martes, 22 de abril de 2025

 

NUEVAS APORTACIONES  SOBRE LAS BIOGRAFÍAS DE LOS ARQUITECTOS MARIANO GONZÁLEZ DE ROJAS Y ANIBAL GONZÁLEZ  ÁLVAREZ-OSORIO. 

Juan Prieto Gordillo

Prof. Univ. UHU y Pablo de Olavide de Sevilla

Articulo publicado en las Actas de las XIX JORNADAS DE HISTORIA Y PATRIMONIO SOBRE LA PROVINCIA DE SEVILLA. (ASCIL-2023). El patrimonio histórico-artístico en la provincia de Sevilla. La huella de nuestro pasado civil y religioso. Volumen II. pp. 671-684.

 

El presente estudio, aborda algunos aspectos de la personalidad artística de dos de los arquitectos más emblemáticos de finales del siglo XIX y el primer tercio del XX, Mariano González Rojas y Aníbal González Álvarez-Osorio, autores de un gran legado artístico realizados para la capital hispalense, localidades del entorno y en otras ciudades andaluzas; de ambos personajes se muestran algunas referencias biográficas incluyéndose ejecuciones arquitectónicas inéditas hasta estos instantes.

Palabras clave: Aníbal González, Mariano González Rojas, Sevilla, biografía, maestro del arzobispado.

This study shows some aspects of the artistic personality of two of the most emblematic architects of the late 19th century and the first third of the 20th century, Mariano González Rojas and Aníbal González Álvarez-Osorio, authors of an artistic legacy made for the Seville capital, surrounding towns and in other Andalusian cities; Some biographical references of both characters are shown, including unpublished architectural executions up to now.

Key words: Aníbal González, Mariano González Rojas, Seville, biography, Archbishop's teacher.


     Las solicitudes presentadas a lo largo de siglos por los arquitectos, escultores, pintores y plateros, que aspiraron al cargo de “Maestro de la Diócesis Hispalense”, en sustitución de maestros fallecidos o por el abandono de sus correspondientes cargos, revelan aspectos novedosos sobre el devenir personal y profesional de estos artífices, hecho que vinieron a completar algunos aspectos de sus biografías particulares, y dotar de autoría, respecto de alguna atribución tradicional sobre materias artísticas locales contemporáneas[1].

Referencia de ello, fueron el nombramiento efectuado en el año 1777 a favor de Francisco de Acosta “el Mayor”[2],  por aquel entonces profesor del “Muy Moble Arte de Arquitectura en Madera y Piedra”, como sucesor de su padre Cayetano Alberto, quien estuvo ejerciendo dicho cargo arzobispal hasta esos instantes y a quien había ayudado junto con sus hermanos, Juan Felipe, Francisco “el Menor” y Andrés Cayetano, desde hacía años, en las labores retablísticas, cantería y esculturas promovidas por el señor arzobispo Francisco de Solís. Junto al citado nombramiento destacar también los realizados a favor de Antonio de Figueroa, como maestro alarife, en sustitución de su padre Ambrosio y los de Francisco del Valle y la de Vicente de San Martín, éstos últimos un año antes, el 11 de noviembre de 1776[3].

  A mediados de 1905, y relacionado con el ámbito arquitectónico, se producía un hecho luctuoso para el ámbito artístico hispalense, el fallecimiento del arquitecto diocesano, Juan José Talavera y de la Vega[4], en cuyo historial, además de la labor arquitectónica desarrollada en la ciudad de Sevilla, habría que destacar los puestos ocupados como maestro interino municipal de Sevilla durante los años 1868-1869, siendo sustituido por Manuel Villar Bailly; y el de maestro arquitecto de la Archidiócesis hasta 1904, vacante que sería ocupada por Mariano González de Rojas, a la edad de 35 años.

