “Visitas” llevadas a cabo
por destacados miembros de la Orden Militar. En estas continuarĆan siendo
registradas, la descripciĆ³n arquitectĆ³nica de la Iglesia de Santiago, junto a
los bienes de la misma: inventario de los bienes de plata, los ornamentos, los
libros, las campanas y la madera, ademƔs de las posesiones existentes en la
localidad, las cuentas del mayordomo de la iglesia, las datas, al igual que las
propiedades de la Orden y de su beneficio; tambiĆ©n se cita documentaciĆ³n del
hospital del Cuerpo de Cristo, asĆ como de las hermandades existentes en la
Villa. Siguiendo el protocolo, dichas escrituras finalizaban con la
promulgaciĆ³n de una serie de “Mandatos”.
Sin lugar a dudas, y durante las visitas, de nuevo serĆ” el apartado
correspondiente a Ć©stos, que el visitador dejarĆa ordenados para que se
pusiesen en prƔctica, el que contenga un mayor interƩs por cuanto aporta
interesantes noticias sobre costumbres y la vida de los vecinos de Castilleja
de la Cuesta en estos aƱos del siglo XVI. Finalmente, dichos mandatos eran
publicados en la iglesia parroquial el primer domingo, siendo enviada una copia
al convento de Santiago de la Espada de la ciudad de Sevilla.
Propiedades y rentas territoriales de
la Encomienda de Castilleja de la Cuesta a travƩs de los libros de Visitas.
Retomando el tema del papel desempeƱado por los
comendadores, Ʃstos, ademƔs de administrar y disfrutar las rentas de
Castilleja, estaban obligados a tener dispuestos tres escuderos con armas y
caballos, escogidos entre vasallos que componĆan el vecindario de la Villa, tal
y como ha sido comentado con anterioridad. Conocido es el nombre de uno de los
comendadores de los que se tiene conocimiento rigieron la villa de Castilleja a
comienzos del Quinientos, mƔs concretamente durante el periodo 1494-1515, se trata
del citado Alonso de Esquivel, cuya documentaciĆ³n aparece recogida en
los libros de Visitas que efectuarĆa la Orden Militar de Santiago, como
poseedora de la localidad, hasta finales del siglo XV.
Nuevas referencias sobre el
comendador Esquivel aparecen citadas en la obra “Noticias ArtĆsticas de todos
los edificios pĆŗblicos de esta M. N. Ciudad de Sevilla” del aƱo
1844, en la que se recoge una inscripciĆ³n que estuvo en una capilla dedicada al
Patronato de los Esquiveles, de la iglesia parroquial de San Juan de la Palma,
que decĆa asĆ: “Este retablo mandĆ³ hacer, y poner en esta capilla, Alonso de Esquivel,
Comendador de Castilleja de la Cuesta, a honor y Reverencia de Nuestra SeƱora
la Madre de Dios, y del Bienaventurado Santiago su PatrĆ³n, y de la Bienaventurada
Santa Catalina MĆ”rtir, AƱo de 1511”[4].
Continuando con el desarrollo literal de las Visitas
efectuada a Castilleja de la Cuesta por miembros de la Orden, y centrƔndonos en
esta ocasiĆ³n en el apartado meramente econĆ³mico, vemos cĆ³mo las efectuadas
durante 1511 y 1514 dan prueba que las Ćŗnicas propiedades en la Encomienda por
aquellos aƱos se reducĆan a una casa y varios censos. La casa se menciona en
1494 al ser preguntado Alonso de Esquivel por la entrega que recibiĆ³ al ser
posesionado de la encomienda:
“MostrĆ³ un testimonio
signado de escribano pĆŗblico en que parece que el tiempo que tomĆ³ la posesiĆ³n
de ello no hallĆ³ casa, ni tinaja ni cuba ni otro aderezo para coger pan e vino,
lo cual, visto por el acorde de comprar
en el dicho lugar por sus dineros una casa, la cual los dichos visitadores la
visitaron y hallaron en ella un razonable aposentamiento para morar e un lagar
con su viga bien enderezada y dos bodegas bien reparadas con cuarenta tinajas
mayores y mediana, y un corral que tiene
ciertos granados e higueras. De lo cual dijo que antes de ahora tenĆa hecha
donaciĆ³n a la Orden, a que ahora lo debe por mejoramiento por el hecho en la
dicha encomienda”[5].
En las visitas posteriores los reparos de esta casa
no fueron importantes, oscilando el nĆŗmero de tinajas de unos aƱos a otros; en
1515 se dijo que “habĆa acrecentado el
dicho comendador una viga nueva con todos sus aparejos para el lagar y la torre
nueva del dicho lagar…, despuĆ©s de visitaciĆ³n pasada, gastando en ello 17.000
maravedĆes”[6].
El dinero percibido en 1511 y 1514 por los censos fue
de 10.384 maravedĆes, por lo que la aranzada de viƱa se cobraba a 41
maravedĆes. Se encontraban conservadas un total de 258, 1 aranzadas, si bien,
en el recuento de los 59 censos disfrutados por la encomienda solo resultan
254,707 aranzadas. En las otras visitas tambiƩn se seƱalaron estos censos sobre
viƱas, si bien no se especificaba el total de aranzadas repartidas, que al
juzgar por la renta de 1501 debieron disminuir en los aƱos siguientes.
Respecto a las “Rentas
SeƱoriales”, en 1494, 1509 y 1511 es mencionada la “martiniega”, que suponĆa doce maravedĆes por casa, especificĆ”ndose
que en 1494 se entregaba a la iglesia. Su cuantĆa en los tres aƱos conocidos
fue, respectivamente, de 800, 700 y 850 maravedĆes. En 1511 y 1514 se mencionan
tambiĆ©n penas y calaƱas, aunque sin concretar la cantidad que ambos derechos suponĆan
para los ingresos de la Encomienda[7].
De gran valĆa son igualmente los datos ofrecidos
durante la visita efectuada en el aƱo 1575 sobre las propiedades y rentas
territoriales de la Encomienda, en las que se nos ofrece una detallada
descripciĆ³n de las viviendas y censos pagados de algunas de las personas que
habitaron nuestro pueblo por aquellos aƱos. Iniciamos el comentario haciendo
alusiĆ³n a las denominadas “Posesiones”
sobre las que tenĆa derecho la Orden en Castilleja de la Cuesta[8].
Continuando con
el contenido de la fuente documental, fueron tomadas las cuentas de las hermandades
existentes en la Iglesia parroquial de Santiago: CofradĆa y Hermandad del
SantĆsimo Sacramento y Vera Cruz, CofradĆa de Santiago y San SebastiĆ”n,
CofradĆa y Hermandad de Santa MarĆa de la Soledad y Entierro de Jesucristo, asĆ
como a los mayordomos MartĆn Cabrera y Francisco de Aguilar, quienes habĆan
desempeƱado sus cargos desde el aƱo 1571 hasta la fecha[9].
El hospital “Cuerpo de Cristo”
Uno de los aspectos mƔs interesantes aparecidos en
las citadas fuentes documentales son los referidos a la existencia de un
hospital, propiedad de la Orden Militar, desde mediados del siglo XV. “Hay
en el dicho lugar una casa de dicho maestrazgo que es Hospital la cual estĆ”
administrada por la Hermandad del Sacramento que hay en dicho lugar al mando de
JuliƔn Cruz, Hernando CarrƩs, y a Vasco de Mosquera, hermanos de la dicha
cofradĆa, para atender a enfermos y a pobres que allĆ confieren”[10].
Los libros de visita de la Orden de Santiago
comenzaron a interesarse por los hospitales existentes en la provincia de LeĆ³n
(Reino de Sevilla) a partir de 1498, y de 1507 en la provincia de Castilla
(Reino de JaĆ©n). Respecto a los requisitos que se exigĆan en el seƱorĆo
santiaguista para poder abrir un hospital estaban:
1. AutorizaciĆ³n maestral para la
fundaciĆ³n, previa informaciĆ³n de que el hospital no daƱarĆa las rentas (diezmos
y primicias) de la Orden.
2. Compromiso por parte del fundador
que consentirĆa la inspecciĆ³n del centro por los visitadores de la Orden.
3. Acuerdo entre los fundadores y los
pĆ”rrocos sobre la administraciĆ³n de los sacramentos y el ejercicio del culto
divino dentro de los hospitales cuando en ellos hubiere capilla.
4.
ObtenciĆ³n
de bulas papales. No obstante, este trĆ”mite sĆ³lo serĆa necesario en el supuesto
de la existencia de capilla, pero no para la simple creaciĆ³n de un hospital[11].
La fundaciĆ³n de un hospital en Castilleja de la
Cuesta a mediados de siglo no constituĆa un hecho aislado y exclusivo, ya que
hospitales hubo en casi todos los pueblos del Aljarafe; algunos de ellos no
eran sino simples albergues donde se alojaban a pobres vagabundos, se les
proporcionaba algo de comer y donde en caso de hallarse enfermos, se les
aplicaba alguno de los rudimentarios conocimientos o eran conducidos a cualquiera
de los hospitales pobres de Sevilla. Varias son hasta la fecha las menciones
hechas acerca de la localizaciĆ³n de este edificio en Castilleja de la Cuesta.
Una vez finalizada
la visita a los edificios religiosos de la localidad, eran visitadas el resto
de las propiedades de la encomienda entre las que se hallaba el hospital,
titulado desde su creaciĆ³n “Cuerpo de Cristo”. Ubicado en el SeƱorĆo Antiguo de
la Villa, en la actual calle Enmedio, aunque muy modesto, servĆa para acoger a
gentes o mendigos transeĆŗntes, desvalidos o enfermos, y cuyos bienes eran muy
reducidos[12]. En la efectuada durante
el aƱo 1515 la descripciĆ³n facilitada fue la siguiente: “Hay en dicho lugar una casa que dio MarĆa Garay para Hospital, la cual
administra la Hermandad del SantĆsimo Sacramento del dicho lugar, mandado por
los hermanos de la dicha cofradĆa, para que tengan cuidado del reparo de la
dicha casa, por manera de asistir y atender para los pobres que concurrieren”[13]. Llegados a este punto, debemos aƱadir
que casi todos los hospitales abiertos en el seƱorĆo santiaguista del Reino de
Sevilla estaban administrados por una cofradĆa, cuyo nombre coincidĆa con la
advocaciĆ³n del hospital, tal y como sucediĆ³ en el castillejano.
