LOS DUQUES DE MONTPENSIER
Y SU RELACIÓN CON LA SANTISIMA VIRGEN DE REGLA DE LA LOCALIDAD GADITANA DE
CHIPIONA. SOBRE EL “CURIOSO” INVENTARIO DE 1887.
Juan Prieto Gordillo.
Profesor de la Universidad de Huelva
Historiador
Durante
los siglos XVI y XVII, la imagen de Nuestra Señora de Regla era, sin género de
duda, la más conocida y popular de Andalucía. Basta recordar la triunfal y
deslumbrante procesión que se celebró el 8 de septiembre de 1588, con motivo
del envío de España de la Armada Invencible contra Inglaterra, a cuyo frente
iba el séptimo duque de Medina Sidonia, don Alonso Pérez de Guzmán, insigne
bienhechor del Santuario de Regla. Doña Ana Gómez de Silva y Mendoza, esposa
del duque, fue quien pidió y consiguió del Prior y la comunidad de los agustinos
de Regla, sacar por primera vez en procesión a la Virgen de Regla. El cronista
chipionero fray Diego Carmona Bohórquez, en su libro “Historia Sacra” nos da amplísimas y detalladas descripciones del
cortejo procesional y la dilatada comitiva, integrada por la mayor parte de la
nobleza española de la época. Historiadores de entonces la elevan a ochenta mil
las personas que tomaron parte en aquella grandiosa manifestación religiosa.
Siglos después, a partir
de 1835, el convento e iglesia de Chipiona padecieron los efectos devastadores
de la desamortización de Mendizábal. La morada por tantos siglos de fervorosos
religiosos, amenazaba próxima ruina, y la misma iglesia llegó a convertirse en
un inmundo establo de bestias, destruido su precioso y rico altar, viéndose despojada
entre otras cosas del embaldosado de mármol. Los religiosos se dispersaron y
abandonaron el Monasterio de Regla, depositando pequeñas imágenes de la Virgen
en diversos hogares y al cuidado de familias piadosas del lugar. Estas imágenes
no volvieron a sus antiguos poseedores, sino que han ocupado después varios
menesteres y sucesivos lugares; dos de ellas pasaron al Convento Franciscano de
Jerez y otra en la enfermería del Santuario de Regla. Estaba, pues, muy pronto
a desaparecer por completo el Santuario de Regla, cuando los Infantes Duques de
Montpensier, fijaron su residencia veraniega en Sanlúcar de Barrameda, y en una
tarde de julio de 1851 se dirigieron a Chipiona, entrando a orar en su iglesia
parroquial. Les llamó grandemente la atención el color negro de la Virgen y el
párroco les refirió la historia y vicisitudes de la milagrosa Imagen, por lo
que al punto determinaron los Príncipes visitar el Santuario, antigua casa y
morada de la Señora.
Impresionados
fuertemente al contemplar las ruinas del convento y la profanación del templo,
resolvieron restaurarlos y volver la imagen de Ntra. Sra. de Regla a su antigua
residencia. Situados al frente de una suscripción popular vencieron la
resistencia administrativa, comprometiéndose a sufragar el retablo mayor de la
iglesia, el traslado de la imagen desde la parroquia de Chipiona y a costear la
solemne función religiosa. Para ello se abrió una suscripción, encabezada por
los mismos Infantes, y contribuyendo con respetables sumas S. M. la Reina
Isabel II y el Eminentísimo Sr. Cardenal de Sevilla Don Judas José Romo.
Restaurados el Templo y el Camarín, se pensó en la traslación solemne de la
Santísima Virgen, el día 7 de septiembre de 1852. Después de una ausencia de 17
años, volvía a su casa y Santuario. La función religiosa estuvo presidida por
el arzobispo de Sevilla y los obispos de Córdoba y Guadix el 8 de septiembre de
1852.