   Tras el triste acontecimiento, fueron iniciadas las correspondientes actuaciones protocolarias para cubrir la maestría arzobispal. Así, para la sustitución del fallecido maestro, se abría un plazo para la recepción de solicitudes para el puesto vacante. Para esta ocasión fueron dos las presentadas, una por el aludido González de Rojas, y otra por Aníbal González Álvarez-Ossorio, días después; siendo finalmente el primero, quien ocuparía la plaza vacante[5].

   Respecto a la primera de las solicitudes, presentada por Mariano González de Rojas[6], el día 3 de julio de 1905, residente por aquel entonces en la calle Habana de Sevilla N.º 20, se argumentaba la correspondiente súplica para ser incluido como candidato para la provisión del cargo,  adjuntándose además, un aval de la Academia de Bellas Artes de San Fernando; posteriormente, dicha petición sería remitida al Ministerio de Gracia y Justicia para su estudio y posible aprobación[7]:

“…que encontrándose vacante el cargo de Arquitecto Diocesano por fallecimiento del que tan dignamente le desempeñó, D. José Talavera de la Vega, y creyendo el infrascrito apto para poder desempeñarle, por haberlo asimismo efectuado en la Diócesis de Palencia, haber auxiliado en la dirección facultativa de las obras de esta Iglesia Catedral desde el año 1897, aunque con carácter particular y llevado a cabo…”

   Cuatro días más tarde de la solicitud enviada por Rojas, el 7 de julio de ese mismo año, se recibía otra nueva solicitud en las dependencias arzobispales con semejante finalidad, la ocupación de la vacante como maestro Diocesano, siendo presentada en esta ocasión, por el arquitecto Aníbal González Álvarez-Ossorio, quien por aquel entonces contaba con 29 años de edad[8], “con el debido respeto expone; que vacante el cargo de Arquitecto de esta Archidiócesis, por defunción de D. José Talavera (q.e.e.g), el que suscribe, aunque sin méritos para ello, desearía ocupar el expresado puesto”.

   La resolución de las solicitudes presentadas, se notificaría a ambos arquitectos el día 19 de julio desde la secretaría del palacio arzobispal hispalense, la suerte estaba echada, siendo favorable en esta ocasión para González de Rojas. Tras el resultado, dicha concesión  sería remitida al Ministerio de Gracia Justicia en los siguientes términos:

“Excelentísimo Señor: Vacante por fallecimiento de D. José Talavera y Vega el cargo de Arquitecto diocesano, la Junta de Reparación de Templos de este arzobispado, en sesión celebrada bajo mi presidencia el día 19 de Julio último, acordó proponer por unanimidad a este Ministerio para dicha vacante en 1º lugar a D. Mariano González de Rojas, y en 2º lugar a D. Aníbal González Álvarez Osorio, ambos arquitectos titulados con residencia en esta ciudad, y únicos que han solicitado dicho puesto. Lo que en conformidad ha dispuesto en R.O., de 19 de julio de 1904. Excelentísimo Señor Ministro de Gracia y Justicia”.

   Finalmente, el 4 de Agosto del citado año, sería ratificada dicha resolución por el Ministerio, acreditándose para dicho cargo, al arquitecto González de Rojas, “para su conocimiento y efectos consiguientes, favorable, como arquitecto de la Archidiócesis de Sevilla, según lo dispuesto en el artículo 8 del Real Decreto de 13 de agosto de 1876”, quien percibiría por sus trabajos, los honorarios que determinaba el artículo 9º del referido Real Decreto”[9].

   Tan solo meses después, ya en 1906, la fortuna volvería a sonreír al arquitecto González de Rojas, quien sería nombrado miembro académico, para la sección de arquitectura de la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría de Sevilla, para cubrir tambien, y por similar motivo, la vacante del fallecido Talavera[10], siéndole asignado el Sillón nº 22 de dicha institución, durante el periodo comprendido entre el 28 de abril de 1906 y el 30 de marzo de 1935[11]. Para esta ocasión, fueron designados también, en sustitución del pintor Eder y Caballero Infante para la plaza de pintura, a Ricardo López Cabrera, y para la de clases particulares, a Fernando de Checa y Sánchez[12].