Pero sin lugar a dudas, la descripciĆ³n mĆ”s completa e
interesante fue la ofrecida durante la visita a Castilleja de la Cuesta a
comienzos del aƱo 1575, por cuanto por vez primera son ofrecidos datos
arquitectĆ³nicos del edificio:
“En la dicha Villa de Castilleja de la Cuesta
hay un hospital en la calle que dicen de Hernando HayƔn, en la parte dicha de
la Villa, que comprĆ³ de Vuestra Majestad el conde de Olivares que era de la
dicha Orden; es una casa baja que tiene una ¿qindia?(sic) a la entrada y a la
mano derecha una camarilla, y a la izquierda, tras la puerta, una cocina, y
dentro de ella (roto), y de dicha sala se sale a un corralejo pequeƱo. El
maderamiento de la dicha casa y piezas es de madera de castaƱo y (ilegible),
tiene siete reales y media que paga Hernando HayƔn, vecino de Castilleja de censo
sobre un pedazo de bodega y corral
pagado al dicho hospital que se lo dio a censo y asĆ mismo tiene otros tres de
censo y pecho, que paga InĆ©s RodrĆguez, sobre una aranzada de viƱa que es de
Castilleja, al sitio de la Herreyuela...”[14].
Destacar
igualmente las obras realizadas en el recinto hospitalario en el mismo aƱo por
un valor de tres mil ochocientos y treinta y ocho maravedĆes pagados a
CristĆ³bal LĆ³pez, maestro albaƱil, a cuenta de los cuarenta y seis ducados y
medio por las obras de albaƱilerĆas efectuadas: “trescientos sesenta y siete reales y medio de treinta y cinco carretadas de cal que se
trajeron para el hospital a precio de diez reales y medio cada una;
cuatrocientos diez reales de ocho mil
ladrillos; un umbral y meter la cal y ladrillos a una casa a guardarse
diecinueve reales”[15].
Pero no solo fue anotada la existencia de dicho
recinto hospitalario en nuestro pueblo durante las mencionadas “Visitas”. Numerosas son tambiĆ©n las
reseƱas ofrecidas sobre el edificio en las cartas de los testamentos dictadas
por vecinos de la localidad. Prueba de
ello fueron las efectuadas por don Rodrigo Trujillo en el aƱo de 1539 donde se
citaba lo siguiente: “Y mando al Hospital
del Cuerpo de Cristo de esta Villa, cincuenta maravedĆes para una cama en que
se acogen pobres, y en ella se gasten todos…”[16].
Nuevos datos acerca de su existencia quedaron
recogidos en el testamento redactado en el aƱo de 1570 por otro vecino de la
localidad, enterrado en el templo matriz de Santiago, quiƩn dona cierta
cantidad para su mantenimiento: “Y mando se den a la fĆ”brica de SeƱor Santiago
de esta Villa de Castilleja de la Cuesta 8 ducados que le doy en cargo y para
honra del SantĆsimo Sacramento que en ella se ha erigido, y mando para la obra
del hospital 100 ducados, que le doy al mayordomo que fuere de dicho hospital”[17]; y finalizando la centuria, del aƱo
1595 se aporta una nueva nota en la que es mencionado nuevamente el hospital,
en esta ocasiĆ³n durante la descripciĆ³n de los linderos de unas casas que iban a
ser entregadas como dote por Catalina de Briones a favor de Hernando HayƔn,
quiĆ©n iba a contraer matrimonio con su hija Luisa de Briones: “AdemĆ”s
entran en la dote unas casas...en Castilleja de la Cuesta, lindantes con el
Hospital del Cuerpo de Cristo, y unas casa pequeƱas en la misma Castilleja”[18].
La intervenciĆ³n de la Corona y la
separaciĆ³n territorial.
El principal hecho que determinarĆa la desmembraciĆ³n
o separaciĆ³n de la Orden Militar de Santiago de Castilleja de la Cuesta y
Villanueva del Ariscal fueron las constantes desavenencias surgidas entre la
clase dirigente de la Orden, los maestres, y por las necesidades econĆ³micas
experimentadas por el monarca Carlos I de EspaƱa a la par V de Alemania,
motivado por la polĆtica Imperial y las guerras que a ello conducĆa tal y como
quedarĆa explĆcito en la Real CĆ©dula dictada para la citada desmembraciĆ³n. A
ello hubo que sumar la Bula dictada por el pontĆfice Clemente VII, bajo la
presiĆ³n del monarca, mediante la cual se podĆan desmembrar bienes de aquellos
maestrazgos y de las encomiendas de dichas Ćrdenes hasta cierta cantidad, y
poder disponer de ellos como les pareciese mƔs conveniente. Dicha Bula fue
renovada por el pontĆfice Paulo III en 1536, obteniendo vĆa libre
aquellos nobles que por aquellos aƱos deseaban fundar un seƱorĆo o ampliar los
territorios de los que ya poseĆan, sobre todo si las posesiones de las Ćrdenes
militares les convenĆan por su
proximidad a sus residencias o a las tierras de sus seƱorĆos patrimoniales: una
de estas ofertas de compra de estas posesiones fue la de algunos lugares
incluidos en la Encomienda santiaguista del Aljarafe por el conde de Olivares
Pedro de GuzmƔn[19], entre las que se hallaban las villas de Castilleja de la Cuesta
(1538); Castilleja de GuzmƔn (1538); Heliche (1538); y Albaida (1578).
Durante
la pertenencia de Castilleja de la Cuesta a la Corona, la Primitiva Carta
Puebla dictada a finales del siglo XIV, renovada a comienzos del XV, fue
nuevamente reformada en el aƱo 1513 en algunos de sus capĆtulos mĆ”s
significativos. Tras la revisiĆ³n y el aumento experimentado en el apartado de
los impuestos, tambiĆ©n fue ampliado el artĆculo nĆŗmero 10, en el que se hacĆa
referencia a la venta de las propiedades existentes en el tƩrmino
jurisdiccional de la poblaciĆ³n:
“10.- OtrosĆ, que las
viƱas e tierras y heredades que los dichos pobladores tomasen, no las puedan ni
vender a hombre de Orden ni de ReligiĆ³n, ni de fuera del SeƱorĆo de Nuestro
SeƱor el Rey, ni a rico hombre ni a rica hembra, ni a otra persona poderosa,
salvo a hombres llanos de las condiciones de ellos para que las hubiese con las
dichas condiciones e tributos que de uso se contienen...”[20].
La adquisiciĆ³n de la villa de
Castilleja de la Cuesta por el Conde de Olivares don Pedro de GuzmĆ”n y ZĆŗƱiga a
la Corona.
Uno de los hechos
fundamentales en la Historia de Castilleja de la Cuesta fue la adquisiciĆ³n de
parte de su actual territorio en el aƱo 1538 por el conde Pedro de GuzmƔn y
ZĆŗƱiga a la Corona, para ser incorporada a la Casa de Olivares, siendo a raĆz
de este acontecimiento cuando a la poblaciĆ³n se le conceda el tĆtulo de “Villa”, como
consecuencia del primer reconocimiento de su Concejo o Ayuntamiento, poseedor
de un alcalde con jurisdicciĆ³n civil y criminal, y por el disfrute de determinados privilegios
y exenciones de carĆ”cter polĆtico y administrativo con consentimiento de la Corona.
Tras la adquisiciĆ³n de la encomienda de Heliche por
la familia GuzmĆ”n, a continuaciĆ³n, todas las miras del ducado estuvieron
dirigidas para la de Castilleja de la
Cuesta; una Real CĆ©dula de 19 de diciembre de 1538 desmembrĆ³ de la Orden de
Santiago los bienes de la encomienda de Castilleja con sus vasallos,
jurisdicciĆ³n, rentas y tributos, mediando autorizaciĆ³n expresa de su comendador;
fue otorgada en el puerto de CorfĆŗ (Grecia) donde entonces estaba la armada del
Rey el 4 de octubre de ese mismo aƱo. A
continuaciĆ³n, y por una Real Carta de la misma fecha de la cĆ©dula anterior se
ordenĆ³ al Concejo, Justicia y Regimiento de Castilleja de la Cuesta que tuviese
al Rey por seƱor propietario de la Villa, su tĆ©rmino y jurisdicciĆ³n, rentas y
demĆ”s pertenencias que allĆ habĆan
poseĆdo la Orden hasta entonces, encargando al mismo tiempo a Pedro de
CastaƱeda, vecino de Sevilla y nombrado alcalde mayor de la propia Villa, que
tomase la oportuna posesiĆ³n de todo lo
dicho[21].
Tras ser compensada la encomienda de la Orden con el
equivalente a las rentas que perdĆa por esta desmembraciĆ³n, cuyo montaje habĆa
sido calculado por el administrador Francisco de Santiago, con un juro de
heredad de casi 70.000 maravedĆes anuales, se pasĆ³ a efectuar una nueva
tasaciĆ³n mĆ”s ajustada, de todo lo que se debĆa vender al conde de Olivares
procedente de los bienes de dicha encomienda, y el mismo funcionario calculĆ³
que la media de las rentas de tales bienes en el quinquenio 1532 - 1536 habĆa
sido la siguiente: sumados el rendimiento de la dehesa de Ajoar, los diezmos del
vino y de los menudos, los tributos y censos en Castilleja y 36 fanegas de
tierra de pan llevar en Gerena, todo ello daba una renta media anual de 70.200
maravedĆes. TambiĆ©n el mismo comisionado averiguĆ³ que en Castilleja de la
Cuesta y sus tĆ©rminos se contaban 33´5 vasallos, entre vecinos, una tutela,
tres viudas, un cura y 17 “moradores y caseros de vecinos de Sevilla”[22].