Con el paso de los años
el Santuario de Chipiona volvió a un centro vivo de devoción a la Virgen de
Regla para sanluqueños y chipioneros, principalmente a raíz de la fundación en
1867 de la Hermandad de Nuestra Señora de Regla. El 8 de septiembre de 1882 el
convento de Nuestra Señora de Regla pasó a manos de los franciscanos,
procedentes del colegio de Santiago de Compostela (La Coruña), quienes se
hicieron cargo del Santuario de Regla. Demolido el antiguo santuario en 1904 se
inició la construcción del nuevo, de estilo neogótico, consagrado en enero de
1906 por el cardenal Marcelo Espínola (1835-1906).[1]
Durante los siglos
anteriores, no se sacaba a la imagen de Nuestra Señora de Regla en procesión
pública, sino que permanecía en su lugar, aunque se hacían dos procesiones al
año sólo por este claustro del convento; una el día 2 de febrero, Purificación
de Ntra. Señora; y la otra, el día 15 de agosto, Asunción de María Santísima a
los cielos. En estas procesiones se sacaba en vez de la imagen de Ntra. Sra. de
Regla, una imagen que los frailes agustinos tenían exclusivamente para este fin
y que mandaron hacer estos religiosos cuando entraron en el convento. Su nombre
era Ntra. Sra. de los Buenos-Aires, a ellas acudían muchos fieles de la
comarca, sobre todo navegantes, debido a que los navegantes de toda clase, y
las flotas que partían hacia América le pedían buenos aires para cruzar el
océano; su color era blanco. Esta imagen no tuvo nunca un altar dentro de la
iglesia, sino en otras partes, como aquí, en el claustro del convento y más
tarde cuando se comenzó a sacar a la Virgen de Regla en procesión, la imagen de
los Buenos Aires pasó a un lugar que denominaban entonces los religiosos "de produndis", lugar donde
celebraban sus capítulos, en este lugar permaneció más de veinte años teniendo
aún alguna devoción por parte de los navegantes, pasando posteriormente a un
altar de la sacristía perdiendo la poca devoción que le quedaba y a
continuación en 1623 fue trasladada a Cádiz, al convento de San Agustín y de
allí a Madrid, colocándose en la iglesia de las monjas agustinas de Santiago[2].
Durante
la segunda mitad del siglo XIX, la Orden de San Francisco intentaba revitalizar
sus misiones y restaurar Provincias y conventos extinguidos. En 1882, el Estado
cede el Santuario al Padre Lerchundi, permitiéndole el establecimiento de un
colegio de misioneros para Marruecos y Tierra Santa. Desde que los franciscanos
se hacen cargo, la devoción popular hacia la Virgen cobra un auge sin
precedentes.
El
proyecto de construcción de un nuevo templo, espacioso para el auge que había
experimentado el culto, era una idea que acariciaban los franciscanos desde
poco después de su llegada a Regla. Pero en 1899 pasó a la voz popular, cuando
en la fiesta de la Virgen el predicador lanzó desde el púlpito la idea de
levantar un nuevo templo.
El
17 de mayo de 1904, se aprobó el derribo de la iglesia y en el mismo año se
procedió a la construcción del nuevo edificio. Así, el 30 de octubre del mismo año,
tras la finalización de la Eucaristía, el notario D. José Badanelli leyó el
acta oficial y, tras su bendición, se colocó la primera piedra a metro y medio
de profundidad, debajo del manifestador. La obra, de estilo neogótico, se
realizó en sólo dos años, y se inauguró en 1906 (a falta de la torre principal
que se finalizaría en 1909)
Interesante es el
documento localizado en las dependencias del archivo arzobispal de Sevilla en
el que se hace mención a un inventario realizado en 1887, cinco años después de
que el cenobio pasase a manos de los franciscanos, aumentando desde entonces la
devoción popular hacia la Virgen tal y como se ha mencionado con anterioridad[3].
El presente documento,
tal vez pudiese pasar como otro más de similares características, en el que se
vuelven a describir los enseres u objetos pertenecientes a las dependencias de
la orden franciscana residente en la localidad gaditana; sin embargo, su valor
reside en dos hechos históricos de cierta relevancia. En primer lugar, por la
relación de bienes donados por los señores Infantes de Montpensier a la
santísima Virgen para sus cultos, y en segundo lugar por las referencias que se
hacen respecto a la imagen que por aquellos años ¿procesionaba? citada como: “La imagen de Nuestra Señora de Regla, que es
de candelero”.
La
otra imagen de la Virgen de Regla, la que procesiona en la actualidad, citada
en la fuente documental es nombrada como “Virgen
Chiquita”, es una escultura sedente, cuya antigüedad se remonta al s.
XII-XII, época de transición románico al gótico. Tiene 62 cm. de altura, en
madera policromada. Pertenece al grupo de las "Vírgenes Negras", pero, a diferencia de éstas, portadoras del
Niño sobre su pierna izquierda, la de Regla, tras la mutilación a la que fue
sometida tiene el Niño sustentado por sus manos a la altura de su vientre, y no
sentado tal y como fueron concebidos en su origen.