   Mariano González, contraería matrimonio con Concepción Valverde Sagastizábal, de cuyo matrimonio nacerían ocho hijos: sor Pureza María de la Cruz (religiosa de las Hermanas de la Cruz), Julia, Teresa,  Lucía, Emilia, Concepción, Ignacio y Eduardo[13].

   Una de las primeras intervenciones realizadas por González de Rojas, estuvieron vinculadas con las labores de rehabilitación que se llevarían  a cabo en la capilla de la Virgen de la Antigua de la catedral hispalense, bajo la dirección del arquitecto Joaquín de la Concha Alcalde, tras diecisiete años cerrada como consecuencia del incendio producido el 24 de marzo de 1889.  Meses después, y en el trascurso de las tareas técnicas en la capilla, se comenzaron las labores de restauración de los trozos de molduras de los cuadros destruidos en el incendio y también las pinturas de los lienzos. Para inspeccionar las obras se creó una comisión, en la que además de contar con el arquitecto regionalista Mariano González Rojas, la conformarían también, el pintor Virgilio Mattoni, y Antonio de Alarcón[14].

   Otra de sus incipientes intervenciones como maestro Diocesano, sería la ejecutada en la basílica de María Auxiliadora de Sevilla, más concretamente en la capilla de la hermandad de la Trinidad, durante el periodo comprendido entre el mes de julio de 1907 al 10 de marzo del año siguiente[15].

   En el proyecto inicial elaborado por Mariano González Rojas, sólo se incluyó el derribo de la techumbre y en los muros laterales, la parte comprendida entre los aleros y las impostas. Sin embargo, la fatalidad acompañó la restauración ya que al desmontarse la techumbre se observó una gran inestabilidad en el resto del muro izquierdo provocada por una gran grieta, por lo que se estimó conveniente derribarlo por completo hasta los cimientos e iniciar la obra de nuevo. Como consecuencia de esta acción, se reforzó la cimentación y se alzó el nuevo muro con menor altura, en concreto dos metros menos, lo cual conllevó una disminución total de la techumbre de la capilla, incorporándose en su interior una bóveda carpanel. En el muro se eliminó un vano, quedando abiertos sólo dos con arcos de medio punto para ser dotados de vidrieras. De ahí la radicalidad de la obra. En el extremo de la capilla se acondicionó el camarín con la cúpula sobre pechinas abierta a una linterna.

   Durante este periodo, Rojas participaría junto a los maestros, Ricardo Magdalena y Antonio Illanes, en una serie de reformas para la población sevillana de Constantina, para la mejora de ciertos equipamientos[16]. Tras su nombramiento como director del proyecto por el Consistorio, procedería al estudio y a la redacción del proyecto, para las obras que se llevarían a cabo en el mercado de la antigua plaza de San Sebastián[17].

   Respecto a nuevas intervenciones, y de nuevo para otra localidad de la provincia de Sevilla, en el año 1913, se tiene constancia de la visita que González Rojas realizaría a la parroquia de Nuestra Señora de la Concepción de Castilleja de la Cuesta, nuevamente en calidad de maestro arzobispal, motivado ante la necesidad de ejecutar reformas “urgentes” sobre la armadura y las cubiertas de dicho edificio, ocasionadas tras la supresión años antes, de algunos de los tirantes de madera que componían sus estructuras. Tras los estudios previos, sería redactada la propuesta de intervención, incluyéndose el correspondiente expediente de obras, formando parte de éste el presupuesto fechado a 20 de septiembre del citado año.