Una vez
terminadas estas operaciones y dispuestos todos los requisitos legales, se
procediĆ³ a extender el Privilegio Real de venta de la villa de Castilleja de la
Cuesta, librado por el Emperador a favor de Pedro de GuzmƔn, conde de Olivares,
en Toledo el 23 de mayo de 1539. A continuaciĆ³n, y relacionado con la
documentaciĆ³n anterior y la siguiente, es ofrecido un fragmento que formĆ³ parte
de un expediente posterior, realizado en el siglo XVIII, respecto a la divisiĆ³n
territorial de la localidad:
“Por un testimonio de exhibiciĆ³n dado por escribano pĆŗblico de Sevilla
Ignacio Marques de Guevara, se dice que por Real CĆ©dula o Carta, fecha en
Toledo a 23 de Mayo de 1539, el SeƱor Emperador Don Carlos Quinto en virtud de
Bulas Pontificias vendiĆ³ a Don Pedro de GuzmĆ”n Conde de Olivares la villa de
Castilleja de la Cuesta, fuera de las alcabalas con sus diezmos y demƔs con
todo lo que correspondĆa a la encomienda de Santiago y con permiso de su
comendador. Por el mismo testimonio
se dice que hay escritura otorgada en Toledo a 16 de Abril de 1539 ante Juan
SƔnchez Montesinos en que se vendieron al Conde de Olivares las alcabalas de Castilleja
de la Cuesta sin incluir las alcabalas de la parte que dicha Villa tiene en
tĆ©rmino de esta ciudad de Sevilla porque estas quedan reservadas a S.M.”[23].
Mediante esta escritura se vendieron al conde el
seƱorĆo, jurisdicciĆ³n, nombramiento de justicias, vasallaje, rentas, censos y
tributos sobre casas, solares y viƱas, pechos y derechos de la villa de
Castilleja de la Cuesta, junto con la dehesa de Ajoar, en tƩrminos de
AznalcĆ”zar, y tres cahĆces de tierra de pan llevar en tĆ©rminos de Gerena, por
el precio total de 3.477.800 maravedĆes, cantidad que resultĆ³ de la
capitalizaciĆ³n de las citadas rentas de la Villa, de las que se descontaron dos
mil maravedĆes que se le pagaban anualmente al clĆ©rigo que servĆa el beneficio
de la iglesia de la propia Villa, los
mismos que le habĆan dado los comendadores de la Orden y a cuyo pago quedaba
ahora obligado el nuevo seƱor, y aƱadiƩndole 950 de los derechos de penas y
multas; de sumarle el importe de la compra del vasallaje, estimados a 16.000
maravedĆes cada vasallo, y de aƱadir a todo ello 37.500 mĆ”s, en que fue
valorada una casa con lagar y bodegas, que poseĆa la encomienda de Castilleja
que tambiƩn pasaba a propiedad de don Pedro.
Pagado el precio, el mentado Alcalde Mayor de la
Villa, Pedro de CastaƱeda, dio la posesiĆ³n de la misma y sus pertenencias a
Pedro de GuzmƔn a mediados del siguiente mes de junio. Don Pedro quiso
redondear estas posesiones con la compra de unas rentas mƔs sobre ellas, rentas
hasta entonces consideradas inalienables por la Corona, pero que los gastos
imperiales las habĆan lanzado tambiĆ©n al mercado real: las alcabalas. En
efecto, en 1540 el conde de Olivares comprĆ³ la propiedad de los derechos de
alcabalas de las villas cuyo seƱorĆo ya poseĆa: Olivares, Heliche y las dos
Castillejas; estimadas sus alcabalas en conjunto en 70.000 maravedĆes de renta
anual, fueron adquiridas por el precio de 2.940.000. El ya “seƱor
de Castilleja de la Cuesta”, era ya en esta dĆ©cada vecino de
Sevilla en sus casas situadas en la collaciĆ³n de San Vicente[24].
A
partir de entonces, hay que destacar que en Castilleja de la Cuesta la
capacidad de decisiĆ³n y autoridad del Concejo se vio en gran medida
condicionada por la voluntad del SeƱor del tƩrmino, el titular del condado de
Olivares.
Al margen de la propiedad seƱorial de Castilleja de
la Cuesta por la Casa de Olivares, el siglo XVI vendrĆa marcado por toda una
serie de cuestiones, de Ćndole econĆ³mico y social, en las que las haciendas de
viƱas y olivares junto a los edificios religiosos jugarƔn un papel determinante
en la vida de la poblaciĆ³n al quedar sus vecinos estrechamente vinculados a los
mismos. ReseƱar tambiĆ©n cĆ³mo la extensiĆ³n del cultivo de viƱas aparece
dominante por encima de cualquier otro tipo de fincas SerƔn burgueses
sevillanos, quienes, favorecidos por el monopolio indiano, inviertan en
heredades fundando vinculaciones en el fƩrtil Aljarafe y, concretamente, en las
tierras del mismo mƔs cercanas a la capital, como las de Castilleja[25]. Consecuencia
de ello es en primer lugar la proliferaciĆ³n de lagares y bodegas, y en segundo
las fƔbricas de aguardiente, trabajadas por algunos pobladores flamencos,
quienes posiblemente traĆan con ellos los conocimientos y secretos de la
vinicultura borgoƱona, como Hernando HayƔn, propietario desde comienzos de la
centuria de la hacienda de la Sagrada Familia, o Giuseppe Cornielles, ambos
maestros aguardenteros.
En enero de 1554 Pedro de GuzmĆ”n promulgĆ³ unas
Ordenanzas para el Buen Gobierno de las villas de Castilleja de la Cuesta,
Olivares y Heliche, en las que se establecĆan penas y castigos para los
diversos delitos - en cuya relaciĆ³n se emparejaban en extraƱa mezcolanza
asuntos religiosos y profanos- y se trataba de ordenar la vida econĆ³mica de
estos lugares. Estas primeras reglas completadas por otras de 1562, que
regularĆan el funcionamiento concejil, la leva de mozos de soldada, la guarda
de heredades y trabajo de pastores, gaƱanes, cabaƱeros y manaderos, asĆ como
los oficios mecƔnicos y campesinos; se daban normas para ser observadas en los
mesones y las obligaciones de los mesoneros y disposiciones sobre mostrencos y
cosas perdidas, multas y pechos o impuestos;
y ampliadas por otras a fines de diciembre de ese mismo aƱo, para tiempos
“trabajosos
y de mucha falta y carestĆa de pan”, organizando para ello el
funcionamiento y administraciĆ³n del pĆ³sito de Olivares, destinado a vasallos de
esta Villa, Heliche, Castilleja de la Cuesta y la de GuzmƔn[26].
Las rentas acumuladas por el conde de Olivares aĆŗn le
permitieron intentar en los Ćŗltimos aƱos de su vida la ampliaciĆ³n de sus
tierras seƱoriales con dos nuevas adquisiciones. Pedro de GuzmƔn, residente en
la Corte, en la que desempeƱaba los oficios de mayordomo real y contador mayor
de cuentas, solicitĆ³ del Consejo de Hacienda a fines de 1564 la compra del
seƱorĆo, vasallaje y rentas de la villa de SanlĆŗcar la Mayor y de los treinta y
siete vecinos “que en el tĆ©rmino de Tomares dice que tiene un lugar suyo, llamado
Castilleja de la Cuesta, que es en tierra de Sevilla, e que se le den
ochocientas varas de tĆ©rmino por todas partes”, o sea, la llamada
calle Real de Castilleja, cuyas varas de tierras deberĆan proporcionĆ”rseles a
costa de los tƩrminos concejiles de las villas vecinas[27].
En efecto, en enero de 1565 se asentĆ³ en la Real
Hacienda la venta que de los dichos lugares se iba a realizar a favor del conde
de Olivares y, a principios del mes siguiente, un juez comisionado se personĆ³
en aquellos y llevĆ³ a cabo su cometido, averiguando primero en la calle Real de
Castilleja de la Cuesta su jurisdicciĆ³n, vecindario, tĆ©rminos, rentas y
alcabalas y, luego, otro tanto en SanlĆŗcar la Mayor[28].
Pero la oposiciĆ³n de Sevilla y de los lugares limĆtrofes con Castilleja, a los
que habĆa que expoliar parte de sus tĆ©rminos, fue tal que, uniĆ©ndose a la
solicitud de Sevilla de retrotraer la compra de SanlĆŗcar a su favor, hizo que
la venta de tales lugares al Conde fuese rescindida[29].
En los Ćŗltimos dĆas del mes de julio de 1547 morĆa Francisca de Ribera, condesa
de Olivares. Antes de morir otorgĆ³ un codicilo y un memorial, en los que
rectificaba algunas cuestiones, concretaba otras o introducĆa algunos legados
puntuales con respecto a lo que se hallaba dispuesto por el testamento que
habĆa otorgado conjuntamente con su difunto esposo. Por el memorial, ademĆ”s de
legar trescientos ducados para que se labrase la iglesia de Santiago ApĆ³stol de
Castilleja de la Cuesta, se concretaban las mandas para sus criados y esclavas[30].