La talla desnuda en su
origen, a finales del s. XVI pasó a vestir ropajes de “reina”, que, con corona y aureola, adquiría así un tamaño relevante
que realzaba su figura con vistas a sacarla en procesión. El nombre parece obedecer
a su origen leonés. Los canónigos regulares, provenientes de León, bautizarían
a la imagen con el nombre de Regla, como la de su catedral[4].
Inventario de los muebles y alhajas que quedan en
poder de la Comunidad de Padres Misioneros Franciscanos establecidos en el
convento de Nuestra Señora de Regla.
Efectos donados
por los Serenísimos Infantes Duques de Montpensier a la Santísima Virgen.
1º El altar Mayor
de Nuestra Señora de Regla que es de madera jaspeado y filetes dorados.
2º Diez candeleros
de madera y dos atriles de lo mismo.
3º Una mesa de
caoba con cubierta de jaspe blanco para la sacristía.
4º Dos varas de
caoba para las procesiones sin escudos.
5º Dos almohadones
de terciopelo grandes.
6º Un mantel del
Altar Mayor con encajes de oro.
7º Tres albas.
8º Un terno
completo de tisú de plata bordado, con casulla, dalmáticas, capas, paño de
púlpito, atrilera y tres cíngulos de seda y borlas de oro.
9º Dos ciriales de
metal blanco. Doce candeleros de lo mismo; seis mayores y seis menores, y un
crucifijo del mismo metal.
10º. Una corona de
plata de la Santísima Virgen, ráfagas de lo mismo (media luna y corona del Niño
de los mismo) Véase la nota 2ª al final.
11º. Un incensario,
naveta y cucharita de plata.
12º. Dos navíos de plata para lámparas.
13º. Una pulsera
de oro esmaltada con topacios.
14º. Un alfiler de
oro con perlas y puentes de diamantes.
15º. Una correa de
terciopelo negro con diez y nueve piedras.
16º. Un rostrillo
de plata con topacios.
17º. Una custodia
de plata.
18º. Cuatro
candeleros de plata.
19º. Un vestido de
la Virgen moaré, plata y rosa.
20º. Un manto
grande con lentejuelas de oro y vestido de raso blanco.
21º. Otro vestido
amarillo y oro, y vestido de raso de otro tejido.
22º. Una batea de
raso blanco bordado en oro en mal estado.
23º. Una caja
grande con dos cerraduras para el terno de tisú de plata.
24º. Dos lámparas
de metal amarillo en mal estado.
Nota: Todos los
objetos que anteceden son donados a la Santísima Virgen por SS.AA.RR. los
Serenísimos Infantes duques de Montpensier, y es voluntad de dichos Señores,
sigan destinándose al culto de la santísima Virgen reservándose la
propiedad.
Iglesia.
1º. Seis ángeles
de madera en mal estado procedentes de los padres agustinos.
2º. Tres sillares
de caoba.
3º. Un tabernáculo
de madera jaspeado y dorado con cortinilla y llave de plata.
4º. Una tasa de
cristal con su tapadera de cristal y otra de china.
5º. Un crucifijo
de marfil, un hule, tres sacras con caña dorada y un ara. Una cajita de pino
con reliquias de santos; un lienzo de cáñamo.
6º. San Agustín y
San Nicolás de Tolentino de bulto en unas repisas jaspeadas, dos banderas con
sus astas de las peregrinaciones. Los santos son de la comunidad agustina.
7º. Tres barandas
de hierro con dos atriles de lo mismo que cierra el presbiterio.
8º. Santa Rita de
bulto con altar portátil, de madera con oro, lienzo de cañamón y hule-
9º. Un cuadro de
Nuestra Señora del Carmen con caña dorada.
10º. Una
Concepción en un cuadro con caña dorada con mesa de altar portátil, lienzo de
cáñamo y oro.
11º. Una efigie
del Señor de la Humildad, con su altar en una capilla, con lienzo, tres sacras,
hule perteneciente a los agustinos.
12º. Un púlpito
portátil de madera, de pino jaspeado. Dos confesionarios de los Agustinos.
13º. Una repisa de
madera dorada de pino, en una funda, costeada por el pueblo, para poner la
virgen cuando sale en procesión.
14º. Dos cortinas
para las ventanas, una nueva y otra usada.
15º. Dos
alfombras, una mayor y otra menos.
16º. Siete cuadros
de papel mayores y menores.
17º. Dieciocho
exvotos.
18º. Un viacrucis
completo con cruces doradas y cañas, perteneciente a doña Manuela Santa Cruz.
