LOS PASOS DE PALIO DE NUESTRA SEÑORA DE LA SOLEDAD DE CASTILLEJA DE LA
CUESTA A TRAVÉS DE LA HISTORIA.
Juan Prieto Gordillo
Profesor de la Universidad
de Huelva.
Historiador de la Hermandad
El Paso de
Palio.
Sabemos
que el palio, es decir, esa cubierta a modo de techo generalmente de tela con
ricos ornamentos, sostenida sobre varas, estaba concebido para cubrir de manera
casi exclusiva a la Eucaristía aunque, con posterioridad, su uso se extendió
utilizándose también para cobijar a los pontífices y grandes soberanos en las
ceremonias más solemnes.
Con el
paso del tiempo, su utilización, de carácter plenamente emblemático y
simbólico, no sólo se limitó a los actos mencionados sino que, por el
contrario, comenzó a emplearse en los pasos marianos de mayor prestancia y
devoción, dando lugar a lo que conocemos como “paso de palio”. De esto modo se asimila la figura de María, como
mediadora entre el hombre y Dios, con la Sagrada Forma. Este simbolismo
dedicado por entero a la exaltación de María, no parte de la cultura barroca
sino que, por el contrario, ahonda sus raíces en el Medioevo. Sin embargo, será
con el paso de palio cuando se logre alcanzar el culmen de la representación
plástica pues, cuando procesiona rodeada de los doce varales del palio, está
procesionando junto a los doce Apóstoles.
Todo
parece indicar, que fue en Sevilla donde por primera vez se utilizó un palio
para cubrir la imagen de una virgen, apareciendo documentado ya a principios
del siglo XVII; hecho que podemos contemplar de manera evidente en el primer
paso de palio que procesionaría por las calles hispalenses durante la Semana
Santa, el de Ntra. Sra. de la Soledad de San Lorenzo.
Dos
serán las fuentes documentales con las que poder seguir el devenir histórico de
los pasos de palio de Nuestra Señora de la Soledad de Castilleja de la Cuesta;
el libro de registro de hermanos y datas perteneciente a la Hermandad de la
Santa Vera Cruz santiaguista (1595-1750) localizado en el archivo colegial de
Olivares[1],
y en el archivo de la corporación
soleana en Castilleja de la Cuesta, los
correspondientes a “los Inventarios de Bienes”
y “de Datas” [2] con los
que desde el siglo XVI se ha ido forjando la historia de la Corporación.
Antecedentes.
Si tenemos en cuenta el que las hermandades
de la Soledad y Santo Entierro habían tenido desde sus orígenes, una acusada
influencia de “la Matriz” de San
Lorenzo, no resulta descabellado el pensar que las diversas hermandades de tal
advocación, portasen unas andas coronadas por un palio a raíz de 1606 en que lo
estrenó la Virgen de San Lorenzo: Era de terciopelo negro bordado con
oro, plata y sedas, y estaba sostenido por diez varales de madera, pintados y
dorados. Se completó años más tarde con el bordado del techo del palio en 1614
y la adquisición de unos varales de plata en 1620”[3].
Por las informaciones
relativas a hermandades homónimas, se puede afirmar que la Virgen de Castilleja
fue una de las imágenes junto a la de San Lorenzo que inauguraría una nueva estética
en los pasos de palio con la incorporación de doce varales, a diferencia de los
ocho que eran los usuales utilizados por las dolorosas que poco a poco fueron
incorporándose a los desfiles procesionales.
A través de las mencionadas
fuentes documentales, inventarios y datas (cuentas), pertenecientes a las
hermandades de la Santa Vera Cruz y Santo Entierro y Soledad de la parroquia santiaguista
de Castilleja de la Cuesta, se ha podido seguir la evolución histórica de los
pasos de palio que han cobijado a la Virgen de la Soledad, compartida durante
años por ambas corporaciones a lo largo de su historia procesional. Hechos que vienen a ratificar, sin temor a
equivocarnos, que el citado palio de la Virgen de Castilleja, Nuestra Señora de
la Soledad, realizado a comienzos del siglo XVII, fue el primero que
procesionaría por las calles de la localidad, pues sabido es, que las
hermandades de la Vera Cruz, no incorporarían dicho elemento a sus
correspondientes desfiles procesionales hasta el último tercio del mencionado
siglo, tal y como sucedería con la de la Vera Cruz de la Inmaculada y su
homónima de Santiago de la misma localidad.