AƱos mƔs tarde, el nombre de Castilleja de la Cuesta
aparecerĆa ya reflejado en los papeles jurĆdicos-administrativos de la Casa de
Olivares. En esta ocasiĆ³n con motivo de la realizaciĆ³n del mayorazgo fundado
por el primer conde de Olivares don Pedro, a 26 de septiembre de 1563. Estos
mayorazgos eran en definitiva meras instituciones destinadas a perpetuar en una
familia la propiedad de ciertos bienes; bienes que dejados en herencia no
pudiesen ser enajenados por el heredero, que venĆa obligado a transmitirlos a
su sucesor intacto. AsĆ, las clĆ”usulas relativas a las propiedades, y en las
que se cita la poblaciĆ³n de Castilleja son las siguientes:
“Ćtem. La villa de Castilleja de la Cuesta con sus vasallos y casas y
rentas, y pechos y derechos, y alcabalas, almojarifazgos y veintenas, diezmos y
tributos, y gallinas y casas, y tĆ©rminos y jurisdicciĆ³n civil y criminal, alta
y baja mero mixto imperio, con la dehesa de Ajoar y con todo a la dicha Villa y
dehesa anejo y perteneciente”; “Ćtem.
Los olivares con sus casas y molinos, y silos y tierras y viƱas, que hemos
comprado en tĆ©rmino de la dicha villa de Castilleja de la Cuesta, ansĆ en lo
del SeƱorĆo como en lo realengo, ansĆ vasallos y renta y jurisdicciĆ³n y
heredades como otras cualquier cosas que habemos y tenemos, y de aquĆ en
adelante tuviƩremos por compra o de otra cualquier manera en la dicha Villa y
realengo”[31].
En el aƱo 1569, fueron dictadas una serie de
instrucciones dictadas por la Casa de Olivares para la administraciĆ³n de
Castilleja de la Cuesta, tras numerosos conflictos ocasionados entre
saqueadores contra las propiedades de los ya mencionados “Cristianos Nuevos”,
denominaciĆ³n que recibieron las personas convertidas al cristianismo que antes
habĆan practicado otra religiĆ³n (judaĆsmo o islam en la inmensa mayorĆa de los
casos), y que mayoritariamente se
hallaban ubicados en los tƩrminos de la Calle Real. Algunas de las medidas
tomadas fueron la imposiciĆ³n de una compaƱĆa de soldados para su defensa, para
lo que fue encargado el administrador del territorio Antonio de Luna:
“Remito todo como aquĆ tambiĆ©n lo sabrĆ” entender y trazar y le pasa por
las manos, para que hagƔis aquello que mejor sea, y a esa gente irƩis
apaciguando, no perdonando al que lo mereciere y se demandare, aunque sea
cualquier de los mas estirados, y de esto advirtierais siempre al Gobernador,
porque mi voluntad es que el desvergonzado sea castigado y el que lo mereciere
le tratĆ©is con gran Amor y voluntad, porque no haciĆ©ndose asĆ en semejantes
tiempos suelen venir de ello algunas revoluciones que son trabajosas de
remediar; y en el negocio de los particulares que estaban por revocar los
poderes, serĆ” bueno que lo tratases con ellos, entiendan saliĆ³ de vos mismo y
no de otro y que conozcan que esto no lo habĆamos de intentar el duque mi seƱor
y yo con ellos, y si asĆ les pidiere por terceras personas que lo que con ellos
tratases sea de manera que no venga a otra noticia porque esto no os lo
mandamos.
Y si asĆ es verdad que yo no os dirĆ©
se lo hablases a los que no habĆan revocado, sino a los demĆ”s para que como de
suyo lo negociasen con los cinco, si deseaban efectuar la concordia, y no
viniendo por esta vĆa no trataseis mĆ”s de ello, porque ya sabĆ©is que se ha dado
parte de estas cosas al duque mi seƱor, y hasta ver lo que manda no se puede
efectuar nada. Y en el interin, si los que han revocado vieren que lo estĆ” bien
ellos lo trabajarƔn con los demƔs. La traza que se da en lo de los ganados de
los cristianos nuevos que estƩn en guarda con los pastores cristianos viejos
por mĆos, me parece muy bien y todo lo que mĆ”s se hiciese para defender y
conservar las haciendas de esos cuidados porque dejado el merecerlo ellos
tambiƩn gana mi hacienda; el no
desbaratar ellos las suya; y asĆ serĆ” justo que por estos y por muchos respetos
mirƩis con gran cuidado por sus personas, y lo mismo en hacer que se hagan
informaciones contra los que son bellacos y robaren, haciendo en los que lo
mandes culpados castigos tan ejemplares que lo sean para los demƔs, y que los
de a caballo corran muy bien la tierra, y sus personas tan apercibidas que
puedan cometer cualquier cosa que se ofrezca en el campo; y los de Castilleja
sosegad lo mƔs que pudieres y les dad buenas palabras para que olviden lo
pasado”[32].
Mientras tanto,
y respecto a la situaciĆ³n territorial de la calle Real, continuarĆa
perteneciendo durante todo el siglo a la jurisdicciĆ³n civil de Tomares y a la
eclesiƔstica del arzobispado hispalense, tal y como queda reflejado en una
descripciĆ³n territorial efectuada en el aƱo de 1584 de nuestra localidad:
“Yo, Carlos MartĆn de las Cuevas, escribano
del Rey Nuestro SeƱor en todos sus reinos, y escribano pĆŗblico de esta villa de
Tomares, doy fe que por una mojonera que el Consejo de Justicia y Regimiento
que fue de esta Villa en el aƱo pasado de 1584, en 29 dĆas del mes de octubre
de dicho aƱo, se hicieron dicho amojonamiento ante Diego LĆ³pez, escribano
pĆŗblico y del Consejo de esta Villa en su tĆ©rmino y jurisdicciĆ³n de ella, y
consta que al margen de dicha mojonera empieza desde el primer mojĆ³n que se
hizo en guarismo y va siendo hasta noventa y seis, y desde el guarismo
diecisiete hasta el guarismo veintiocho por ellos consta haber amojonado por
jurisdicciĆ³n de esta Villa la Calle Real de Castilleja de la Cuesta, que empieza en
el CallejĆ³n que de esta Villa va a dicha Castilleja y a la salida
de Ć©l, para entrar en la Calle Real, empieza dicho amojonamiento por dicha
calle de Arriba... y para que conste”[33].
Otros acontecimientos sociales. La fundaciĆ³n de la Hermandad
y CofradĆa del Santo Entierro de Cristo y Nuestra SeƱora de la Soledad.
Dos de los acontecimientos histĆ³ricos mĆ”s
significativos relacionados con la villa Castilleja de la Cuesta fueron sin
duda el nacimiento de Fray Antonio VƔzquez de Espinosa, hacia 1575, y el
fallecimiento del seƱor Hernando CortĆ©s Pizarro “HernĆ”n CortĆ©s”, conquistador de MĆ©jico, el dĆa 2 de diciembre de
1547 en la hacienda del seƱor Alonso RodrĆguez de Medina, Jurado de la capital
hispalense que estuvo ubicada en parte del espacio que actualmente ocupa el
Convento de Madres Irlandesas, en la Calle Real de la Villa.
El personaje que mƔs renombre ha
otorgado a Castilleja de la Cuesta a lo largo de sus siglos de existencia ha
sido sin lugar a dudas el conquistador don Hernando CortƩs Pizarro. CortƩs
llegarĆa a Castilleja una tarde del mes de junio de 1547 procedente de Nueva
EspaƱa (virreinato espaƱol de Indias, correspondiente al actual MƩxico, parte
de Estados Unidos y de AmƩrica Central), tras desembarcar en Sevilla con la
intenciĆ³n de ser recibido por el rey ante el incumplimiento que un dĆa le
hiciese. Mientras espera esa llamada para ser recibido en la corte, es invitado
por su amigo Alonso RodrĆguez para que se aloje en su casa-hacienda de
Castilleja de la Cuesta, contaba por aquel entonces el conquistador con 62 aƱos
de edad. Algunos caballeros hidalgos, comerciantes y centros de religiosos la
habĆan escogido como lugar de residencia y de explotaciĆ³n agrĆcola. El edificio
en que se alojĆ³ don Hernando correspondĆa a las tĆpicas casas-palacios que
formaban parte de las heredades o haciendas agrĆcolas heredadas de las
alquerĆas musulmanas.
La invitaciĆ³n se prolongarĆa
mƔs de lo previsto motivado ello por la prolongada tardanza de la entrevista
solicitada -curiosamente nunca se produjo, y por la mermada salud del
conquistador quiĆ©n tras una corta enfermedad fallecerĆa en sus aposentos el
citado 2 de diciembre de 1547. En el momento de su fallecimiento estuvieron
presentes su hijo MartĆn CortĆ©s y el Prior del Monasterio de San Isidoro del
Campo, fray Pedro ZaldĆvar, ademĆ”s de otros nobles y amigos[34].
Finalmente se decide que su cuerpo sea depositado dos
dĆas mĆ”s tarde en el Monasterio de San Isidoro de la localidad de Santiponce”[35].
En su testamento, redactado en octubre de 1547,
HernĆ”n CortĆ©s disponĆa que sus restos descansaran en Nueva EspaƱa. Por lo que,
atendiendo a sus Ćŗltimos deseos, y ante el mismo escribano el seƱor Alonso, se
producĆa el siguiente hecho: “En 9 de junio de 1550, abierta la tumba y
enterramiento sus restos fueron trasladados a otro sepulcro de la misma iglesia
en la peana del Altar de Santa Catalina debajo de un arco, cerrada con una reja
de palo. Presentes, Francisco de Mesa, albaƱil, HernĆ”n SĆ”nchez y Alonso LĆ³pez,
carpinteros, vecinos de Sevilla. El dicho don MartĆn dio poder a don Diego
Ferrer su criado, y en su ausencia a don francisco LĆ³pez de Calatayud, vecinos
de Valladolid, y a Pedro de Tapia, vecino de Sevilla para pedir el dicho
cuerpo, y enviarlo a Nueva EspaƱa ante Juan de Portes de Sevilla, Domingo 15 de
marzo de 1562, y en el mismo dĆa el prior fray Bonifacio Cevallos entregĆ³ los
huesos a Francisco LĆ³pez de Calatayud que pagĆ³ 150 escudos en oro, y otorgĆ³
recibo ante Diego PĆ©rez, escribano pĆŗblico de Santiponce”[36]. Una vez en MĆ©xico, y tras una serie
de traslados motivados por sus detractores, sus restos fueron depositados en
una urna de cristal en el interior de un panteĆ³n de jaspe, coronado con un
busto de su persona y su escudo de armas, en la iglesia del Hospital de la
ConcepciĆ³n y JesĆŗs Nazareno.
