Juan Prieto Gordillo
Profesor Universidad de Huelva
Historiador
Gracias a fuentes documentales, como la que mostramos a continuación, se reafirma la devoción que durante casi sus cuatrocientos
años de existencia tuvo Nuestra Señora del Rosario, y digo reafirmar, porque
si una cosa está lo suficientemente claro en Bormujos, y en las
poblaciones cercanas, es el cariño y devoción que sus vecinos siempre
procesaron hacia la bendita imagen del Rosario.
Devoción plasmada durante siglos, a través de donaciones realizadas por personas, de muy distinta condición social, a las
que todo les parecía poco, incluso a la hora de sus cercanos fallecimientos,
para ofrecerle a la Señora. Así, se han recogido documentos tan dispares como la entrega de un potro, para que con su venta se le
realizase un retablo a la imagen, la donación de una aranzada de viña,
ofrecimientos de misas, así como una gran diversidad de vestimentas y de bienes muebles para la capilla
de la Señora, etc.
En esta ocasión ofrecemos un documento relativo a finales del siglo XVII. Corría el año 1699, cuando el vecino y hermano de la Hermandad de Nuestra Señora del Rosario de Bormujos, Gaspar Gaviño, regalaba un potro de su yeguada, para, una vez vendido por valor de 300 reales de vellón, se destinasen como ayuda de un nuevo retablo que se le venía tallando a la imagen titular de la Corporación.
En el citado documento, se cita literalmente lo siguiente: "Un retablo por estar dicha imagen y la del Cristo de la santa Vera Cruz Crucificado en su altar sin la debida decencia y adorno, mando un potro nacido de mis yeguas para que con su valor se aplique a ello; de estar finalizado el retablo, o se hiciere un estandarte, o para un cuadro para la capilla de Nuestra Señora del Rosario o para adornarla".
AGAS, leg.12.969, s/f.
Fotografía: Fernando Villapol
Fotografía: Arte Sacro
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