Comenzando con las fuentes
documentales de mayor antigüedad, cabe mencionar el único libro de datas
conservado en la actualidad perteneciente a la hermandad crucera. Como he
mencionado, la primera imagen mariana que desfiló bajo palio por las calles de
Castilleja de la Cuesta durante el último tercio del siglo XVI fue la de
Nuestra Señora de la Soledad, actual titular de la Hermandad Sacramental de
Santiago. Hasta hace poco tiempo creíamos que la citada imagen procesionaba tan
solo con su Hermandad Titular cada tarde de Viernes Santo y las mañanas del
Domingo de Resurrección, hecho que quedaría descartado tras analizar los pagos
de los bienes adquiridos y registrados en el mencionado libro en el que se
aprecia cómo ambas Corporaciones compartían ya en el año 1677 algunos de los
costos relacionados para Nuestra Señora, siendo de especial relevancia los adquiridos
para los desfiles que durante la Semana Santa ambas compartían en 1677: “Año de 1677: Ítem, dan por descargo los
dichos mayordomos 17 reales que costaron las varas del palio de la Madre de
Dios”[4].
Será a raíz del año
1720 cuando se intensifiquen los pagos “de
medianía” por ambas corporaciones para sus salidas procesionales. Prueba de
ello son los mencionados a continuación: “Año
de 1715: En unas horquillas para llevar los pasos 15 reales; 80 reales por una
toca para Nuestra Señora y unos candeleros para la Semana Santa; Año de 1720:
Entregados 22 reales de la medianía del dorado de la tarimilla del paso de
Nuestra Señora; Año de 1721: 72 reales y medio gastados en la medianía de la
corona de Nuestra Señora de la Soledad; Año de 1727:…cruzadas para enfundar las
varas del palio”[5].
En relación a los inventarios conservados de la
Hermandad de la Soledad y Santo Entierro de Nuestro Señor de Castilleja de la
Cuesta, en 1726 se vuelve a mencionar el palio realizado durante el siglo XVII,
que vendría a coincidir con el anteriormente citado por la corporación crucera.
En dicha fuente documental se recoge la siguiente información al respecto: “Ítem., un Paso en que va
nuestra Señora el Jueves y Viernes Santo que es de esta Cofradía y dela del
Smo. y Santa Vera-Cruz con doce varas para el Palio plateadas y dicho Palio de
felpa negra, flecos y entorchados de Seda con sus Tornillos y faldones de
Bramante Negro” [6].
Por similitud con otras realizaciones de la época, creemos que
dicho palio estaría decorado por sencillos motivos vegetales, con
bambalinas cortas y rectas, con finos flecos y cordonería de hilo negro y
dorado y rematadas por hojas de acanto, presentando, bordados en oro sobre
terciopelo negro, motivos clásicos en el exterior, mientras que en el interior,
en su cielo,
“quedaban incrustadas ochenta y cinco
estrellas de plata”[7].
Veintiún
años más tarde, en 1747, tenemos constancia del estreno de un segundo
paso de palio en el que procesionaría Nuestra Señora de la Soledad, siendo en
esta ocasión de terciopelo verde[8]
“el palio de raso verde de la Virgen”,
mencionándose además “las cenefas
(bambalinas), también de terciopelo, y los cordones del palio”; nuevamente vuelven
a mencionarse las referidas estrellas de plata, siendo estas piezas posiblemente, los únicos elementos heredados del palio
anterior.