En el apartado religioso, se producen dos hechos
importantes para el pueblo de Castilleja, la apariciĆ³n de Nuestra SeƱora de
GuĆa en 1525 al seƱor Rodrigo Ponce de LeĆ³n, y la fundaciĆ³n en Santiago de la
Hermandad del Santo Entierro de Nuestro SeƱor Jesucristo y MarĆa SantĆsima de
la Soledad. El primer evento se producĆa en los terrenos donde se levanta la
ermita de su mismo nombre; este hecho quedĆ³ recogido en una obra manuscrita en
1832 “Compendio histĆ³rico civil y
eclesiĆ”stico, de las AntigĆ¼edades de Castilleja de la Cuesta”, por fray
Manuel GonzƔlez de los Dolores, franciscano descalzo de la Provincia de San
Diego en AndalucĆa, morador del convento de Nuestra SeƱora de la O de
Castilleja de la Cuesta.
Cuarenta y dos aƱos despuƩs, en 1567, en el templo de
Santiago era fundada la Hermandad y CofradĆa titulada: Santo Entierro de
Nuestro SeƱor Jesucristo y MarĆa SantĆsima de la Soledad, germen de la actual, “Pontificia,
Real e Ilustre Hermandad Sacramental de Santiago ApĆ³stol y CofradĆa de Nuestro
Padre JesĆŗs de los Remedios en el Santo Sepulcro y Nuestra SeƱora de la Soledad”;
con anterioridad, en 1557 se habĆa fundado en Sevilla su homĆ³nima, la Hermandad
Sacramental de la Soledad de San Lorenzo. SerĆa igualmente, en el mencionado
aƱo, cuando a la hermandad castillejana, le fueron aprobadas sus primitivas
reglas por el Prior de San Marcos de LeĆ³n, el seƱor Juan Gallego, siendo
pƔrroco Rodrigo de Arce, de la Orden de San Pedro[37].
La mencionada Hermandad, junto con la creada con anterioridad, la Hermandad de
la Santa Vera Cruz, serĆ”n las Ćŗnicas penitenciales que residirĆan en la
parroquial de Santiago, hasta la fusiĆ³n de ambas corporaciones en el aƱo de
1795[38].
SerĆa tambiĆ©n en este siglo e igualmente en la
parroquia de Santiago, cuando se comiencen a establecer las primeras
capellanĆas establecidas en la poblaciĆ³n, al ser el Ćŗnico edificio religioso
catalogado como parroquial en la poblaciĆ³n hasta la fecha, ya que hasta 1613 no
se constituirĆa como tal la iglesia de la ConcepciĆ³n, cuestiĆ³n a la que habrĆa
que sumar su dependencia eclesiƔstica al arzobispado hispalense hasta el aƱo
1634. La finalidad de las capellanĆas era celebrar misas y sufragios por el
alma de sus fundadores, previamente determinados, contando para su abono con
ciertos bienes que aquellos habĆan dejado. De mediados de siglo deben de ser la
capellanĆa fundada por Isabel de Molina tal y como se cita en un documento
perteneciente al aƱo 1589: “Rodrigo de Cieza, clĆ©rigo presbĆtero
beneficiado de la Iglesia de SeƱor Santiago de la Villa de Castilleja de la
Cuesta, otorgo y conozco y digo que por cuanto doƱa Isabel de Molina, difunta
mujer que fue del jurado Diego de Molina, instituyĆ³ y fundĆ³ un patronazgo y
capellanĆa en dicha Iglesia de SeƱor Santiago, con cargo de casar doncellas
pobres y para decir ciertas misas y memorias, del cual nombrĆ³ dicho patrona mi
don Rodrigo de Cieza, para que gobernase la renta y los bienes...”[39]; y la creada por la familia de los
Cuevas[40].
Para terminar este apartado histĆ³rico social de la
Castilleja de la Cuesta del siglo XVI, y al igual que para el resto de
poblaciones del Aljarafe, los Ćŗnicos actos festivos para su gente humilde eran
las fiestas y los acontecimientos religiosos. La vida a lo largo de este siglo
no era ciertamente agradable, al menos para la mayorĆa. La monotonĆa cotidiana
del trabajo, marcado por el horario litĆŗrgico, solo se rompĆa a lo largo del
aƱo por las fiestas religiosas de guardar, en las que estaba prescrito el
trabajo. Los dĆas festivos, en los cuales no se podĆa trabajar eran los
siguientes: todos los domingos del aƱo, el primero y segundo dĆa de la Pascua
de Navidad del SeƱor, el de Reyes, el de la ResurrecciĆ³n, el de la AscensiĆ³n,
el primero y segundo de la Pascua del EspĆritu Santo, el del HĆ”beas Cristi, el
de San Juan Bautista, el de Santiago el Mayor y los Jueves y Viernes Santo.
Finalmente se cita literalmente un documento
procedente de 1582 en el que se menciona un traslado religioso por las calles
de la poblaciĆ³n, efectuado desde una de sus haciendas, propiedad de Alonso
Franco, hasta la iglesia de Santiago, con motivo de haber estado guardadas en
sus dependencias las imĆ”genes de dicho templo, con motivo de su ampliaciĆ³n y
restauraciĆ³n. A travĆ©s del mismo, fundamental para un estudio antropolĆ³gico de
la poblaciĆ³n, se puede ver como Castilleja comenzaba a ser centro de atenciĆ³n
de cuantos acontecimientos festivos y religiosos se celebraban en sus calles,
acudiendo a Ć©stos numerosos vecinos de localidades limĆtrofes:
“En la Villa de Castilleja de la Cuesta,
domingo trece dĆas del mes de mayo de mil y quinientos y ochenta y dos
aƱos...las casas de la morada de Alonso Franco, vecino de la ciudad de Sevilla,
que son en esta dicha Villa, una capilla oratorio que estĆ” en las dichas casas
de su merced Fernando de las Cuevas, escribano pĆŗblico de esta dicha Villa...el
dicho Alonso Franco y me pidiĆ³ a mĆ el dicho...le diese por testimonio y manda
que se haga fe como en la dicha su capilla estaba el SantĆsimo Sacramento por
haberse sacado de la Iglesia de SeƱor Santiago de esta dicha Villa, por haber
estado la dicha Iglesia reparƔndose, y que ahora sacaban y llevaban con toda la
veneraciĆ³n que podĆa con clĆ©rigos, cera, cruz e danzas, y otros instrumentos de
mĆŗsica el dicho SantĆsimo Sacramento con la Imagen de Nuestra SeƱora y Santiago
y San SebastiƔn, y por las calles por donde se suele ir y andar la fiesta del
HĆ”beas Cristi, acompaƱando las cofradĆas que hay en esta dicha Villa, con mucha
gente que iba en la dicha procesiĆ³n, asĆ de esta Villa como de la ciudad de
Sevilla y de otros pueblos comarcanos. Y se llevĆ³ el SantĆsimo Sacramento a la
dicha Iglesia de SeƱor Santiago de la dicha Villa, a donde se puso un Sagrario
que el dicho Alonso Franco habĆa hecho a su costa para la dicha Iglesia, y
acompaƱando el SantĆsimo Sacramento el Ilustre SeƱor Bachiller Alonso Ruiz.
Vicario de la Villa, y la costa que se habĆa gastado en la dicha fiesta la
habĆa hecho a su costa el dicho Alonso Franco, y habiendo misa y sermĆ³n lo cual
hizo el dicho SeƱor Vicario, y que habĆa estado el SantĆsimo Sacramento mes y
medio en el dicho Oratorio y que guarda de su condiciĆ³n, y para que se entienda
como en la dicha su Capilla estuvo el SantĆsimo Sacramento y guardĆ³ la decencia
oportuna, pido asĆ por testimonio, e yo el dicho escribano doy fe...”[41].
ORIGEN DE LA DEVOCIĆN A NUESTRA SEĆORA DE LA SOLEDAD.
Gracias a las
fuentes documentales, tal y como veremos a continuaciĆ³n, se reafirma la
devociĆ³n que durante casi sus quinientos aƱos de existencia tuvo Nuestra SeƱora
de la Soledad, y digo reafirmar, porque si una cosa estĆ” lo suficientemente
claro en Castilleja de la Cuesta, y en las poblaciones cercanas, es el cariƱo y
devociĆ³n que sus vecinos siempre procesaron hacia su bendita imagen.
Curiosamente, a
travƩs de los siglos, existen templos parroquiales en los que las devociones
hacia ciertas imƔgenes marianas se han ido alternando paulatinamente, en unas
ocasiones por la llegada de nuevas imƔgenes, y en otras por el papel
predominante que adquirĆan otras, que se hallaban ubicadas en recintos
religiosos cercanos. Ante tales hechos, aquellas corporaciones optaban en la
mayorĆa de las ocasiones por el cambio de nombre ante la pĆ©rdida de la devociĆ³n
popular a que se verĆan sometidas, como muestra de ello, vemos, cĆ³mo en una
misma parroquia, imĆ”genes que durante un cierto perĆodo de tiempo han aparecido
citadas con un nombre, aparecen poco despuƩs con otro, hecho ocasionado por la
falta de devociĆ³n a las que se vieron sometidas durante perĆodos concretos.
Otra cuestiĆ³n es
la apariciĆ³n de dos nombres instituidos a una misma imagen tal y como ocurre en
las localidades de AlcalĆ” del RĆo y MorĆ³n de la Frontera, donde la imagen
titular de la Hermandad de la Soledad es conocida por: Nuestra SeƱora de los
Dolores en su Soledad. Este cambio de nomenclatura se dio igualmente con un de
las imƔgenes titulares de nuestra localidad, mƔs concretamente en la hermandad
Sacramental de la Inmaculada, alternƔndosele los nombres de Soledad, Dolores,
para pasar a llamarse finalmente Nuestra SeƱora de la Piedad.