   Dicha armadura, de par y nudillos, está formada por pares y una doble hilera de tirantes, una superior de reducido tamaño, y otra inferior de mayor envergadura, poseyendo tan solo un par de tirantes de hierro, a modo de tornapuntas, como refuerzos del par situado sobre la parte posterior del órgano dieciochesco, procedente de la parroquia hispalense de San Juan de la Palma, tras el proceso de desamortización llevado a cabo por Mendizábal[18]. Finalmente, la intervención consistiría únicamente en la restitución de los tirantes ligneos suprimidos, por otros de similar composición, con la idea de reforzar los empujes de la armadura contra los muros y la incorporación de los referidos tirantes férreos, siendo insertadas diversas placas de hierro en el arranque de algunas vigas o pares; también fueron sustituidas algunas tejas en la cubierta[19].

   Mariano González Rojas sería considerado un arquitecto ecléctico, mezclando recursos arquitectónicos vigentes en su época junto a la tradición y el historicismo español. Buena prueba de ello, lo tenemos en la utilización de elementos decorativos modernistas en el colegio de las Esclavas del Divino Corazón, de la calle Jesús de la Vera Cruz (1906) junto al estilo dominante neo-goticista o en la iglesia de santa Bárbara de la localidad onubense de Minas de Río Tinto (1917) en la que interaccionó distintos materiales como la mampostería y el ladrillo y elementos arquitectónicos de variados estilos. Su afición al tradicionalismo lo dejó reflejado en el diseño del Pabellón de la provincia de Almería en la Exposición Iberoamericana de 1929 en el que recreó la propia alcazaba de esta ciudad, con sus torreones circulares, torre del homenaje, galerías y ventanas con arcos apuntados, reflejo de la imagen imitada[20].

   Destacar finalmente, y como uno de sus últimos episodios biográficos, su nombramiento como presidente de la primera Asamblea de constitución del Consejo Andaluz de Colegios Oficiales de Arquitectos (C.A.C.O.A.) y de los Colegios Oficiales de Arquitectos, celebrada el 6 de junio de 1931 El funeral se celebraría al día siguiente en la parroquia hispalense de San Andrés, siendo trasladado su cadáver al cementerio de San Fernando.

   A continuación, y relacionado con el  arquitecto Aníbal González, se revelan algunos hechos inéditos relacionados con su labor profesional, a priori y a posteriori, de su frustrado intento de acceder a la maestría arzobispal. Comenzamos con su intervención llevada a cabo durante los años 1903 y 1904, para el convento del Santo Ángel de la ciudad de Sevilla; dicho proyecto, la realización una capilla-sagrario, fue ofrecido en primer lugar a su suegro Gómez Otero, quien lo cedería a su vez, a su yerno Aníbal, quien finalmente lo diseñaría; además de dicha obra, auténtico alarde de clasicismo,  realizaría también el diseño de la portada-vidriada del templo que da a la calle Muñoz Olivé, con detalles neogóticos y modernistas[1]; ya por aquellos años, Aníbal participaba “como segundo”, en algunas labores de restauración y conservación que se llevaban a cabo en la catedral hispalense[2].

   Tras su intervención en las mencionadas obras, tanto en la fábrica catedralicia como en el edificio carmelita, se verían dilatados en el tiempo los pagos correspondientes sobre dichas intervenciones; de hecho, el día 18 de enero de 1905, el arquitecto González Álvarez-Osorio, residente por aquel entonces en la calle Fernán Caballero, N.º 15, remitía una carta a las dependencias del palacio arzobispal de Sevilla al Arzobispo Marcelo Spínola y Maestre, solicitando la autorización para iniciar una reclamación respecto a algunos honorarios aún pendientes[25], “…contra quien proceda y ante los tribunales competentes”. Desconocemos por el momento, aunque tal vez fuese previsible, que dichas reclamaciones, hubiesen podido jugar en su contra, en la decisión final para la solicitud presentada, meses después, el 7 de julio de este mismo año, para ocupar la vacante arzobispal anteriormente mencionada.