Es
a raíz de la fusión de ambas
hermandades realizada en 1795, cuando se continúen registrando en los inventarios,
los distintos elementos que diseñaron el palio de Nuestra Señora de la Soledad.
Así, en 1797 aparece citado el tercer palio que poseyó Nuestra Señora de la
Soledad, el primero tras la fusión, y de nuevo de color negro, en cuyo cielo
aparecían “diez estrellas de plata; más
las doce varas del palio y cuarenta cera”, que formaban parte de la candelería[9];
ese mismo año la Virgen estrenaba una nueva media luna para la procesión, cuya
data alcanza el valor de 37 reales de vellón[10].
Durante los años siguientes, 1803-1838, se
realizarían las “nuevas varas del paso de
la Virgen” por un costo total de 1.520 reales de vellón. Respecto a las mencionada varas, en los
libros de datas de la Corporación parecen citados algunos nombres de hermanos
que con sus donativos hicieron posible su realización; en 1804, José Rodríguez
Rosa, “dio de limosna 138 reales para dos
varas del paso de la virgen” [11];
José Márquez García, 69 reales[12]; Juan de la Palma 69 reales[13],
y Francisco Oliver Cabrera, 69 reales para una vara del palio del paso de la
virgen[14];
en 1807, Juan de Santiago Méndez, “138 reales de limosna para dos varas[15].
Durante los años siguientes, 1820, 1822, en
los respectivos inventarios, se continuarían haciendo referencias al palio de
Nuestra Señora: “Primeramente un paso de la Virgen del
Viernes Santo con doce varas nuevas con doce perillas doradas y doce borlas de
plata; un cielo raso de terciopelo negro con sus flecos de plata; cuatro
faldones negros de holandilla; dos luceros nuevos; cuatro faroles con sus varas;
ocho ramos de colores; dos ramos dorados y otro chiquito de la mano. Ítem un
vestido de terciopelo negro y su manto de terciopelo negro, todo para el
Viernes santo; pañuelo de mano blanco con punta de oro y toca y peto blanco;
una corona de plata; Ítem otro vestido de terciopelo negro y su manto
correspondiente, todo bordado y un cordón de oro.”[16]
Transcurridos unos años, se volverá a
mencionar el palio con el que la Virgen de Castilleja, Nuestra Señora de la
Soledad, seguía procesionando por las calles de la Villa. Así, en 1850 son
citados los siguientes elementos: “el
cielo raso de la Virgen; los faldones del mismo paso; doce perillas con sus
doce cordones y las cuatro bambalinas carmesí (cenefas) del cielo raso”[17].
De gran interés es la información que se
ofrece en el inventario realizado por los Hermanos Mayores, don Juan Negrón y
don José Navarro en el año 1858, en el que además de ser recogido con gran
detalle le estructura del palio de Nuestra Señora: “Un cielo raso de terciopelo
negro con sus flecos de plata y galón correspondiente y veinte y tres estrellas
de plata, cuatro fardones negros de holandilla y sus mangas"[18],
se hacía mención al estreno de “doce
varas nuevas con doce perillas y doce borlas de plata para el paso de la Virgen”[19]. En esta nueva ocasión vuelven a aparecer un
mayor número de estrellas plateadas, veintitrés[20].
Junto al actual palio, la Hermandad conserva
parte de algunas bambalinas de su antecesor también de color carmesí, que es
reutilizado para la ornamentación de los diversos altares de cultos que se
celebran en la parroquia durante el transcurso del año. A continuación es
ofrecida la primera descripción que del mismo se recoge en el Artículo 5º del
inventario efectuado en el año 1870: “-Un paso de la Virgen que sirve
para el Viernes Santo con 12 varas de lata Labrada y cielo raso de terciopelo
labrado con estrellas, un sol dorado con su cenefa de terciopelo labrado y un
galón de Plata con su fleco del mismo metal. 12 Perillas de palo doradas, y 12
cordones con sus borlas de plata. Cuatro Faroles con sus varas de lata
labradas, y además Cuatro candeleros de palo dorados con sus tuercas…”[21].