Afortunadamente,
estos hechos nunca se ocasionaron en Nuestra CorporaciĆ³n, pues nuestra Titular,
desde su realizaciĆ³n hacia 1567, y hasta nuestros dĆas, siempre ha sido
conocida por el nombre de Nuestra SeƱora de la Soledad, conservando su
advocaciĆ³n de “Soledad”, este hecho
lo podremos ir observando y comentando, a travƩs de los diversos documentos a
los que harƩ referencia. Junto a su nombre, Soledad, en la totalidad de las
fuentes documentales consultadas: donaciones, los testamentos y las Ćŗltimas
voluntades, siempre aparece ligado el trozo de un corazĆ³n, el trozo de una
esperanza, de todas aquellas personas que la conocieron, que la quisieron, y
por la que mostraron una devociĆ³n sin igual. Personas, de muy distinta
condiciĆ³n social, a las que todo les parecĆa poco, incluso a la hora de sus
cercanos fallecimientos, para ofrecerle a la SeƱora. AsĆ, se han recogido
documentos tan dispares como la donaciĆ³n de una corona, la entrega de un potro,
para que con su venta se le realizase un vestido a la imagen, la donaciĆ³n de
una aranzada de viƱa, ofrecimientos de misas, una gran diversidad de bienes
muebles para la capilla de la SeƱora, etc.
A continuaciĆ³n, siguiendo una secuencia histĆ³rica debido a la gran cantidad de documentaciĆ³n
al respecto, citaremos sĆ³lo algunos ejemplos localizados hasta la fecha, en los
que la devociĆ³n hacia Nuestra SeƱora de la Soledad, la Virgen de Castilleja de la Cuesta, queda bien patente:
FUENTES DOCUMENTALES DEL SIGLO XVII:
TESTAMENTO DE
CATALINA DE GUILLĆN. ESPOSA DEL COMENDADOR OCHOA DE ISAGA, caballero de la
orden de Santiago y juez de la casa de la contrataciĆ³n de Indias. AĆO DE 1604[42]:
. “Y mando 8 reales de vellĆ³n para la cera del
altar de Nuestra SeƱora de la Soledad de la Iglesia parroquial de Santiago. Y
20 reales mĆ”s para que se le haga un velo de lamilla blanco”.
TESTAMENTO DE
DON LUIS GARCĆA. AĆO 1616[43].
“Ćtem. Mando a la cofradĆa de la Soledad de
esta Villa ocho reales.”
TESTAMENTO
DE ROQUE DE TORRES. AĆO 1649[44]
. Ytt, es mi voluntad el dĆa que yo fallezca
en adelante perpetuamente para siempre jamƔs se digan por mi Ɣnima dos misas
cantadas, la una en la iglesia de seƱor Santiago de esta villa a Nuestra SeƱora
de la Soledad el dĆa quince de agosto…
. Y mando 200 reales por una vez para que se
le haga un vestido a Nuestra SeƱora de la Soledad de la iglesia de Santiago de
esta villa, los cuales distribuyan mis albaceas en hacer dicho vestido porque
asĆ es mi voluntad.
. Y mando quiero y es mi voluntad que desde
el dĆa que yo fallezca en adelante perpetuamente para siempre jamĆ”s, se digan
por mi Ɣnima dos misas cantadas, la una en la iglesia de seƱor Santiago de esta
villa a Nuestra SeƱora de la Soledad, las cuales se han de decir por el dĆa e
nuestras SeƱora de la AsunciĆ³n que es quince de agosto, ocho dĆas antes o
despuĆ©s de dicho dĆa y se pague de limosna por cada una de las dichas misas
cantadas con su responso ocho reales los cuales los cobren cada aƱo los curas
que son o fueren de dichas iglesias.
TESTAMENTO
DE JUAN DE CABRERA RENDĆN. AĆO 1649.[45]
. Mando a la cofradĆa de la Soledad que estĆ”
en la iglesia de SeƱor Santiago doce reales de limosna.
. Mando ocho reales a la cofradĆa de santa
Vera Cruz que estĆ” en dicha iglesia por ser hermano de dicha cofradĆa.
. Y mando cuatro reales de limosna a la
cofradĆa del Nombre de JesĆŗs, que estĆ” en dicha iglesia.
TESTAMENTO
DE ALONSO PĆREZ. AĆO 1649.[46]
. Mando a la Virgen del Rosario que estĆ” en la
iglesia de seƱor Santiago de esta Villa, cincuenta ducados os cuales se pongan
en renta y delo que rentaren se haga una fiesta en cada un aƱa para siempre.
TESTAMENTO DE
JOSĆ DE CABRERA., TENIENTE DE GOBERNADOR DE LA VILLA. AĆO DE 1652[47]: “Mando a la CofradĆa de Nuestra SeƱora de la
Soledad 40 reales de vellĆ³n, para las varas de su paso, y mando a la cofradĆa
del DulcĆsimo Nombre de JesĆŗs otros 40 reales”.
TESTAMENTO DE
ANA MORENO. AĆO DE 1657[48].
Sepultada en
Santiago. “Y mando a la CofradĆa de la
Soledad 50 reales”.
TESTAMENTO DE
FRANCISCO DE TOVAR. AĆO DE 1657[49]:
. Sepultado en
Santiago. “Y mando tres ducados que se
dieron a las dos cofradĆas en la Iglesia de Santiago de la Villa, la del
Sacramento y de Nuestra SeƱora de la Soledad, y la cera que dieron para el dĆa
de honras a ducado y medio para cada cofradĆa”.
TESTAMENTO DE
ANTONIA TOVAR. Vecina de Castilleja de la Cuesta: AĆO DE 1676[50]:
. “Y mando se digan a la Virgen de la Soledad
en su altar de la parroquia de Santiago, veinte misas rezadas por mi alma; y
doce misas en el altar de Nuestra SeƱora de GuĆa”.
Interesante es
el documento que me fue facilitado en su dĆa por el historiador Juan Manuel
Corbera Molano, en el que una vecina de la cercana poblaciĆ³n de Camas realizaba
la siguiente donaciĆ³n:
TESTAMENTO DE
DOĆA FRANCISCA VALLADARES. AĆO DE 1688[51]:
. “Ćtem. Mando que luego que fallezca y se
vendan mis bienes, se le den por una vez a los mayordomos de la CofradĆa de
Nuestra SeƱora de la Soledad, sita en la Iglesia Parroquial del SeƱor Santiago,
cuatrocientos reales de vellĆ³n para ayuda de hacer una corona para el dĆa de su
festividad, y dos candeleros que tengo de azofar para el altar de Su Majestad,
y que esta clĆ”usula no la pueda revocar en ningĆŗn testamento a dicho que haga
otras muchas porque mi entera voluntad es que la dicha cantidad se dƩ para
hacer dicha corona, y pido y suplico a la Madre de los Ćngeles, MarĆa SantĆsima
de la Soledad, sea por vida de pedirle a su SantĆsima Hija, me lleve a
descansar a su santo Reino cuando su SantĆsima voluntad fuese servida por
cuanto asĆ es mi entera voluntad”.
DONACIĆN
EFECTUADA EN EL AĆO DE 1691 POR DOĆA FRANCISCA DE SOTO[52]:
. De este
documento he extractado dos pĆ”rrafos, el de la donaciĆ³n efectuada por la
interesada y el recibo efectuado por el pƔrroco tras haber recibido dicha
cantidad: “En el nombre de Dios amĆ©n,
sepan cuantos esta carta de donaciĆ³n vieren como yo, Francisca de Soto, viuda
de AntĆ³n MartĆn de Acosta, vecina que soy de esta Villa de Castilleja de la
Cuesta, digo que por cuanto yo, y mi marido, tenĆamos comunicado que tenĆamos
que hacer un manto de terciopelo liso de color negro a Nuestra SeƱora de la
Soledad, sita en la Iglesia parroquial Matriz del SeƱor Santiago de esta Villa,
y otras obras pĆas a dicha Nuestra SeƱora, para el dĆa que celebra procesiĆ³n el
Viernes Santo en la tarde, y asimismo, poner una fiesta de Misa cantada con sus
vĆsperas, y se dijese y cantase a la dicha Imagen de Nuestra SeƱora de la
Soledad. La misa cantada, con sus vĆsperas, se establecerĆ” el dĆa de la
AsunciĆ³n o en su octava, por su alma y por la de su marido”; y el segundo
de estos[53]:
“En Castilleja de la Cuesta, en 19 de febrero de 16 91,
don JosƩ de Luque, cura beneficiado de la Iglesia Parroquial de Santiago, por
cuanto en virtud de la donaciĆ³n que hizo Francisca de Soto, viuda de Antonio de
Acosta a Nuestra SeƱora de la Soledad, sita en la dicha Iglesia parroquial de
esta Villa, una aranzada y cuarta de viƱa, para que de su procedido se comprase
un manto de terciopelo negro para la procesiĆ³n del Viernes Santo, y otras cosas
tocantes a su culto y aderezo de su Capilla”.
Llegados a este
punto, debemos aclarar, que en el transcurrir de los siglos, no solo no
cambiarĆa su nombre la Imagen Bendita de la Soledad, sino que tampoco variĆ³
nunca su salida procesional, establecida en sus primitivas reglas, cada tarde
de Viernes Santo.
TESTAMENTO DE
DON MARCOS RODRĆGUEZ. De gran interĆ©s es tambiĆ©n la clĆ”usula que ahora
presentamos al haber sido redactada por un vecino, en esta ocasiĆ³n de Salteras.