   Corría el año 1917, el día 8 de octubre, según datos recogidos en las actas de la Junta de Gobierno de la Real Academia de Bellas Artes, cuando se aluda al fallecimiento de una de las personalidades más relevantes del ámbito cultural hispalense de los inicios del siglo XX, José Gestoso Pérez, quien hubo ocupado el cargo como Secretario General de dicha institución, “con elocuentes frases de condolencia”; siendo nombrado para este cargo a Cayetano Sánchez Pineda. Su vacante como académico la cubriría, esta vez sí, Aníbal González Álvarez-Ossorio, siéndole asignado el Sillón N.º 6 de la institución[26], ejerciendo dicho cargo hasta el año 1925, cuatro años antes de su fallecimiento, en la ciudad que le vería nacer [27]. De gran interés es la reseña inserta en este documento, en que es citado ya como, “Maestro Arquitecto proyectista de la Exposición Hispano-Americana”[28]; en dicha reunión se nombraría también académico al sacerdote José Sebastián y Bandarán.

   Aníbal, fallecía en Sevilla el 31 de mayo de 1929, tras abandonar, o viéndose obligado a dimitir tres años antes, por cuestiones nada certeras, su cargo como Comisario de la Exposición Universal que se celebraría en la capital andaluza durante ese mismo año; su cuerpo sería depositado, al igual que el de Mariano, en el cementerio de San Fernando.

 

 APENDICE DOCUMENTAL

Documento 1º.

20 de septiembre de 1913. Sevilla.

Expediente de obras y presupuesto para la obra a efectuar en la parroquia de Nuestra Señora de la Concepción de Castilleja de la Cuesta. (Sevilla)

AGAS. Sección II. Asuntos Despachados. Leg.0491.

“Personado el arquitecto que suscribe en la villa de Castilleja de la Cuesta de este arzobispado, al objeto de reconocer el templo parroquial de Nuestra Señora de la Concepción, según interesa el digno párroco en oficial visita a V.S.I., he podido observar que el mayor daño que tiene el edificio está en la armadura y cubierta de su única nave, pues por efecto de haberle suprimido piezas importantes como son varios de sus tirantes, se han causado daño en las carpinterías, notables movimientos y desperfectos, los cuales se han transmitido en parte a los mismos por empujes indebidos de la armadura. Para reparar estos daños y evitar que sigan deteriorándose es de urgente necesidad reforzar los dos muros laterales en una pequeña parte, restituir la armadura, el atirantado hasta ahora suprimido, reparar las cubiertas de teja y las obras de reparación consiguientes; ya que se trata de colocar nuevos tirantes podrían ser no de madera como los actuales, sino de hierro convenientemente repartidos en toda la nave, la cual tiene longitud de 18 metros y 7.5 de anchura, suprimiendo después los restantes de madera, así se uniformarían los empujes de la armadura contra los muros. El coste de estas obras no ascenderá de mil pesetas. Sevilla a 20 de septiembre de 1913. Mariano González Rojas”.



Portada-vidriada del templo del Santo Ángel de Sevilla

diseñada por Aníbal González. Calle Muñoz Olivé.

 Fotografía. Juan Prieto Gordillo.

 

Armadura, de par y nudillos.

Mariano González de Rojas. Año 1913

Fotografía. Juan Prieto Gordillo

 

                            
                                                                  Detalle de la armadura, de par y nudillos.
                                                                  Mariano González de Rojas. Año 1913

                                    Fotografía. Juan Prieto Gordillo. 



[1] OLLERO LOBATO, Francisco.La maestría mayor de obras de la Real Audiencia de Sevilla (siglos XVII-XIX)”, Atrio nº.18,Sevilla,2012, pp.27-42.

[2] PRIETO GORDILLO, J.: Cayetano Alberto de Acosta (1709-1778). La culminación del Barroco en Andalucía Occidental. Año 1995. Tesis doctoral. Sin publicar. pp. 47.