19º. Un esterado
de invierno y otro de verano de junco blanco en buen estado.
20º. Seis arañas
de cristal en mal estado.
21º. Seis bancos
de pino de los Agustinos.
22º. Una gradilla
de pino con tres escalas. Un ara suelta.
Coro.
1º. Una reja
pintada en muy buen estado.
2º. Un órgano
pequeño de realejo de los Agustinos y un banquillo delante.
3º. Un piano de
doña Manuela Santa Cruz con banquillo forrado.
4º. Un
campanillero con nueve campañillas.
5º. Un coro de
caoba empotrado en la pared con catorce asientos, y un rostro del Señor.
6º. Dos atrileras
de pino.
Panteón.
1º. Cuatro
blandones de madera jaspeado en blanco y filetes dorados, con sus hachas y
arandelas en un cajón.
2º. Dos marías
doradas en un cajón.
3º. Dos remates
para el presbiterio de madera de pino pintado blanco y dorado en su cajón.
4º. Un aparato de
pino para un dosel de tarimas y reclinatorios. Además, un reclinatorio pequeño.
5º. Seis bombas de
cristal para el paso de la Virgen.
6º. Dos gradillas
de pino.
7º. Un estante con
libros diseminados y en muy mal estado, de los Agustinos.
Casavante.(sic)
1º. Dos mesas, una
para altar y otra chica pintada.
2º. Un estante con
perchas para las sotanas de los monjes.
3º. Una urna
pequeña pintada de encarnado y dorado.
4º. Un
manifestador jaspeado y dorado con su cortinita.
5º. Doce
candeleros de cristal de todos los tamaños. Dos candelabros.
6º. Dos cajas de
cartón con dos canastillas de flores contrahechas.
7º. Un mortero de
mármol para majar incienso y una linterna de lata.
8º. Dos perchas de
pino. Veinte floreros buenos y malos. Seis candeleros de metal chicos y
mayores.
9º. Un aguamanil
de mármol blanco con dos grifos de metal. Dos palmatorias de metal amarillo una
y plateada otra.
Sacristía.
1º. Un guardarropa
de cedro chapado con ocho cajones de los Agustinos.
2º. Un estante
pequeño de pino para misales.
3º. Una cajonera
de caoba con veinte cajones.
4º. Dos espejos
grandes de caoba, un crucifijo de madera pintado con un dosel.
5º. Dos urnas de
caoba, una con un Niño vestido y una cruz. Dos sillones antiguos en mal estado.
6º. Una cajeta de
caoba con las llaves de los cautivos.
7º. Una teja
engarzada en plata donde estuvo sentada la Santísima Virgen.
8º. Un estante de
alacena con una tinaja para agua, y tres vinajeras, con plata y crista.
9º. Tablillas para
los cantillos.
10º. Dos cojines de terciopelo morado.
11º. Cuatro ramos
redondos de plata nuevo para el paso de la Santísima Virgen costeados por la
señora hija de don Gaspar Pérez Blanco.
12º. Seis ramos de
plata, otro suelto pequeño. Cuatro guirnaldas id. Cuatro ramos de flores
contrahechas de colores, dos macetas con flores id.
13. Una campañilla
de metal y un aparatito de caoba para purificadores.
Camarín.
1º. La imagen de
Nuestra Señora de Regla, que es de candelero. El camarín forrado de terciopelo
encarnado, con cornisas y medias cañas doradas, y adornadas con multitud de
milagros, como brazos, piernas, de hoja de plata y oro.
2º. Hay un niño de
plata colgado en la pared de seis o siete libras de peso.
3º. Un cáliz
dorado con la copa de plata y el pie de cobre, que se dice fue hallado con la
santísima Virgen.
4º. Una gradilla
con dos escalas, una bandeja guarnecida de perlas blancas.
Ropas.
1º. Cinco albas,
una de ella de Nipe, otra de encaje de tul con flores de seda pertenecientes a
doña Manuela Santa Cruz estas dos.
2º. Once
corporales, veinte seis palias, catorce hijuelas. Ciento once purificadores,
nueve paños lavamanos. Dos toallas. Un roquete grande, tres chicos. Once
amitos. Cuatro sotanas encarnadas.
3º. Dos manteles
regulares de largo, y dos visos de buenos encajes. Una capa con borlas de plata
bordadas id.
4º. Tres manteles
grandes muy buenos, dos más grandes, tres chiquitos. Un pañito para debajo de
la custodia con lentejuelas de oro, otro para el lavabo de encaje y puntilla de
oro. Dos sudarios del Señor de la Humildad. Un velo de seda bordado en oro.