AĆO DE 1693[54]:
. “Ćtem. Mando que de mis bienes se compre una
verja para la Capilla de Nuestra SeƱora de la Soledad que estƔ en la Iglesia de
Santiago de esta Villa de Castilleja de la Cuesta. Para ello otorgo ciento
cincuenta reales de vellĆ³n”.
TESTAMENTO.
CATALINA VĆZQUEZ. AĆO 1696.[55]
. Y mando se digan dos misas rezadas, una en el altar de Nuestra
Seora del Rosario y otra en el del Santo Cristo.
TESTAMENTO
DE CATALINA DE CHAVES. AĆO 1697.[56]
. Y mando se digan en el alar de Nuestra SeƱora
de la Soledad sita en dicha iglesia dos misas rezadas por mi alma.
. Y mando se digan en la ermita de Nuestra
SeƱora de GuĆa dos misas rezadas.
TESTAMENTO
DE JACINTA DE TORRES. AĆO 1697. [57]
. Y mando se
digan en el altar de Nuestra SeƱora de la soledad, en
dicha iglesia, cuatro misas rezadas y se pagan de limosna de mi voluntad.
TESTAMENTO
DE FĆLIX DE ADORNA. AĆO 1698.[58]
. Y mando se digan por mi alma a Nuestra
SeƱora de la Soledad en su altar, sita en la iglesia de seƱor Santiago de la
villa.
TESTAMENTO
DE MARĆA LUISA CABELLO. AĆO 1699[59].
. Y mando se diga en el altar de Nuestra
SeƱora de la soledad, sita en la iglesia parroquial de SeƱor Santiago de la
villa una misa rezada y es mi intenciĆ³n se pague de mis bienes.
. Y mando se diga en la ermita de Nuestra
SeƱora de GuĆa una misa rezada y se pague de mis bienes.
FUENTES DOCUMENTALES DEL SIGLO XVIII:
TESTAMENTO DE
DON DIEGO CARO. AĆO 1704[60].
“Ćtem. Se me digan misas rezadas por mi Ćnima
en el altar de Nuestra SeƱora de la Soledad, sita en dicha iglesia”.
TESTAMENTO DE
JUAN LUIS GARCĆA. AĆO 1709[61].
“Ćtem. Mi cuerpo sea sepultado junto al altar
de Nuestra SeƱora de la Soledad, sita en la iglesia parroquial de Santiago de
esta Villa”.
TESTAMENTO DE JOSĆ DE CABRERA GONZĆLEZ. AĆO 1711[62].
“Encomiendo mi Alma a
Dios Nuestro SeƱor que la criĆ³ y redimiĆ³ con el precio infinito de su
preciosĆsima sangre, y puso por mi abogada e intercesora a MarĆa SantĆsima de
la Soledad, mi Madre y SeƱora para que lo sea ante su preciosĆsimo Hijo…
Ćtem. Mando se
digan ocho misas en la ermita de Nuestra SeƱora de GuĆa y se paguen cuatro
reales por cada una de ellas.
. Ćtem. Mando se
digan diez misas en el altar de Nuestra SeƱora de la Soledad”.
TESTAMENTO Y
ĆLTIMA VOLUNTAD DE MARĆA DE CASTRO VIUDA DE JOSĆ CABRERA GONZĆLEZ. AĆO.1712[63].
“. Se digan por mi Ćnima en la ermita de GuĆa
diez misas rezadas a razĆ³n de cuatro reales cada una”.
“. Ćtem. Mando se digan en el altar de Nuestra
SeƱora de la Soledad de la iglesia parroquial de SeƱor Santiago a razĆ³n de
cuatro reales cada una”.
TESTAMENTO DE
DON RODRIGO DE VILLALĆN. AĆO DE 1712[64].
“Ćtem. Se digan en la ermita de Nuestra
SeƱora de GuĆa cuatro misas rezadas a
razĆ³n de cuatro reales de vellĆ³n cada una y otras cuatro a dicho precio en el
altar de Nuestra SeƱora de la Soledad, sita en la iglesia parroquial de
Santiago de la Villa”.
MISA CANTADA. AĆO
DE 1719[65].
. “Juana de Pineda, costea una misa cantada a
Nuestra SeƱora de la Soledad en su Testamento”.
Tal vez, una de
las donaciones mĆ”s curiosas sea la efectuada por don CristĆ³bal MartĆn Toro,
quien en su testamento redactaba la siguiente ClĆ”usula: TESTAMENTO DE CRISTĆBAL
MARTĆN TORO. AĆO DE 1722[66].
. “Y mando como tengo mandado, un potro de un
aƱo a Nuestra SeƱora de la Soledad que tengo en mis yeguas, para que este se
venda cuando dispusieren los oficiales de la cofradĆa de Nuestra SeƱora, y esto
se aplique al vestido que se ha de comprar a Nuestra SeƱora, asĆ es mi
voluntad: Y mando ayuda para que se haga un guiĆ³n para cuando sale Su Majestad
a los enfermos, y para las funciones que hiciere la CofradĆa del SantĆsimo de
dicha Iglesia”.
TESTAMENTO DE
MARĆA TOVAR, HIJA DE PEDRO LĆPEZ DE TOVAR Y DE CATALINA DONAIRE. PROTOCOLOS DE
CASTILLEJA DE LA CUESTA. AĆO DE 1722[67].
. “Ćtem. Mando a nuestra SeƱora de la Soledad,
sita en la Iglesia parroquial de SeƱor Santiago, doscientos reales de vellĆ³n
para ayuda del vestido que se genere hacer de gala para Nuestra SeƱora de la
Soledad. Y que se entreguen luego y sea lo primero que se cumpla, entregƔndolos
a los mayordomos de la CofradĆa para sĆ, es mi voluntad, por ser hermana de
dicha hermandad”.
TESTAMENTO DE
DON PEDRO MARQUEZ. PROTOCOLOS DE CASTILLEJA DE LA CUESTA. AĆO DE 1740[68].
. “Y mando por una vez, a MarĆa SantĆsima de la
Soledad, sita en la Iglesia de Santiago, treinta reales de vellĆ³n, para ayuda a
una saya de terciopelo, y se pague de mis bienes”.
TESTAMENTO DE
MIGUEL MARTĆNEZ. AĆO DE 1767[69].
. “Y mando un manto de terciopelo negro a
Nuestra SeƱora de la Soledad de Santiago”.
DONACIĆN
EFECTUADA POR DOĆA JOSEFA THOUS DE MONSALVE, MUJER DE DON NICOLĆS DEL CAMPO Y
SALAMANCA. ARCHIVO COLEGIATA DE OLIVARES. AĆO DE 1782[70].
. “En Castilleja de la Cuesta a 4 dĆas del mes
de diciembre de 1782. Yo, doƱa Josefa Thous de Monsalve, mujer de don Diego
NicolĆ”s del Campo de Salamanca, realizo la donaciĆ³n de un vestido tela blanco y
oro, rostrillo, y puƱos de encaje de Flandes, a la Imagen de Nuestra SeƱora de
la Soledad, sita en la Iglesia Parroquial matriz de Santiago de la Villa de
Castilleja de la Cuesta, siendo de mi cargo vestir a dicha Imagen en los dĆas
de Festividades, y en caso de no poder concurrir a este acto podrƩ poner a
quien guste”.
FUENTES DOCUMENTALES DEL SIGLO XIX:
AdentrƔndonos en
el siglo XIX, la devociĆ³n hacia Nuestra Titular, no solo se mantendrĆa, sino
que creciĆ³ hasta lĆmites insospechados, no solo en nuestra Villa, sino en las
localidades cercanas, tal y como muestran los diversos ofrecimientos efectuados
hacia Ella. Entre estos citamos, por la cantidad de los ofrecidos, tan solo
algunas muestras[71]: “Las alfombras adquiridas con el donativo entregado por los duques de
Montpansier para la capilla de Nuestra SeƱora de la Soledad”; asĆ como: “Unos zarcillos de Plata con piedras de
Francia de tres pendientes, un aderezo del mismo metal y las mismas piedras,
una guirnalda de esmalte, dos alfileres de “perfumerĆa” con piedras verdes dado
por la seƱora de Checa”.
“Un broche de perfumerĆa con piedras
encarnadas; un cetro de la mano de plata labrado con una corona; un ramo de
plata de la mano, comprado por varias devotas y donado a la Virgen”.
“Una peluca dada por Trinidad de la Rosa
Oliver, de su propio pelo con su caja para la dicha peluca”.
“Un vestido liso de terciopelo negro con su
manto del mismo color y tela, con su punta de concha de oro de una cuarta de
ancho comprado por varias hermanas de la Hermandad y dada a la Hermandad para
dicha imagen”.
Y asĆ, podrĆamos
seguir horas y horas, desgranando todos estos bienes entregados como muestra de
cariƱo, devociĆ³n, y por algunos favores concedidos hacia sus devotos.
FUENTES DOCUMENTALES DEL SIGLO XX:
De la misma
manera, ya en el siglo XX, la imagen de Nuestra SeƱora de la Soledad, ha
mantenido la profunda devociĆ³n que desde siglos despertĆ³, y con ello, se
continuaron produciendo nuevas donaciones. AsĆ la seƱora doƱa MarĆa del Rey,
donaba a la Virgen de la Soledad[72]: “Un manto de raso de seda blanco liso, y una
pelliza de astracĆ”n de seda blanca”. Y la seƱora doƱa Cristina del Valle: “Un sombrero adornado con flores
contrahechas, un bƔculo de madera dorada, una diadema de plata de ley y una
peluca larga”.