[3] Archivo General Arzobispado de Sevilla (AGAS) Sección Asuntos Despachados, 1776(II), s/f.

[4] http://dbe.rah.es/biografias/63867/juan-talavera-y-de-la-vega: Fue presidente de la Comisión Municipal de Obras Públicas desde 1877 hasta 1881 a pesar de lo cual nunca llegó a ser Arquitecto Municipal, aunque lo solicitó en 1892. Únicamente desempeñó el cargo de interino cuando se produjeron las vacantes de Manuel Galiano, Heredia de Tejada, Villar Bailly y Antonio Capo, desde donde evacuó numerosos informes.

[5] AGAS. Sección II, Serie Asuntos Despachados, 04901. s/f.

[6]LUNA FERNÁNDEZ ARAMBURU, Rocío; SERRANO BARBERÁN, Concepción: Planos y dibujos del Archivo de la Catedral de Sevilla (s/XVI-XX). Diputación Provincial de Sevilla: “Mariano González Rojas nació en Ávila el 14 de diciembre de 1870. Realizó sus estudios en Madrid obteniendo su título de 1 arquitecto el 30 de agosto de 1882. En Palencia obtuvo la plaza de arquitecto diocesano en 1889 tras su correspondiente oposición, por lo que intervino en diversas obras de tipo religioso y civil. Entre ellas podemos destacar en 1900 el diseño de su cárcel provincial. En 1898 se desplazó a Barcelona y presentó su solicitud para acceder al puesto de arquitecto municipal de la ciudad condal, pero no fue aceptado. Desde 1899 hasta 1901 González Rojas junto a los arquitectos  Ángel Cadano y Juan Agapito y Revilla restauraron los arbotantes de la cabecera de la catedral de San Antolín de la ciudad de Palencia”.

[7] AGAS. Sección II, Serie Asuntos Despachados, 04901. s/f.

[8] Ibidem.

[9] Ibidem.

[10] Real Academia de Bellas Artes de Sevilla, Tomo III (1850-1935), pp.81-82.

[11] Ibidem. p.179.

[12] Ibidem.pp.81-82.

[13] ABC SEVILLA (Sevilla) - 26/03/1935, Página 50

[14]PÉREZ CALERO, Gerardo: “ARTE, PATRIMONIO Y ERUDICIÓN: VIRGILIO MATTONI Y LA CATEDRAL DE SEVILLA”. Laboratorio de Arte 33, Sevilla, 2021, pp. 383-402. GONZÁLEZ TERREROS, María del Valle: ‘Obras de Joaquín de la Concha Alcalde en la catedral de Sevilla’. En Laboratorio de Arte, nº 9, 1996, págs. 209-237.

[15] GARCÍA HERRERA, Antonio: “El arquitecto González Rojas y las obras de reconstrucción de la capilla de la Hermandad del Sagrado Decreto de 1908”. Anuario Esperanza, Nº.2017-18, Sevilla,2015,pp.22-25

[16]VILLAR MOVELLÁN, Alberto: Introducción a la arquitectura regionalista. El modelo sevillano. Sevilla, 1978. p. 64.

[17]LINARES GÓMEZ DEL PULGAR, Mercedes y TEJEDOR CABRERA, Antonio, “PROYECTOS Y REFORMAS URBANAS EN CONSTANTINA EN LOS SIGLOS XIX Y XX”. Laboratorio de Arte, nº 14-2001,Sevilla,2001,pp.75-76.

[18] AGAS; Secc. Asuntos Despachados, leg.(04907),s/f.

[19] AGAS, Secc. Asuntos despachados, leg. (04911) 1910.