Alhajas de oro y
plata de la Santísima Virgen.
1º. Tres potencias
de plata del Señor de la Humildad. Otras tres chiquitas de id. Y otras rotas de
id.
2º. Una joya
filigrana de perlas y de oro.
3º. Otra con
rubíes. Una corona de plata dorada, y corona del Niño id.
4º. Un rosario de
plata con corales.
5º. Setenta anillos
de oro de todas clases.
6º. Dos cabetes de
oro y dos botones de id.
7º. Cuatro cruces
de oro esmaltadas.
8º. Un alfiler de
oro y diamantes.
9º. Un alfiler de
oro con esmeraldas a la filigrana.
10º. Un alfiler de
oro con perlas (Véase la nota 1ª)
11º. Dos sarcillos
de plata con diamantes, pertenecientes a don Juan Escudero.
12º. Una cruz
chiquita de oro del Niño con piedras blancas. Una de oro sencilla.
13º. Unos zapatos
de plata dorados y labrados a la filigrana. Un mundo en la mano del Niño con
perlas de diamantes y esmeraldas.
14º. Un rosario
grande al parecer de oro.
15º. Un alfiler de
oro esmaltado, una pulsera de oro con un corazón.
Vestidos.
1º. Uno de
terciopelo azul bordado en plata y punta id, y vestido del Niño id.
2º. Un manto tisú
de oro y un vestido en plata.
3º. Un manto raso
blanco y flores moradas, y punta de oro falsa.
4º. Un manto vista
de plata y raso celeste.
5º. Un manto de
terciopelo verde bordado en oro fino, regalado por el pueblo a las Santísima
Virgen.
6º. Una toca
bordada en oro fino. Dos tocas interiores.
7º. Unas
colgaduras de damasco encarnado, para cubrir todo el presbiterio. Dos
pabellones de seda amarilla. Tres pabellones celestes con punta de plata.
8º. Un vestido
blanco bordado en oro nuevo dorado, bordado por don José Lara. Un pabellón de
seda amarillo.
9º. Tres camisas y
cuatro enaguas blancas.
Ropa del Niño.
1º. Un vestido
blanco bordado en oro y otro de moaré.
2º. Otro blanco
nuevo bordado en oro.
3º. Otro de raso
blanco grabado.
4º. Otro amarillo
de raso y oro.
5º. Otro de raso
celeste y plata.
6º. Otro blanco de
lama de plata.
7º. Otro moaré
rosa y plata y calzones de tul
8º. Tres lazos del
manto, tres camisas y tres calzoncillos.
Virgen Chiquita.
1º. Un manto verde
de terciopelo.
2º. Un vestido
celeste y plata completo.
3º. Un manto tisú
de oro, y vestido tisú de plata.
4º. Un vestido
blanco y encaje.
5º. Una corona de
plata sobredorada y otra del Niño.
6º. Una coronita
chica del Niño, dorada con piedras.
Cocinas.
1º. Dos mesas grandes en
el refectorio.
2º. Cinco bancos de pino.
3º. En la cocina una
tapadera de hierro para el horno. Dos filtros de piedra.
4º. En la despensa un
barril para vinagre.
Hay además en el convento
cuatro mesas grandes, dos escaleras grandes; cuatro tinajas, dos cruces en la
escalera de madera con crucifijos pintados. Una verja de hierro dorada en mal
estado el dorado. Un facistol de madera destrozado. Un cuadro con Santo Tomás
de Villanueva en el Noviciado. Tres cuadros más en el patio, y un cuadro grande
de Nuestra Señora de Regla en el Humilladero. Un farol y seis candeleros de
palo; un crucifijo de madera jaspeado; un atril, un ara y una verja de hierro
lo cierra.
1ª Nota: el número 10 de
las alhajas de la Santísima Virgen, es el mismo que el número 14 de los objetos
donados por SS AA RR.
2ª Nota: la media luna y
corona del Niño ambas de plata, figuran en el número 10, de los objetos de SS
AA RR. Son donación, la primera de un devoto, y loa segunda de doña Candelaria
Montalván.
Firman el documento:
Fray José Lerchundi.
José Bustamante Tello
[2] Ibid.
[3] AGAS, Leg. 10008(225), S/f.
[4] Historia, leyenda y devoción a Nuestra Señora de
Regla Rafael LAZCANO Madrid rafael.lazcano@gmail.com
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