Evidentemente,
durante todo el siglo XX y en este reciĆ©n estrenado XXI, la devociĆ³n hacia
Nuestra SeƱora de la Soledad, en muestras de donaciones no han dejado de
producirse, siendo imposible enumerarlas en estos instantes por la infinidad de
las efectuadas. Pero si vamos a destacar evidentemente, las fechas del 2 de abril de 19 44,
en la que Nuestra SeƱora de la Soledad fue coronada en Solemne FunciĆ³n. En esta
ocasiĆ³n el recordado orfebre don Fernando Marmolejo fue el encargado de
realizar la corona, costeada por sus hermanos y devotos, siguiendo el diseƱo de
nuestro hermano don Juan Oliver; y la del 21 de septiembre de 2002 , para cuya
descripciĆ³n me voy a basar en el comentario vertido por don JosĆ© Luis AlcĆ”ntara
Rojas durante dicho evento: “Acto Solemne
y a la vez impregnado de connotaciones entraƱadas en las costumbres seculares
espaƱolas, consistente en la entrega a la SeƱora de uno de los atributos de su
alta jerarquĆa por parte de un insigne militar, el fajĆn ganado a pulsos de un
bravo historial en la Milicia, por quiƩn ha alcanzado el grado comparable a un
prĆncipe dentro de ella. En este caso el fajĆn del excelentĆsimo seƱor don
Fernando Mosquera Silben, Teniente General, Jefe del Mando AĆ©reo del Estrecho y
2ĀŖ RegiĆ³n AĆ©rea”.
AdemƔs de todos
los datos que pueden aparecer en los documentos escritos y grƔficos, tenemos
los de “tradiciĆ³n oral”, los que el
pueblo lleva y trae, y que son en realidad los de mƔs profundidad, tanto
religiosa como sentimental. Pero, ante todo, y como acto de devociĆ³n en
mayĆŗscula, hacia Nuestra SeƱora de la Soledad y hacia nuestra Hermandad, dejar
constancia del siguiente hecho:
Fue a comienzos de los aƱos cuarenta, Ʃpoca
histĆ³rica difĆcil, pues acababa de finalizar un conflicto bĆ©lico en nuestro paĆs
que marcarĆa del devenir histĆ³rico y las relaciones entre los espaƱoles durante
muchos aƱos. La hermandad, no ajena a las circunstancias y en perĆodo de
dificultad econĆ³mica, reorganizarĆa sus cultos y sus salidas procesionales, y
al igual que en nuestros dĆas se sigue haciendo, algunos de sus hermanos
saldrĆan a pedir donativos para tal fin.
Afortunadamente en nuestros dĆas, esta
circunstancia no podrĆa ser entendida, pero llegando a la casa de una hermana,
observaron que los niƱos pequeƱos de la casa tenĆan los zapatos tan
deteriorados, que llevaban trozos de cartĆ³n cubriendo los agujeros de las
suelas, ya que la precaria economĆa impedĆa poder sustituirlos. Los hermanos
que pedĆan el donativo, ante tal hecho, no se vieron con fuerza moral para pedir
ya que veĆan que en esa casa habĆa otras necesidades preferentes, y pasaron de
largo. Pero cuĆ”l serĆa su sorpresa, cuando esta hermana, les llamĆ³ y les dijo
que querĆa dar el donativo, porque ella tambiĆ©n era de la Plaza, poniendo su
grano de arena, y demostrando como una hermandad llega a ser grande con esos
pequeƱos granitos de arena que al final siempre hacen un montĆ³n.
Con el presente
texto damos a conocer un poco mƔs la Historia de una de las hermandades mƔs
consolidadas de la provincia, la de Santiago de Castilleja de la Cuesta, la de
La Plaza, que como se puede seguir comprobando posee una de las historias mƔs
ricas en cuanto acontecimientos histĆ³rico-artĆsticos del Aljarafe, manteniendo
siempre en su centro religioso y tradicional, una herencia de padres a hijos:
al PatrĆ³n Santiago, al SantĆsimo Cristo de los Remedios, y sobre todo a Nuestra
Madre del Cielo, la Virgen de la Soledad, y a la vez mostraros una pequeƱa
semblanza de algunos de los vecinos de la localidad que la vio nacer; y afirmar
definitivamente, que en la actualidad, y desde hace muchos siglos, fue, es, y
serĆ” imposible hablar de la Historia de Castilleja de la Cuesta sin hacer
menciĆ³n a la Hermandad de la Soledad y Santo Entierro de Nuestro Cristo de los
Remedios, e igualmente, al edificio que ha sido siempre su casa, el templo
parroquial matriz de Santiago ApĆ³stol.
[1] AHN.; OM.
UclĆ©s, Carpeta. 87, nĀŗ 4.
[2] AHPBMF. 34,
Libros de Visitas de la Orden Militar de Santiago, Libro 1.102, AƱo, 1498.
[3] HERRERA GARCĆA, Antonio, “Traspasos y concentraciones
de unas fincas en Castilleja de la Cuesta (1563-1635)”, en Archivo Hispalense, nĀŗ. 179, Sevilla, 1975, pp. 133-154.
[4] GONZĆLEZ DE LEĆN, FĆ©lix, Noticias ArtĆsticas de todos
los edificios pĆŗblicos de esta Muy Noble Ciudad de Sevilla, Sevilla 1844, p. 84.
[5] AHPBMF.
Libros de Visitas de la Orden Militar de Santiago correspondientes a los
citados aƱos.
[6] AHPBMF. 37., “Libros
de Visitas de la Orden Militar…”, Libro 1.108, AƱo, 1514.
[7] PEINADO
SANTAELLA, Rafael Gerardo, La orden de
Santiago en AndalucĆa, 1470-1515, Granada, 1979.
[8] AHPMF. 37., “Libros
de Visitas de la Orden Militar de…”, Libro 1.108, AƱo, 1575.
[9] IbĆd.
[10] AHPBMF. 37.,
Libros de Visitas de la Orden Militar de…”, Libro 1.108, AƱo, 1509.
[11] PEINADO
SANTAELLA, Rafael, La asistencia a los
pobres en el SeƱorĆa Andaluz de la Orden de Santiago a fines de la Edad Media.,
DiputaciĆ³n de JaĆ©n, 1984.
[12] HERRERA
GARCĆA, Antonio, Villanueva del Ariscal.
Historia de mi pueblo, Ayuntamiento de Villanueva, 1995, p. 50.
[13] AHPBM F. 37,
Libros de Visitas de la Orden Militar de…, Libro 1.108, AƱo 1515.
[14] AHPBMF. 37,
Libros de Visitas de la Orden Militar de…, Libro 1.108, AƱo 1575.
[15] IbĆd.
[17] AHPS, SecciĆ³n
de Protocolos de Castilleja..., Legajo 3.010 P-b. (1570-1575), s/f.
[18] AHPS, SecciĆ³n
de Protocolos de Castilleja…, Legajo 3.134 P-b. (1588-1595), s/f.
[19]HERRERA GARCĆA, Antonio, Villanueva del Ariscal. Historia de mi pueblo.
Ayuntamiento de Villanueva, 1995, p. 68.
[20] AHPS, SecciĆ³n
de Protocolos de Castilleja..., Legajo 3.093 P-b (1601-1604), s/f.
[21]HERRERA GARCĆA Antonio, El siglo de don Pedro de GuzmĆ”n. La Villa de
Olivares y el Condado en el siglo XVI, Ayuntamiento de Olivares, 2003, p.
49.
[22] IbĆd.
[23] Toda la documentaciĆ³n de
esta compra se halla en el Archivo General de Simancas. Mercedes y Privilegios,
Legajo 363, Expediente nĆŗmero 19.
[25] HERRERA GARCĆA, Antonio, “Traspasos y concentraciones
de unas fincas en Castilleja de la Cuesta”, Archivo Hispalense, Tomo LVIII, nĀŗ 179, 1975, pp. 133-154.
[27] IbĆd. p. 62.
[28] IbĆd. p. 62.
[29] IbĆd. p. 63.
[31] HERRERA
GARCĆA, Antonio, El Estado de Olivares…,
ob. cit., p. 267.
[32] Archivo General de AndalucĆa. Documentos sobre
AndalucĆa en el Archivo de la Casa Ducal de Alba. 16/386-390.
[33] APO, leg.102,
s/f.
[34] NORTE LUQUE, SerafĆn, “Estancia
y muerte de HernĆ”n CortĆ©s en Castilleja de la Cuesta”, Revista AsociaciĆ³n Rafael Bellido Caro, nĀŗ3, Marzo de 2006,
pp.5-9.
[35] Archivo
General de Indias., Sig. ES. 41091. AGI / 16416.214.1. Patronato, 15 R.6.
[36]IbĆd.
[37] PRIETO
GORDILLO, Juan, La Hermandad de la Plaza
de Castilleja de la Cuesta (1370-2000), Sevilla, 1999, p. 111
[38] IbĆd. pp.
115-116.
[39] AHPS, SecciĆ³n
de Protocolos de Castilleja., Legajo 3.134 P-b (1588-1592), s/f.
[40] IbĆd.
[46] IbĆd. fol.120.
[48] IbĆd.
[50] IbĆd. Legajo 3.294 S/f.
[51] Documento facilitado por
Juan Manuel Corbera Molano. Protocolos de Camas. Legajo. 3.608, s/f.
[52] Archivo de Protocolos de
Castilleja de la Cuesta. Legajo 3.342. s/f.
[53] IbĆd.
[54]Archivo de Protocolos de
Castilleja de la Cuesta. Legajo 3.407. s/f.
[55] Archivo de Protocolos de Castilleja de la
Cuesta. Legajo
23.407. s/f.
[57] IbĆd. s/f.
[58] IbĆd. s/f
[59] IbĆd. s/f.
[61]IbĆd. Legajo 23.129 P-b, s/f.
[62] IbĆd.
[63] IbĆd. Legajo 23.130 P-b.
fol. 14
[64] IbĆd. fol. 43.
[69]Archivo de Nuestra SeƱora de las Nieves de
la Parroquia de Olivares. SecciĆ³n Castilleja de la Cuesta. Legajo 110. s/f.
[70] IbĆd. 2.151. s/f.
[71] Archivo Hermandad de
Santiago de Castilleja de la Cuesta. Libro de Inventarios Siglo XIX. S/f.
[72] IbĆd. Libro de Inventarios del
Siglo XX.
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