[20] GARCÍA HERRERA, Antonio: “El arquitecto González Rojas y las obras de reconstrucción de la capilla de …”.o.cit,pp.22-25

[21] https://www.cacoa.es/historia/: La historia reciente tiene su origen en el Real Decreto de 27 de diciembre de 1929, que estableció tres requisitos para el ejercicio de la profesión de arquitecto: estar en posesión del título académico, pertenecer a un Colegio de Arquitectos y pagar las contribuciones correspondientes. El proceso culminó con el Decreto del Gobierno provisional de la República de 13 de junio de 1931 de aprobación de los Estatutos colegiales, elevado a Ley por las Cortes Constituyentes el 4 de noviembre y que dio lugar a la constitución de los Colegios de Arquitectos y su Consejo Superior. De los seis Colegios iniciales (con sede en León, Bilbao, Barcelona, Madrid, Valencia y Sevilla), este Decreto determinó que el Colegio con capitalidad en Sevilla, comprendía a las provincias de Almería, Cádiz, Córdoba, Granada, Huelva, Jaén, Málaga, Sevilla, así como las islas Canarias y Marruecos.

[22] ABC SEVILLA (Sevilla) - 26/03/1935, Página 50.

[23] PÉREZ ESCOLANO, Víctor: Aníbal González, Arte Hispalense N.º 4, 1973, Diputación de Sevilla, 1973, p. 90. [1996,2ª Ed.]

[24] Cuestión que conocemos, sin más datos que los presentados en  fuente documental  referenciada en el presente artículo. AGAS. Sección II, Serie Asuntos Despachados, 04901. s/f.

[25] AGAS. Sección II, Serie Asuntos Despachados, 04901. s/f.

[26] La Real Academia de Santa Isabel de Hungría. Su historia, su… Óp.. cit. p.116.

[27] Ibidem.

[28] Ibidem

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 BIBLIOGRAFÍA

Asociación de Arquitectos de Cataluña: Anuario Año MCMXXI, Apéndice II.

GÓMEZ DE TERREROS GUARDIOLA, María del Valle (1993): “Obras de restauración y terminación de la fachada del ángulo suroeste de la catedral de Sevilla. El proyecto de Francisco Javier de Luque.” En: Laboratorio de Arte, 6, pp. 245-262.

— (1993): Antonio Gómez Millán (1883-1956). Una revisión de la arquitectura sevillana de su tiempo. Sevilla, 1993.

— (1996): “Obras de Joaquín de la Concha Alcalde en la catedral de Sevilla”. En: Laboratorio de Arte, 9, pp. 209-237.

LINARES GÓMEZ DEL PULGAR, Mercedes y TEJEDOR CABRERA, Antonio, “Proyectos y reformas urbanas en Constantina en los siglos XIX y XX”. Laboratorio de Arte, 14-2001.

LUNA FERNÁNDEZ ARAMBURU, Rocío; SERRANO BARBERÁN, ConcepciónPlanos y dibujos del Archivo de la Catedral de Sevilla (s/XVI-XX). Diputación Provincial de Sevilla. Ed. Guadalquivir, Sevilla, 1986.

OLLERO LOBATO, Francisco.: “La maestría mayor de obras de la Real Audiencia de Sevilla (siglos XVII-XIX)”. Atrio, 18, Sevilla, 2012.

PÉREZ CALERO, Gerardo.: “ARTE, PATRIMONIO Y ERUDICIÓN: VIRGILIO MATTONI Y LA CATEDRAL DE SEVILLA”. En: Laboratorio de Arte 33, Sevilla, 2021, pp. 383-402,

PÉREZ ESCOLANO, Víctor: Aníbal González, Arte Hispalense nº 4, 1973, Diputación de Sevilla, 1973.[1996,2ª Ed.]

Real Academia de Bellas Arte de Sevilla. Tomo III (1850-1935).Relación de premios concedidos al maestro Gómez Otero, en el año 1865 por la real Academia de Sevilla: Primeros premios en las secciones de Sombras de Dibujo de Adorno, y de Elementos de Modelado.

Villar Movellán, Alberto.: Introducción a la arquitectura regionalista. El modelo sevillano. Sevilla, 1978. p. 64.

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