A raíz de este año, la inexistencia de
inventarios periódicos nos impiden conocer hasta que año estuvo paseando la
Virgen de la Soledad su palio por las calles de nuestra localidad, pues a
finales del siglo XIX, tenemos constancia de que dejó de sacar el mismo para
pasar a formar parte del paso “De Duelo”,
para el que se realizarían las figuras de tres Marías y un San Juan, a semejanza del que actualmente procesiona en
Sevilla en la Hermandad del Santo Entierro, la tarde del Sábado Santo[22].
PALIO ACTUAL.
Los primeros intentos de realizar un nuevo
palio para Nuestra Señora de la Soledad vienen dados a raíz de la finalización de
la guerra civil española.
La primera información que poseemos de ello
es la reunión celebrada el día 22 de junio de 1940 por los hermanos que
formaban por aquel entonces la Junta de Gobierno de la Hermandad[23];
en primer acuerdo adoptado sería el nombramiento de José Perona como
depositario del dinero destinado para la construcción de dicho palio, especificando,
“hasta que se construya y liquide el
mismo, no pudiéndose dar a los mismos mas aplicación que lo relacionado con el
citado palio”[24].
Tras años de recaudación, en los que se
fueron adquiriendo paulatinamente los metros de terciopelo necesarios para su confección,
y en los que fue tomando forma el mencionado proyecto, fue en 1957cuando quedaría definitivamente proyectado el bordado
del palio[25]. Para
tal fin, se nombró una comisión, que se encargaría a su vez de organizar unas cuotas
mensuales, siendo en el citado año cuando se comience a bordar el palio, comenzando
con la bambalina delantera, cuya labor fue llevada a cabo en el convento
hispalense de las hermanas Trinitarias. El encargado de diseñar y donar el dibujo para la totalidad del bordado
del palio, fue Juan Oliver Míguez quién por aquellos años ejercía como director
artístico de la Hermandad, donando su diseño a la Corporación. En la
reunión del día 22 de noviembre de 1957, el maestro Oliver hizo patente su
deseo para que se hiciera una aclaración del acta de la reunión anterior en el
sentido de que se hiciere constar el precio del dibujo donado por dicho
hermano. En la misma se aclara que el precio de la donación fue de 1.500
pesetas[26]
Para la realización del resto del bordado fueron
consultados diversos talleres de la provincia de Sevilla y Huelva, decidiéndose
que el resto de las bambalinas y techo de palio fuese realizado por la señora Agustina
Gómez vecina de la localidad onubense de Cortegana; para ello se trasladó a
dicha localidad una comisión para visitar a la bordadora y ultimar detalles.
Tal vez, dicha decisión vino determinada por el menor costo de la operación, como
por las buenas referencias ofrecidas por Dolores González, residente en la
población también onubense de Aracena, a 30 kilómetros de la mencionada
Cortegana, quién abastecía a la Hermandad de la Soledad de la cera que
necesitaba para la Semana Santa.
La propietaria del taller donde se realizaría
el bordado del palio era doña Agustina Gómez González, viuda de Fernández, que
junto con sus bordadoras ejecutarían esta magnífica joya para la Hermandad; fue
el mismo, quién se encargaría personalmente de entregar los dibujos en manos de
la bordadora. Dos meses después, el día 26 de enero de 1958, la Hermandad
encargaría nuevamente a Oliver el dibujo de las bambalinas laterales del palio.
Una vez diseñadas el mismo autor se trasladaría igualmente a Cortegana para
entregarlas. En cuanto a la talla de los evangelistas se haría patente la
necesidad de bordar las cabezas y manos de los mismos en marfil u otra materia
adecuada. Hubieron de pasar ocho años, en reunión celebrada por los miembros de
la Junta el día 9 de julio de 1967, para que se retomase el tema del dibujo
central para el techo de palio, así como el de algunos motivos no finalizados.
