domingo, 8 de marzo de 2020

ARTE VANGUARDISTA EN GINES (Sevilla)




ÚLTIMAS  TENDENCIAS  VANGUARDISTAS  EN LA LOCALIDAD DE GINES (Sevilla). LOS GRAFITIS. (I)

Juan Prieto Gordillo

Profesor de la UPO.


Los Grafitis. Según la Real Academia de la Lengua Española, la palabra Grafiti se define como:
“Firma, texto o composición pictórica realizados sin autorización en lugares públicos, sobre una pared u otra superficie resistentes”.

Su origen se remonta a las inscripciones que han quedado en paredes desde los tiempos del Imperio romano, especialmente las que son de carácter satírico o crítico. Para denominar estas inscripciones de época arqueológica es más frecuente el uso de la palabra «grafito».

Entre los romanos estaba acentuada la costumbre de la escritura ocasional sobre muros y columnas, esgrafiada y pintada, y se han encontrado múltiples inscripciones en latín vulgar: consignas políticas, insultos, declaraciones de amor, etc; junto a un amplio repertorio de caricaturas y dibujos en lugares menos afectados por la erosión, como en cuevas-santuario, en muros enterrados, en las catacumbas de Roma o en las ruinas de Pompeya y Herculano, donde quedaron protegidos por la ceniza volcánica.

Ante la persecución y la ilegalidad en la época contemporánea, surgió el tag o tager (“etiqueta”), prácticamente, una firma o un acrónimo de una persona o un grupo de personas. El tag es una forma rápida y poco peligrosa de expresar un propio estilo al momento de grafitear. Es así como se identifica un grafitero.[1]

Hacia 1971, el tagging, o hitting comenzó a entrar en los trenes del metro de la ciudad de Nueva York. Hoy en día, uno de los principales caballos de batalla contra los grafitis ilegales se da en los suburbanos de las grandes ciudades, como es el caso de Barcelona. Por otro lado, en 1972, el primero en usar nubes o pompas alrededor de una firma fue SuperKool 223, quien tomó este diseño de la burbuja de los bocadillos de los cómics. Baby Face 86 era el primero en usar una corona sobre su firma en Nueva York.

Cat 2233 era el primer grafitero para utilizar el término “Ism”, (que significó más de uno) en el final de su nombre. Topcat 126 se mudó desde Philadelphia a Nueva York y desarrolló un estilo de caligrafía al cual lo llamó el Estilo de Broadway.

Desde hace algunos años, las ciudades se debaten entre admitir a los grafiteros como artistas o perseguirlos por sus “actos vandálicos”, aunque figuras como Bansky  ponen en valor esta práctica[2].

En la localidad sevillana de Gines, se vienen realizando una serie de grafitis, de forma legal y con el beneplácito de sus vecinos, en los muros que cierran el actual estadio de futbol “San José” de la localidad; estas composiciones vanguardistas de gran valía artística, suelen estar cargadas de un enorme valor simbólico, con tintes de crítica social, política y religiosas que no dejan indiferentes a cuantos la observan, ofreciendo además algunas pinceladas del arte clásico que nos recuerdan la grandeza de un arte milenario.

Son artistas que tiene su peculiar forma de expresión, diferente forma de sentir, innovando y creando con su peculiar estilo, siendo el aerosol y el acrílico, la técnica y la materia utilizadas para tal fin. 

De un artículo publicado en La Vanguardia (16/2/2020), relacionado con una pregunta efectuada por  Joan Soldevila Adán, respecto al significado de los grafitis como ¿arte o gamberrada?, os presento algunas conclusiones que quizás os inviten a reflexionar:

 “De acto vandálico a símbolo del arte contemporáneo. Nos guste o no, los grafitis son ya parte inherente del decorado de nuestras ciudades”; “Y muchas de ellas han optado por la posición más pragmática: legalizarlos, convertirlos en galerías de arte al aire libre e incorporarlos a su oferta cultural”.

A continuación os ofrezco algunas de estas composiciones plasmadas en Gines:














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[1] La Vanguardia, 16/02/2020. 
[2] Ibíd.

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