Consultados varios pintores hispalenses, y tras pedirle unos diseños para tal
fin, la Junta se decidió por el dibujo realizado por el pintor Maireles[27].
El motivo central sería la figura de Santiago
Peregrino a realizar en plata de ley repujada con sus colores naturales. Para
tal fin le sería pedido presupuesto al orfebre don Fernando Marmolejo, quedando
aprobada su realización. Hecho que no se vería ejecutado hasta la década de los
noventa. Una vez finalizado el palio en 1970, con la excepción del motivo
central, se solicitaría a la Hermandad el trasladar el palio completo a una
exposición de artesanía que se celebraba en la capital de Huelva anualmente; para
tal fin, se remitiría una carta a la bordadora doña Agustina pidiéndole las
garantías que dicha exposición ofrecía. Finalmente la Hermandad no aceptaría el
traslado a dicha exposición al tener que costear el envío y el asegurar dichos
bienes durante el tiempo que durase la misma[28].
Finalmente, el día 16 de enero de 1973 se
terminarían de pagar las bambalinas laterales y el techo del palio, quince años
después de que se ejecutase la primera puntada de oro. Durante los años de 1994
a 1995 el palio ha sido sometido a una profunda restauración debido al mal
estado en que se hallaban las maderas internas. Así, en 1994 las bambalinas son
trasladas a Brenes, a los talleres de Fernández y Enrique donde le son
cambiadas todas las estructuras de madera; y un año después el techo para una
acción similar, además de colocarle de marfil los bustos de los Evangelistas y
la figura central de Santiago Peregrino. El costo de ambas operaciones alcanzó
una cifra cercana a los 3 millones de pesetas.
El paso está concebido en todas sus piezas en
estilo neobarroco. El palio está bordado en oro sobre terciopelo rojo. Tiene
caídas polilobuladas, con flecos de madroños, formando crestería en su parte
superior, llevando incorporados cordones con borlas en la frontal y trasera. La
bambalina frontal lleva bordado en oro y seda el escudo de la Hermandad
rematado por una corona que está sostenida por dos ángeles policromados. Todo
ello queda flanqueado por dos centros de rosas. En cuanto a la bambalina
trasera, posee en su parte central el anagrama del Monte Calvario, sostenido
por dos querubines dorados. También posee dos centros de rosas. Las bambalinas
laterales poseen una gran riqueza iconográfica formada por palomas con flores
en su pico y el anagrama mariano, conchas de Santiago en su crestería, y
centros de flores a semejanza de las existentes en la delantera y trasera.
El techo de palio está completamente cubierto de
bordados con motivos vegetales que se van extendiendo por toda la superficie
mediante roleos. Hay que destacar la gloria con un óvalo formado con galón
bordado que acoge la figura de Santiago Peregrino sosteniendo el cayado de
peregrino, con las carnes de marfil. Por otro lado, en las esquinas del techo
también aparasen con las carnes de marfil los bustos de los cuatro evangelistas
sosteniendo cada uno su libro.
[1] (A)rchivo de la (P)arroquia de
Nuestra Señora de las Nieves de (O)livares, leg.136. Antiguo 127-c. Libro
correspondiente a la Hermandad de la Santa Vera Cruz de Santiago de Castilleja
de la Cuesta.
[3] Boletín de la Hermandad de la Soledad de San Lorenzo
de Sevilla. Nº: 67. Artículo de Ramón Cañizares y Álvaro Pastor: "El
Primer Palio de la Soledad".
Sevilla 1997.
[4]
A P O., leg.136. Antiguo 127-c.
Libro correspondiente a la Hermandad de la Santa Vera Cruz de Santiago de
Castilleja de la Cuesta.
[9] A.H.S. Santiago, Libro de Inventario de las Prendas
de la Hermandad del Santísimo Sacramento y María Santísima de la Soledad,
(1797-1807). s/f.
[19] Libro de cuentas
Hermandad del Santísimo y Soledad (datas e ingresos y bajas de hermanos).
(1855-1882)
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